La obra será presentada el domingo en la Primavera del Libro
Las calles, plazas y conventillos de nuestra capital, así como sus habitantes y sus vidas, protagonizan el libro de la periodista y escritora Virginia Vidal.
Una novela protagonizada por las obreras santiaguinas de principios del siglo XX presentará este domingo la escritora y periodista Virginia Vidal, en el marco de la feria de editoriales independientes “Primavera del Libro”, que se realiza desde mañana de manera gratuita en el parque Balmaceda (metro Salvador).
Letradura de la Rara (Ceibo Ediciones) transcurre en las calles, plazas y conventillos de Santiago para narrar las alegrías y penas de las trabajadoras en medio de la lucha obrera de aquellos años, incorporándolas “como protagonistas pensantes y actuantes”, según narra Vidal.
El libro “aspira a entregar al público lector un escenario literario que recoge un lapso clave de la historia de Chile, por cuanto corresponde a la movilización de mujeres y hombres trabajadores. Pone de relieve a las heroínas anónimas constructoras de la historia desde abajo”.
“En sus páginas actúan hombres y mujeres, sobre todo obreras que llevaban una vida dura, pero intensa y rica”, cuenta la autora. “Asistían a mitines y marchas, participando en la Asamblea Obrera de la Alimentación, la FOCh, la Federación Unión Obrera Femenina, dependiente de la IWW (Trabajadores Industriales del Mundo), y se arriesgaban a sufrir la represión de muchas maneras”.
Los personajes, así vivan en conventillos y pasen toda clase de penurias, “no son héroes triunfales ni pretenden inspirar lástima. Trabajan, sufren, se divierten, viven y también se esmeran en conocer la realidad de otros trabajadores, en mejorar sus vidas y aportar a los anhelos de todos”.
Vidal señala que la protagonista es una mujer que “no fue a la escuela, es autodidacta, empezó a trabajar a los diez años, se fue forjando como dirigente, superó toda suerte de desgracias y venció muchas dificultades para luchar por sus derechos. Hija de una obrera que participó activamente en la IWW, fue amiga del poeta José Domingo Gómez Rojas, lo acompañó a los mitines relámpago, asistió a sus funerales y también a los de Luis Emilio Recabarren”.
El libro, que prácticamente comienza con el terremoto de 1906, revive escenarios como la plaza de Armas, la Estación Central, así como calles del centro y del sur de la Alameda. “No sólo recupera espacios públicos como la Quinta Normal, fiestas, paseos, entretenciones, teatro y cine, sino también objetos y elementos empleados en la vida cotidiana”, cuenta Vidal.
La escritora eligió intencionalmente este escenario y estos personajes en un “intento de llenar un vacío en la narrativa chilena donde hasta ahora no hay obreras protagonistas, aunque a comienzos del siglo XX ya constituían un tercio de la población económicamente activa”.
“La novela María Nadie, de Marta Brunet, fue la primera obra que mostró a una trabajadora asalariada, aunque no operaria, sino empleada de una oficina de teléfonos. Pero fue tan despreciada por la crítica de su época —como la protagonista misma por su entorno—, al punto de ser considerada un ‘aporte artístico muy pequeño’”, lamenta Vidal.
Para la creación de la obra, la periodista recopiló testimonios de la época y consultó abundante material de prensa, pero insiste en que el libro “no es un ensayo, ni un trabajo sociológico, es una obra literaria. Se afana por mostrar la riqueza de vida e inquietudes de los sectores sociales más desposeídos, recreando su habla, sin caer en una forma de criollismo ni en el intento de fonetizarla”.
