El 79,6% de las mujeres lesbianas reportan haber sido víctimas de eventos de discriminación, según una investigación. Además, se enfrentan a una constante invisibilización y violencia, lo cual revela los desafíos en torno a sus derechos sexuales y reproductivos.
Las mujeres que se identifican como lesbianas —parte de la comunidad LGBTQ+—, han sido invisibilizadas, discriminadas y violentadas a lo largo de la historia. A los estigmas que afectan al conjunto de las diversidades sexuales y de género, se suman también todos aquellos que trae consigo el ser mujer.
De esta forma, las luchas asociadas al género, como terminar con la brecha salarial, el acoso callejero, la violencia laboral, el hostigamiento sexual, los estereotipos de género, las leyes, prácticas y costumbres discriminatorias, deben incluir también, en su caso, aquellas que enfrentan por ser mujeres homosexuales, como el enfoque heteronormativo de la educación sexual, la mayor probabilidad de sufrir violencia física en espacios públicos y otras formas de discriminación por su orientación sexual.
En Chile, de acuerdo con una investigación sobre discriminación y victimización hacia personas identificadas como gays y lesbianas, elaborada por Jaime Barrientos y Michel Bozon, el 79,6% de las mujeres lesbianas reportan haber sido víctimas de eventos de discriminación. Entre ellos, que no se les permita entrar o permanecer en una tienda o local de ocio, sentirse discriminadas por guardias de seguridad, así como también a la hora de conseguir un trabajo o de ser despedidos de él.
Además, el 75,3% reporta haber sufrido eventos de victimización. Los más frecuentes son insultos y amenazas (37,5%), burlas (17,2%), acoso sexual (16,5%) y agresión física (17,2%). Estas victimizaciones tienen lugar en espacios públicos, en las escuelas y en sus propios hogares. Además, se sabe que un 28% de la población adulta está en desacuerdo con que parejas homosexuales puedan adoptar, de acuerdo con cifras de Movilh en 2021.
En este escenario, la Escuela de Psicología de la Universidad Diego Portales realizó una investigación cuyo objetivo fue describir la percepción social de los derechos sexuales y reproductivos que tienen las mujeres lesbianas. Se realizaron entrevistas a mujeres chilenas que se identificaran como mujeres lesbianas, de entre 21 a 41 años.
Esta investigación reporta que las mujeres que se identifican como lesbianas comienzan a ser vulneradas en sus derechos a temprana edad, cuando la educación sexual escolar que reciben se focaliza en la heterosexualidad y no aborda otras orientaciones sexuales.
Ellas se sienten excluidas y extrañas al no adecuarse a la norma social. Tampoco se les entrega información sobre sus futuras experiencias sexuales, lo que impacta negativamente en la percepción que construyen de sí mismas y aumenta las posibilidades de contraer enfermedades de transmisión sexual.
Otro hallazgo es que ellas no se sienten libres de expresar su orientación sexual una vez que la reconocen. Desde ese momento y a lo largo de la vida, reportan que, en sus establecimientos educacionales, lugares de trabajo y de esparcimiento, hay personas que las insultan o acosan cuando muestran expresiones de afecto, lo que las hace sentir denigradas. Por ello, muchas veces optan por restringir estas acciones solo a espacios íntimos como sus casas o cuando se encuentran con personas de confianza.
En torno a la vulneración de sus derechos, se pudo detectar que no suelen denunciar las agresiones que reciben debido a que tienen una percepción negativa del sistema judicial, tanto en la recepción de denuncias como en la prevención de las acciones violentas que se ejercen en su contra.
Lo anterior deja en evidencia el largo camino pendiente para que la sociedad chilena logre reconocer y acoger a sus diversidades sexuales existentes. Dos lineamientos para avanzar radican actualmente en asegurar que los establecimientos escolares entreguen educación sexual integral que se salga de la heteronormatividad y que los derechos sexuales y reproductivos reconocidos por la Organización Mundial de la Salud, tengan reconocimiento explícito en nuestro sistema legislativo, como ocurre en otros países del continente, tales como Ecuador, México, Bolivia y Cuba.