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Congreso recuperó la inspiración y volvió a las pistas

Tardaron pero el jueves se pusieron a grabar en el estudio de Tilo González, independientemente de los sellos que no quisieron acogerlos. En octubre esperan lanzar la nueva producción que, según sus propias palabras, es cumbianchera, cuequera y contagiosa. [Vea imágenes del grupo grabando]


Medio día de 1997 fue la última grabación de Congreso y aunque después de ella siguieron dando conciertos, no pisaron un estudio hasta el jueves pasado, cuando se lanzaron contentísimos a las pistas para registrar un continente sonoro, con las esperanzas puestas en que el disco saldría en octubre.



Las razones de los sellos para no grabarlos han sido desde que no son un grupo menor hasta que el mercado está complicado, pero de igual forma llegaron hasta las pistas independientes, nomás, en el estudio de Tilo González (uno de los integrantes) para abocarse a las nuevas melodías, que vienen más urbanas, con toques étnicos, con mucha percusión y manos que suenan. Promete ser un disco entretenido, cumbianchero, cuequero contagioso; el más bailable dentro de la línea de Congreso.




"Hemos estado chicharreando harto con una música de viajes, sin embargo, nos hemos quedado en algunos puertos, sin avanzar como pensábamos originalmente", dijo Sergio Tilo González.



Sin lesiones mortales



Nunca se sabe en qué andan y al igual que los chamanes americanos cuando se les da por muertos, aparecen de regreso del ensueño, dejando nuevas marcas a sus fieles. Así, medio en la luz pública y medio sin paradero definido, empiezan a rondar los mitos en torno a estos musicazos llenos de anécdotas, entre ellas que cantaron junto a Pedro Aznar un repertorio semejante al de Emerson, Lake and Palmer.



-¿Hubo conflictos que estuvieron tanto tiempo alejados?



-Sí, pero no fueron graves. Había todo un cuento del que nos enteramos después. Lo que pasó es que cada uno de nosotros ha emprendido proyectos nuevos de los que no nos enteramos ni nosotros mismos.



Mientras regresaba la inspiración congresística, Jorge Campos hizo algunos trabajos discográficos, Machi entre otros; Jaime Atenas estuvo en un cuarteto de saxofones; y Tilo González compuso música de documentales.



Congreso tiene más méritos que el haberse mantenido creando por 32 años en Chile. Son el grupo que renovó el lenguaje musical criollo con una mezcla única de sonoridades étnicas y contemporáneas que configuraron el andamiaje de una escuela y no pocos aficionados.



Ahora han debido subordinarse a la existencia de la tecnología y pagan el consecuente precio. Tienen las puertas bien cerradas en los sellos, les da igual y siguen con el espíritu empinado, recorriendo las alturas en vuelos internos y externos, navegando por la geografía de América Latina.



– ¿Qué se les ha dicho en los sellos?



– Antes ellos tenían un área de música que no era tan comercial y les interesaba mantenerla, ahora no. También es cierto que hoy la tecnología está tan alcance de la mano que si quieres grabar ya no es indispensable tener un sello. Ahora los músicos tenemos estudio. Con la gente que hemos conversado nos han dicho: ‘¿Están haciendo música de ballet, antipoemas de Nicanor o qué?’ Tienen el temor de que no seamos lo suficientemente radiables y ahí estamos, perdiendo el tiempo. Entonces, decidimos que vamos a grabar y si no le interesa a nadie, va a salir igual.



– ¿Qué mensaje hay en este nuevo trabajo?



– En una cumbia, por ejemplo, hay una pareja en que él está cansado de darle pobreza a su mujer. Se relata un poco su situación, pero después se pasa pa’ la punta, porque le dice: ‘¡Ya está bueno!. Quiero TV cable y casa con piscina’. Es una ironía. Hay otro tema, La loca sin zapatos, de alguien que sueña con estar en la televisión. Habla sola en la cocina y quizás sus aspiraciones están equivocadas. Eso no es culpa de los músicos, comentó irónico.



– Te refieres a algo así como: Nosotros lo dijimos.



– Así es. El consumo excesivo, la felicidad barata y todo eso es lo que tratamos de decir. Son valores erróneos.



– ¿Cómo ves la música de ahora?



– Todo está adornado con mucha crema y guinda. Afortunadamente hay algunos músicos que se preocupan menos del marketing, del número, como se decía antes.




Rockeros de Charango



De la fusión de Los Masters y Los Sicodélicos, Congreso nació a fines de los sesenta con la participación de Fernando, Patricio y Sergio González, Fernando Hurtado y Francisco Sazo y ya para 1970 grabaron el primer single Maestranza de la noche.

