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Brecha de género en salud mental en Chile: mujeres se ven más afectadas por la ansiedad y depresión BRAGA

Brecha de género en salud mental en Chile: mujeres se ven más afectadas por la ansiedad y depresión

En abril de 2023, el 30% de las mujeres presentaba síntomas de ansiedad, mientras que en la última medición del estudio este porcentaje aumentó al 34,6%.


El Termómetro de la Salud Mental reveló, en su octava versión, que una de cada cuatro personas sufre de ansiedad, siendo las mujeres las más afectadas, con un 34,6%, en comparación con el 14% de los hombres. Esta brecha de género se ha mantenido y ampliado a lo largo del tiempo, según el estudio realizado por el Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica en colaboración con la Asociación Chilena de Seguridad (Achs).

Desde el inicio del estudio, se ha observado una marcada diferencia de género en la salud mental. Las mujeres muestran indicadores más preocupantes en varios aspectos: sufren más trastornos del sueño (11,1% frente al 7,2% en hombres), experimentan mayor sensación de soledad (23,6% frente al 17,1%), presentan niveles más altos de inactividad física (38,4% frente al 23,7%) y exhiben una mayor incidencia de síntomas depresivos (17,8% frente al 8,2%).

Aunque en la última medición se observó una mejora en algunas áreas para las mujeres, como la soledad y el insomnio, la ansiedad ha aumentado. En abril de 2023, el 30% de las mujeres mostraba síntomas ansiosos, mientras que en la última medición este porcentaje se elevó al 34,6%.

El acceso a servicios de salud mental también arroja datos significativos: un 16,2% de la población ha consultado a un especialista en los últimos 12 meses, siendo las mujeres quienes lideran estas cifras con un 20,1%. Sin embargo, persisten barreras como la falta de financiamiento y cobertura de salud, que impiden que muchas personas busquen ayuda cuando la necesitan.

Para mejorar la atención en salud mental, los especialistas sugieren una distribución más equitativa de roles entre psiquiatras, psicólogos y asistentes sociales, así como una mayor eficiencia en la atención, enfocándose en tratamientos alineados con la frecuencia necesaria y la continuidad del cuidado. Estos esfuerzos podrían contribuir significativamente a abordar los desafíos actuales en salud mental en Chile.

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