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Judas Priest, Whitesnake y Rata Blanca no dieron tregua a la tribu rockera

Cuarta versión del Monsters of Rock en Santiago tuvo una impecable jornada de martes 13, con tres potentes bandas en el escenario de la Pista Atlética del Estadio Nacional.


Macizas presentaciones cumplieron la noche del martes en Santiago las bandas Judas Priest, Whitesnake y Rata Blanca, que conformaban el cartel de la cuarta edición del festival Monsters of Rock.



La muestra musical de los argentinos fue muy concisa. De ahí el compromiso de su frontman, Walter Giardino, de volver para presentar a su fanaticada el material de La llave de la puerta secreta, la duodécima placa del quinteto.



La nostalgia que caracterizaría la jornada debutó al final de la media hora concedida a uno de los estandartes del heavy metal latinoamericano, con la interpretación del clásico La leyenda del hada y el mago.



No pasaron ni 30 minutos cuando el ex Deep Purple David Coverdale se asomó a mirar las más de 12 mil personas aún se congregaban en la fría noche en la Pista Atlética del Estadio Nacional.



Con Burn y Stormbringer debutó en tierras nacionales Whitesnake, que hizo gala a lo largo de unos 60 minutos del sólido hard rock que caracteriza a la banda.



Sin embargo, sus puntos altos estuvieron con sus ochenteros Is this love? y Here I go again, además del solo de su baterista, Tommy Aldridge, quien tras lanzar sus baquetas al aire, acabó percutiendo con sus manos ante la ovación del respetable.



El plato fuerte, por cierto, lo constituyó Judas Priest, que debutó en Chile con 35 años de carrera a cuestas y la chapa de banda fundamental del heavy metal, estilo que se encargó de recordar su siempre histriónico vocalista.



Fue el quinteto británico el responsable de conseguir el delirio de la tribu rockera local con Metal Gods, Painkiller y Breaking the law, que pareció hacerse más breve por la sola presencia en vivo del dúo de guitarras de Glenn Tipton y K.K. Downing.



Aunque sin la energía de antaño ni la performance de 2001, cuando teloneó en solitario a Iron Maiden, lo cierto es que Rob Halford sorprendió minutos antes de la medianoche al entrar a escena a bordo de una motocicleta.



Hell bent for leather, Living after midnight y You’ve got another thing coming fueron el cierre perfecto, el primer y único bis que los ingleses tenían reservada para la gira latinoamericana basada en el largaduración Angel of Retribution.

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