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Festival de Viña, el show televisivo que ignora a los músicos en competencia La sección folclórica se mantendría sólo por fines impositivos

Festival de Viña, el show televisivo que ignora a los músicos en competencia

Javiera Bobadilla, “La Pájara” encendió la polémica. Algunos músicos, como el cuequero Mario Rojas creen que, por respeto a los artistas, el concurso debiera simplemente eliminarse. Por su parte, Pedro Foncea, que ganó en 1991, manifestó sentimientos encontrados: «¿Queremos cultura o espectáculo?»


Javiera Bobadilla, La Pájara Foto: Agencia Uno

Javiera Bobadilla, La Pájara
Foto: Agencia Uno

Fue la cantante Javiera Bobadilla, “La Pájara”, la que desató la polémica. La artista atacó duramente el relegamiento que ha sufrido la competencia en el festival de Viña, un festival que pese a tener la categoría de evento «cultural» desde hace ya varios años se ha consagrado como un show de televisión, quizás el show más grande de la televisión chilena.

Pero ese no es el punto. Muchos festivales, hoy por hoy, han dejado de lado las competencias para concentrarse en los beneficios del raiting. Los organizadores lo han pensado así y las transmisiones de TV lo han llevado a cabo. La pregunta es otra. ¿Aún siendo un show televisivo que se rige por el people meter, que todo el mundo sabe y entiende así, es legítimo ignorar a los intérpretes y compositores que participan de las competencias al punto de la invisibilidad? Pareciera ser que no, y los artistas están comenzando a levantar la voz.

La ganadora en la categoría folclórica criticó el hecho de salir al escenario a las 3:38 de la mañana, cuando la mayoría del público de la Quinta Vergara se había ido y en casa los televisores estaban mayormente apagados. “Debiese haber un mayor respeto. Me da pena”, dijo en televisión.

La artista apuntó así al corazón del evento, que data de 1960. La competencia folclórica e internacional fue el origen del certamen, pero poco a poco han ido quedando relegados, para pasar a ser el convidado de piedra. ¿Alguien recuerda hoy quién ganó en ambas categorías el año pasado? El problema de fondo: el espectáculo masivo ha terminado imponiéndose a la veta cultural.

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Javiera Bobadilla, La Pájara
Foto: Agencia Uno

TV culpable

Durante el festival, la cantante mantuvo un fuerte contacto con la prensa. “Los medios te decían que la competencia tenía importancia”, pero a la hora de la verdad, pocos respondieron, “sobre todo los medios televisivos”. Sólo los diarios y la radio tuvieron una mayor cobertura del concurso, señala.

“Siento que se perdió el norte. El festival debería cuidar a sus canciones y a los músicos que la interpretan”, asegura.

¿Por qué el certamen ha ido quedando al margen? Para “La Pájara” tiene que ver con la “farandulización del festival”. «Es más importante quién dijo qué cosa o cómo hizo tal otra”, señala. La artista insistió, sin embargo, en que no tiene nada que decir con respecto a los productores del evento.

Músicos como el cuequero Mario Rojas coinciden con Bobadilla en el relegamiento que ha sufrido el certamen y también pide más respeto para los músicos. Rojas señala que aparentemente la competencia sólo se mantiene por un tema impositivo, ya que así el evento conserva su carácter de “espectáculo cultural”.

“Creo que harían un gran favor al espectáculo y a la dignidad de los compositores chilenos si se terminara la competencia”, dice. “Sería un mejor espectáculo sólo como espectáculo”, asegura.

“El festival de Viña ya no es una competencia. De hecho en el mundo ya casi no existen, son muy pocas. Tienen muy poco significado. Los grandes festivales de música hoy en día tienen otras características. Lollapalooza es un gran festival de música y no tiene competencia. El festival de Acapulco, que es un gran festival, mucho más grande que el de Viña, más interesante y con grandes estrellas, no tiene competencia”, dice.

Para Rojas, es festival de Viña mantiene el concurso, “pero no es útil ni al festival ni a los autores y compositores, porque se les trata de un modo bastante vejatorio”.

