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Joan Manuel Serrat ofrece cuatro conciertos en Barcelona

El cantautor catalán se presenta en el Teatre Grec, acompañado únicamente por el músico Ricar Miralles.


La emoción y la solemnidad han teñido esta lluviosa noche el reencuentro entre el público barcelonés y Joan Manuel Serrat, que ha regalado a su ciudad natal un concierto sobrio y conmovedor, en la primera de las cuatro actuaciones que ofrecerá el cantautor en el Teatre Grec hasta el próximo domingo.



Guitarra en mano, acompañado únicamente por su músico de confianza, el pianista Ricard Miralles, Serrat ha presentado sus temas míticos casi desnudos, sin aditivos -«en paños menores» como a él mismo le gusta decir-, en un formato muy distante de los pilares sinfónicos en que se sustentó su anterior gira.



Tras someterse a una operación de cáncer de vejiga, que le ha obligado a retirarse varios meses de los escenarios, el retorno del cantautor a Barcelona, nordeste español, no podía haber generado mayor expectación.



Las entradas para los cuatro conciertos del músico más querido de la ciudad, enmarcados en el Festival Grec 2005, estaban agotadas desde hacía semanas.



Serrat y su escudero Millares han recibido una larguísima ovación al aparecer por parte de las 2.000 personas apiñadas en las gradas del Teatre Grec, uno de los escenarios más emblemáticos de la ciudad, cercano al Poble Sec que vio nacer al músico hace ya 62 años.



Antes de empezar, Serrat ha pedido un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas de los atentados terroristas perpetrados hoy en Londres. «La expresión artística es una expresión de libertad», ha dicho el músico, antes de que el silencio se cerniera sobre el Teatre.



Poco a poco, sin aspavientos, el cantautor ha ido desgranando su repertorio, plagado de canciones que residen desde hace ya muchos años en la consciencia colectiva iberoamericana; ya en el segundo tema ha caído «Mediterráneo», más conmovedora que nunca.



Las primeras notas de cada tema han levantado los aplausos de los espectadores, algo que no es de extrañar con piezas como «Esos locos bajitos», y con un público con la emoción a flor de piel ante el retorno del músico más querido de la ciudad.



Levantándose del taburete y dejando la guitarra, Serrat ha sorprendido interpretando «Señora», un tema que hacía años que no tocaba en directo. «Dejé de tocar esta canción cuando dejé de sentirme protagonista de la historia; de eso hace ya un montón de tiempo», ha comentado un irónico Serrat.



La lluvia, sólo chispeante en la primera parte del concierto, ha hecho presencia en el escenario al aire libre del Teatre Grec, una ligera llovizna que ha dado si cabe más encanto al concierto, un toque más romántico a temas imprescindibles como «Paraules d’Amor», coreada al unísono.



Las canciones de Serrat han recibido un tratamiento de rejuvenecimiento, reducidas a su esencia, con el elegante piano de Ricard Miralles como único punteo a la voz y guitarra del cantautor catalán, una fórmula que les devuelve la fuerza y el brío de antaño.



Cerca de dos horas de actuación, el público totalmente entregado, ovacionándole de pie, reviviendo tiempos que hoy no han pertenecido al pasado; esta noche Serrat ha certificado que, tras el trance de su enfermedad, se encuentra más cerca del público que nunca.



El cantautor ha confesado sentirse «muy reconfortado con esto tan maravilloso que es la vida, que nunca se para, que sigue adelante, afortunadamente», palabras tan sencillas y conmovedoras como su música.



EFE

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