Enfermedad mortal pero evitable, que cada año causa la muerte de 140.000 bebés y de 30.000 mujeres.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la empresa Pampers y la actriz mexicana Salma Hayek presentaron este jueves una campaña para erradicar, de aquí al 2012, el tétanos neonatal, una enfermedad que mata a un recién nacido cada tres minutos en el mundo.
«Estoy entusiasmada con este proyecto. Pensar que un niño puede morir por una enfermedad tan horrible, pero evitable, es insoportable», afirmó la actriz en la conferencia de prensa de presentación en Ginebra.
El tétanos de los recién nacidos, así como el de las madres, es una enfermedad mortal pero evitable, que cada año causa la muerte de 140.000 bebés y de 30.000 mujeres.
«Lo que más me emociona es que una madre de una parte de Europa, de manera anónima, puede ayudar a salvar a otra madre de otra parte del mundo al comprar un paquete de pañales», dijo la estrella, al referirse a la campaña por la que cada paquete de Pampers comprado contribuirá a la adquisición para Unicef de una vacuna contra el tétanos en África.
La campaña amadrinada por la actriz de «El callejón de los milagros» llama a mejorar las condiciones sanitarias de los partos en los países en desarrollo -y en especial en África y en el sur y el este de Asia, las regiones más afectadas- para evitar que recién nacidos y madres contraigan el tétanos.
También aspira a lograr la protección de más de 70 millones de madres y bebés mediante la vacunación contra esta enfermedad que entra en el cuerpo a través de heridas abiertas y que causa la muerte después de unos terribles síntomas y agonía.
El tétanos está causado por la bacteria «Clostridium Tetani», que produce una toxina muy potente que ataca al sistema nervioso.
La enfermedad se reproduce rápidamente en los recién nacidos a los pocos días de haber sido expuestos a la bacteria, y sin tratamiento médico, casi siempre conduce a una muerte lenta y dolorosa.
Recién llegada de una visita a Sierra Leona como parte de la campaña, la actriz se mostró muy emocionada e incluso derramó algunas lágrimas, al contar cómo vio, en un hospital de ese país, a «una niña muy pequeña, que se llamaba Fátima, de sólo siete días, y que estaba infectada con el tétanos, esa horrible enfermedad, y apenas respiraba».
«Su madre tenía 19 años, y nada más salir yo de la sala, la niña murió», agregó Hayek.
EFE