Son la pieza de museo en Chile, que al igual que los argentinos, logró elevarse sobre la estética anglosajona, integrando raíces locales al estilo. El resultado es un sonido distinto, francamente raro para los oídos de antaño. Al punto que cuando les preguntaban: ¿qué es esto? no sabían que responder.



"Ubícate en el año sesenta y tanto: escuchar mezclas de trutruca o quenas con charangos y guitarra eléctrica era extraño. También en los ochenta con El viaje por la cresta del mundo era una sonoridad que no estaba en varias latitudes. Empezamos a usar instrumentos vernáculos con cierta conciencia de lo que hacíamos. Después de un tiempo fuimos estudiando. Ahora, ya no me preocupo de las combinaciones o de seguir en la misma línea".



– ¿Cuál es la misión del músico?



– Tiene el deber de mostrar a los demás de qué continente viene. Con todo el respeto que me merecen las danzas húngaras yo no voy a tocar eso. Me siento feliz haciendo una cumbia, un taquirari o una cueca.




Identidad Urbana



El primer disco de larga duración data de 1971: El Congreso. El segundo fue Terra incógnita. En total llevan 15 y entre los más reconocidos están: Viaje por la cresta del mundo (que incluye Hijo del sol luminoso), Estoy que me muero, Para los Arqueólogos del futuro, Aire Puro, Pájaros de Arcilla y Por Amor al Viento.



El recorrido es largo, tanto que con tiempo y la garuga se han modificado varias veces las filas del conjunto. En 1980 se integró Joe Vasconcellos y fue sustituido por Jaime Atenas en 1984. En 1986 Jorge Campos sucedió a Ernesto Holman. Luego, Aníbal Correa le cedió el puesto a Jaime Vivanco. Sufrieron cambios y recambios hasta llegar a la actual formación: Tilo González (batería), Francisco Sazo (voz), Hugo Pirovic (flauta), Jaime Atenas (saxo), Jaime Vivanco (piano), Jorge Campos (contrabajo y bajo), Raúl Aliaga (percusión) y Claudio Pajarito Araya (guitarra y percusión).



– ¿La vara es alta para mantenerse arriba?



– Nunca hemos estado en lo alto. Hemos durado tanto porque no somos ni hemos sido moda. Cuando ya llevas más de 30 años y ves que un tema de hace mucho tiempo todavía se toca y a la gente le sigue gustando, te das cuenta de eso.



– ¿Qué percibes en una retrospectiva por el largo viaje de Congreso?



– Veo que nos hemos movido, no sé si hemos avanzado. Siempre nuestros discos tienen algo que es distinto que nos entretiene. Nos demoramos pero sale algo. Sería más simple hacer cinco temas más como En Todas las esquinas y dos más como Vuelta y vuelta y armamos otra producción con muchas posibilidades. Es fácil ponerse esa meta. Pero nosotros no grabamos si no hay algo distinto.



– ¿Te resulta muy complicado vivir combatiendo con tanta producción y marqueteo?



– Sí, tengo que desdoblarme, estoy con el conflicto diario. Trabajar con Congreso y mantener una familia es ¡imposible!. Entonces, tengo que meterme en trabajos que no son de mi agrado. La gente te mira y te dice: ¡Ah! Congreso, todo pasando y no es así, detrás hay realidades que son complicadas. Obviamente hay gente que no lo cree porque, como dice una canción en este disco nuevo, No soy de este mundo.



– ¿Cómo valoras el movimiento que los originó?



– En el setenta, en Chile había músicos con cierta tendencia rockera que se estaban juntando con otros estilos. Recuerdo que Los Blops estaban cantando con Víctor Jara y nosotros veníamos al Festival de Nueva Canción Chilena porque éramos más rock que nada. Todos nos estábamos hermanando musicalmente. Aunque al comienzo había harto recelo que los rockeros usaran charango. Estábamos con la revolución de las flores en un proyecto muy soñador. Eramos menos políticos que otros que la pasaron mal. El exilio no es nada de bonito pero de repente vivir en Europa no es tan malo.



– Ustedes se quedaron en Chile después del golpe ¿Qué pasó cuando regresaron los grupos chilenos?



– Es difícil hablar de los caminos de los colegas. Cada uno se quedó en su parcela, cuidándola celosamente.




-¿Dónde descubres la identidad musical chilena?



– En las calles, no necesito ir muy lejos. Está en las cosas de todos los días, como el pajarito de Panamtur, que hace 20 años está en el mismo local. Nunca he necesitado encerrarme en una montaña. Los Congreso somos como un mosaico con muchos colores, texturas y olores. Tenemos de todo el mundo. Eso es Latinoamérica.





VEA IMÁGENES:



Congreso en el estudio




[Los usuarios han de disponer de Real Player para acceder a las imágenes; quien no disponga de ello puede gratuitamente bajar el programa en la siguiente dirección: Real Player]



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Vea además:



Discografía de Congreso»




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