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Mundo musical critica al Senado por rechazar que 20% de la música en la radio sea chilena Comisión de Cámara Alta rehusó la idea de legislar

Mundo musical critica al Senado por rechazar que 20% de la música en la radio sea chilena

Había esperanza de que, tras siete años de trámite parlamentario que lleva el proyecto, los senadores defendieran las posibilidades de difusión de la música nacional. Pero la negativa de debatir el proyecto de los senadores Jaime Quintana (PPD), Ena Von Baer (UDI) y Carlos Cantero (ex RN) causó profunda molestia y fuertes críticas de parte de artistas y personas ligadas al mundo musical.


Con molestia recibieron artistas y críticos la noticia sobre la decisión de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología del Senado de rechazar la idea de legislar el proyecto que fija un mínimo de 20% de música chilena en radio.

La negativa de debatir el proyecto fue de los senadores Jaime Quintana (PPD), Ena Von Baer (UDI) y Carlos Cantero (ex RN). Por el contrario, los senadores Ignacio Walker y Alejandro Navarro defendieron la idea de legislar. La votación fue el pasado 22 de enero.

El presidente de la Unión Nacional de Artistas (UNA), Edgardo Bruna, lamentó la noticia y explicó la importancia de este proyecto.

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Sergio Cancino. Director Radio UNO

“El mercado mundial de la música, fuertemente monopolizado, produce distorsiones que se reflejan en lo que podemos o no escuchar los chilenos. En eso la música chilena termina perdiendo. Esperábamos que nuestros senadores defendieran las posibilidades de difusión de nuestra música, no los intereses de las transnacionales”, indicó el dirigente.

“Es impresentable que ni siquiera se hayan dado la oportunidad de debatir y legislar sobre el tema”, agregó el dirigente de la UNA, entidad que calcula que actualmente el 8% de la música que se toca es chilena.

Bruna no estuvo solo en su crítica. Especialistas como Fabio Salas y Pablo Padilla coincidieron con él, al igual que Bárbara Negrón, directora del Observatorio de Políticas Culturales (OPC), mientras Sergio Cancino, director de radio UNO, fue más allá y propuso la creación de una radio pública nacional.

“Poderes encubiertos”

Para Salas, crítico de rock, investigador de contracultura y escritor, esto no hace “sino confirmar la facticidad de ciertos poderes encubiertos, en concreto los holdings radiales y las trasnacionales disqueras, para vetar a su antojo la promoción y divulgación de la producción musical chilena”.

“Duele ver cómo un senador de la Nueva Mayoría –conglomerado político que hace gala y ostentación de incluir a muchos artistas chilenos entre sus filas– se pliega a esta negativa sin dar espacio siquiera a un debate informado y veraz sobre el asunto”, añadió.

“Uno entiende la postura de los senadores Cantero y la designada Von Baer, puesto que ellos representan al sector fáctico, pero es impresentable la postura del senador Quintana desde el momento en que la Nueva Mayoría y su partido PPD históricamente se han apoyado en la convocatoria de muchos músicos y artistas nacionales para captar el voto ciudadano”, dijo.

Para Salas la negativa es aún más lamentable, “toda vez que la música chilena –docta y popular– vive un momento de expansión creativa y diversificada con un alto estándar de calidad como hacía décadas no se producía”.

Padilla, autor y periodista de la revista musical Rockaxis, es otro al que la negativa senatorial le parece “un desastre”. “Nuestros honorables legisladores una vez más no dan el ancho. Lamentable”, dijo.

“Si bien no me queda claro que la cuota del 20 % sea en sí una propuesta con poderes mágicos como para mejorar la situación de la música chilena, era un buen punto de partida”, señaló Padilla.

“Creo que el asunto no es sólo la cuota, sino que lo que hay que hacer para que la estructura de la industria de la música afronte los desafíos del tiempo presente. Tan relevante como la eventual cuota de música chilena, me parecería extender un tipo de protección a la creación y difusión en el ámbito de los derechos de propiedad intelectual (y derechos conexos) ante la arremetida de las transnacionales”.

Para Negrón, el 20% es parte de una política que busca «contrarrestar la posibilidad de que unos mercados, por su tamaño y desarrollo, terminen arrinconando la producción cultural de un país cuya industria musical no es tan fuerte».

«En términos concretos, son políticas que buscan corregir distorsiones de mercado», señala. «Canadá, Argentina y Australia, entre muchos otros, las aplican en varios países con muy buenos resultados. En general, la tendencia es que después de un tiempo de aplicación el porcentaje obligatorio es superado. Es decir, una vez que la música local tiene más espacio, se dinamiza la industria y se demanda más».

Siete años en trámite

La iniciativa ya lleva siete años en trámite. Fue impulsada por un grupo de parlamentarios que la ingresaron el 2007, y el 2010 resultó aprobada por la Cámara de Diputados. Después de más tres años sin tramitación, finalmente fue puesta en tabla el mismo miércoles 22 para ser votada en ese momento.

Consultado respecto al futuro de este proyecto de ley, Bruna indicó que aún puede revertirse la decisión en el pleno del Senado y afirmó que harán todo lo necesario para explicarles a los parlamentarios la importancia de contar con una ley que regule las condiciones en que se da la diversidad cultural.

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Edgardo Bruna. Presidente de UNA

Salas es más pesimista. “Es imposible romper la camisa de fuerza monopólica –y con ello cultural y educativa– de estos holdings que de manera totalitaria pretenden que todos escuchemos y consumamos un solo tipo de música, aquella frívola, banal y escapista por lo inocua y acrítica, sin obligarlos a abrir su espectro programático, donde al menos los músicos nacionales tengan una oportunidad para competir en las preferencias del público sin sufrir la segregación y el ninguneo históricos de que han sido víctimas”, señaló.

Otros creen que hay otras vías alternativas al proyecto para apoyar la industria local, como Cancino. “Es una mirada muy pobre centrar toda la discusión en la difusión radial. No sólo vulnera la libertad editorial de las emisoras, sino que homogeneiza la ‘música chilena’, que es muy diversa y requiere incentivos específicos”, afirma.

“No es lo mismo folclor que jazz o metal. Una banda emergente tiene necesidades muy distintas a una orquesta regional. El fomento debe inspirarse en legislaciones más desarrolladas, que no sólo distinguen tipos de música e incluso roles (compositor, intérprete, productor, etc.), sino los distintos tipos de radios (o medios) y sus audiencias específicas”.

Cancino apoya la idea de crear “una radio pública nacional, con fines culturales y educativos”. En el pasado ya existió la Radio Nacional, una entidad pública creada por la dictadura en 1974 tras la expropiación que hizo radio Corporación al Partido Socialista, pero fue privatizada en 1993 durante el gobierno de Eduardo Frei.

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