Baja calidad

Para un periodista que cubre el festival y que prefiere no dar su nombre, la competencia ha perdido atractivo por varias razones, entre otro por la baja calidad de los participantes.

Esto se debe en primer lugar a que el premio que se otorga no es atractivo, lo cual incide en la calidad de los concursantes. “El dinero va a los grandes números”, admite.

Lo segundo es que tampoco hay un criterio claro de selección de los competidores, algo que antes del festival de este año ya le reclamó la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD) en una carta de enero al municipio de Viña del Mar.

“El método de selección de las canciones participantes se ha vuelto opaco y desconocido, para la opinión pública como para los propios participantes”, indicaba la misiva. La SCD reclamó que entre otras cosas, “se ha eliminado la preselección de las canciones nacionales que solía tener lugar hace unos años, que permitía dar a conocer los temas, y establecer un sistema de selección abierto, conocido y respetado”.

“Personas anónimas, cuya formación y criterios musicales se ignoran, deciden de modo arbitrario respecto de su participación o no en el certamen”, añadió la carta, lo cual lleva una situación “lesiva e injusta para la comunidad de compositores y autores”

Buena experiencia

Para músicos como Pedro Foncea, dentro de todo participar en Viña es una buena experiencia, aunque también califica de “desconsideración” el relegamiento que sufren los artistas de la competencia.

Pedro Foncea

Pedro Foncea

El músico de la legendaria banda “De Kiruza” ganó en 1991 junto a Javiera Parra, con la canción «Tira la Primera Piedra», aunque señala que Parra “lo capitalizó más (para su carrera), y qué bien por ella”. “Yo renegué un poco, pero a la largo me di cuenta (de que la participación del dúo) fue un gran aporte”, entre otros porque la suya no era una canción cliché.

Fue Parra, quien había cantado en De Kiruza, quien le llevó la canción, y como le gustó decidió seguir adelante con la idea de participar en el festival, pese a algunas reticencias y prejuicios que luego confirmó, como que muchas veces en el evento “la música pasa a segundo plano, se faranduliza demasiado la cosa, cuando no un medio sino todos se enfocan en por qué te peinas así o asá”. Hoy “el festival está perdiendo el sentido, el propósito”, declara.

“Es una instancia cultural que se desaprovecha. Podríamos hacer algo como el carnaval de Río, que es un aporte a la cultura, dentro de lo popular”, y ser una vitrina para muchísimos artistas chilenos y latinoamericanos talentosos que hay, asegura.

Foncea lamenta que el evento esté en manos “de gente que reduce las cosas al rating o a las platas que les pueden significar los auspicios. Eso no significa un avance en un país, sino un retroceso. El problema de Chile, y eso lo he dicho muchas veces, no es ni siquiera político, sino cultural”.

Por eso mismo cree necesario un cambio de paradigma, “para volver a lo que fue alguna vez este país en el ámbito cultural, que dio Premios Nobel, que cambió la canción latinoamericana con gente como Violeta Parra y Víctor Jara”.

Desproporción

Foncea también lamenta la enorme diferencia que se hace entre los artistas que se traen desde afuera y la competencia.

“Es importante que vengan artistas que aporten, eso siempre va a ser bienvenido. El problema es que es totalmente desproporcionada la diferencia que se hace entre los artistas extranjeros” y los chilenos. “Si la competencia de un festival de la canción se reduce a una cosa anecdótica, con animadores que actúan como si estuvieran en una kermesse de quinta categoría, eso redunda en el espectáculo”.

Foncea señala que a él el evento le sirvió “para que la gente ubicara nuestra imagen”, aunque tampoco cree que ello haya incidido mucho en su carrera posterior. “Nosotros sacamos un disco el año después (“Presentes”) y tuvo cierta cobertura, pero fue mínima. Foncea de hecho recuerda que la canción ganadora tuvo escasa difusión.

“No siento que (Viña) haya sido una catapulta para nuestro trabajo. Sí reivindico haberlo hecho”, dice, y destaca la experiencia por haber estado sobre el escenario donde ese año también estuvieron Juan Luis Guerra, Yuri, José Luis Rodríguez “El Puma”, Ricardo Montaner y Faith No More.

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