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Mujer y trabajo: Desafíos en equidad de género a la luz de la nueva legislación vigente BRAGA Créditos: Pexels

Mujer y trabajo: Desafíos en equidad de género a la luz de la nueva legislación vigente

Ana María Acuña Olivares
Por : Ana María Acuña Olivares Subdirectora Ejecutiva Fundación Ronda y académica UC
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Los recientes desarrollos en el contexto legislativo en Chile marcan un avance hacia la equidad de género. Ante esto, se destaca la importancia de las organizaciones en liderar el cambio hacia entornos laborales libres de estereotipos y violencia de género.


Hablar de equidad de género en estos días parece ser un tópico obligado.  ¿Quién podría negar la importancia del Día Internacional de la Mujer que nos recuerda la lucha histórica por alcanzar espacios de participación e igualdad de oportunidades y derechos en el mundo público, principalmente, en el espacio laboral remunerado?

Eso es, precisamente, lo que conmemoramos este 8M y, por primera vez, en un contexto legislativo que genera condiciones favorables para avanzar en equidad.

En efecto, la Ley N° 21.645 establece condiciones para la conciliación de la vida personal, laboral y familiar de personas cuidadoras que, en su mayoría, son mujeres dado los mandatos sociales basados en estereotipos de género aún presentes en nuestra sociedad. En el marco de esta normativa, pasa a ser un derecho de la persona cuidadora e interpela al empleador a responder en consecuencia, orientado por el espíritu de la ley.

Asimismo, la Ley 21.643, conocida como Ley Karin, establece condiciones para que en el espacio laboral se actúe en forma preventiva y oportuna en relación con situaciones de acoso laboral, sexual o de violencia en el trabajo, definiendo procedimientos claros y responsabilidades orientadas a la restitución de derecho.

¿Por qué se hace necesario un marco normativo? El diagnóstico de la situación de las mujeres en nuestro país es claro:  Nos revela una alta exclusión en cuanto a su participación en el mundo del trabajo remunerado en virtud del rol que cumplen como cuidadoras y contextos que reproducen la violencia de género en espacios de socialización que debiesen favorecer el desarrollo personal y profesional y no afectarlo negativamente.

Hoy tenemos el desafío de estar a la altura como sociedad para la implementación de este marco normativo.  Y en ello las organizaciones cumplen un rol preponderante.  Como nunca están mandatadas a pensar en clave de género e impulsar acciones tendientes a derribar barreras y favorecer internamente el desarrollo de trayectorias laborales libre de estereotipos, sesgos y violencia.

Se hace necesario, entonces, que las organizaciones generen procesos de autodiagnóstico que les permitan establecer cuál es su estado basal y trazar el camino para la transformación cultural en estas materias.

El ecosistema de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) cuenta hoy con espacios de acompañamiento desde organizaciones de la sociedad civil, consultores/as expertos/as e institucionalidad, que han impulsado, fuertemente, la participación de mujeres y la transformación cultural, y que están hoy disponibles para orientar y catalizar el cambio desde su expertise. El aprendizaje con otros es siempre un proceso, potencialmente, más significativo.

Un nuevo contexto, para un nuevo milenio. ¿Cómo enfrentará este desafío las organizaciones en Chile?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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