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Opinión: Escritor analiza reelección de ex DINA como diputado A propósito de la reelección del ex militar RN Rosauro Martínez

Opinión: Escritor analiza reelección de ex DINA como diputado

El escritor Rubén González Lefno es autor del libro «La montaña rebelde» y otros textos.


Se hacía tarde ya cuando tomándome un                                                  

hombro me ordenó:

 “Anda y mátame a tu hijo”

Conforme –me escuché contestarle- ¿y dónde

 quieres que cometa ese asesinato?

“Lejos, en esas perdidas cordilleras de Chile”

(R. Zurita)

Rosauro MartÌnez

 

Elecciones, porque el modelo requiere legitimarse cada cierto tiempo, por ello las elecciones. Y dentro de los resultados de las elecciones recientes, salvo alguna excepción, en realidad las sorpresas brillaron por su ausencia.

Sin embargo, entre los legisladores electos hay un fenómeno (ya no tan fenomenal) que debe ser examinado: la reelección de Rosauro Martínez Labbé como diputado por Chillán, cuya reiteración parlamentaria nos obliga a reflexionar sobre  -al menos- dos cosas.

Uno, sus nexos con la DINA, de la cual se ha derivado una petición de desafuero, emitida por el ministro de la Corte Suprema, Lamberto Cisternas, en el marco de la investigación por el crimen del ciudadano español Carmelo Soria, ocurrido en 1976.

También ha sido solicitado su desafuero ante la Corte de Apelaciones de Valdivia por su intervención -en calidad de oficial de Ejército- en las operaciones antiguerrilla en la zona de Neltume en el año 1981, donde hubo situaciones que hasta hoy mantienen aspectos oscuros, como el ocurrido en septiembre de aquel año, cuando tres miembros del MIR mueren en Remeco Alto.

Martínez Labbé –como ha ocurrido con otros casos similares- ha negado tener  responsabilidad penal en aquellos hechos, negando incluso el haber formado parte de la DINA en los primeros años de la dictadura.

¿Qué ocurrirá con la intervención de la justicia? Bueno, al respecto sólo nos queda esperar con un gran signo de interrogación.

El segundo aspecto que merece atención es que este personaje –como político- ha recibido en su distrito altas votaciones, siendo reelecto como diputado por varios periodos.

Y es este último aspecto el que merece especial atención, puesto que ha sido la comunidad electoral la que le ha otorgado su respaldo, pese a que su pasado hace rato dejó de ser un misterio.

Atendiendo al respaldo electoral recibido por Martínez Labbé, lo que podemos inferir respecto de parte del electorado, es la configuración de una especie de monumento a la indiferencia, con la lógica de la displicencia ante su conducta durante la dictadura, demostrando que  para un porcentaje importante de los chilenos todo lo atropellado, asesinado, abusado, toda la arquitectura de la prepotencia le es indiferente… o tal vez resulta justificada y… olvidable.

Cierto es que en la reciente elección Martínez Labbé cedió la primera mayoría en su distrito (algo es algo, aunque sacó 31%), cierto es también que con la conmemoración de los 40 años del golpe en la comunidad nacional se produjo una modificación abrumadora en la percepción de los horrores, y la antigua legitimidad de los “salvadores de la patria” se desmoronó en gran parte, comenzando a quedar en el lugar que les corresponde. Pero no debemos caer en la ingenuidad de creer que la verdad y la justicia tienen terreno despejado para imponerse. No debemos pensar que el andamiaje dictatorial se expresa únicamente en el modelo económico y en su legalidad. Lo que debemos tener presente es que la sociedad chilena, así como su expresión institucional (Parlamento) admiten espacios para personajes como Martínez Labbé, sobre cuya gesta bélica el integrante de la guerrilla de Neltume 81, Pedro Cardyn, señaló: “Rosauro no nos ganó en la batalla, nos ganó en la tortura”.

Queda mucho, mucho por hacer, ¿o no?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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