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Accesibilidad en discotheques del sector oriente de Santiago Opinión

Accesibilidad en discotheques del sector oriente de Santiago

María Soledad Álamos, es Licenciada en Historia PUC y Magíster en Estudios Internacionales, U de Chile.


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Santiago es una ciudad que tiene muchas alternativas a la hora de elegir donde salir a «carretear», a pasar un momento agradable junto con tus amigos. De esta forma, se puede apreciar que en cuanto a la vida nocturna las opciones son muy diversas, desde restoranes, bares, pubs hasta grandes discotheques o fiestas masivas a cargo de exitosas productoras que se han instalado entre la juventud ABC1 de la capital.

En esta ocasión les vengo a relatar mi experiencia en dos discotheques santiaguinas, ubicadas en las comunas de Vitacura, luego en una segunda parte, expondré mi visión en otros recintos ubicados en providencia y Santiago Centro. El objetivo de esta columna, es evaluar los accesos y las distintas barreras que tiene que enfrentar una persona que posee algún tipo de discapacidad física a la hora de asistir a este tipo de eventos.

Lo primero que quiero dejar en claro, es que si bien sólo uno de los lugares que voy a evaluar posee accesos para el libre desplazamiento de una persona con movilidad reducida que se traslada en una una silla de ruedas, yo en lo personal asisto frecuentemente a todos estos boliches gracias a la ayuda de mis amigos y a la buena disposición del personal, los cuales, en la mayoría de los casos, están dispuestos a ofrecer su ayuda de forma voluntaria y desinteresada.

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El primer lugar que voy a evaluar, es el pub-discotheque Candelaria, este recinto se encuentra ubicado en la comuna de Vitacura y cuenta con, un ascensor, rampas para entrar al interior del lugar, y un baño amplio para personas con discapacidad. En Candelaria se puede pasar una noche agradable sin exponerse a ningún peligro. Es importante tener en cuenta que este lugar pese a su arquitectura subterránea y a su gran flujo de personas, logra prestar los servicios adecuados para personas con problemas de movilidad, lo cual es reforzado con la amabilidad de su staff.

Luego en esta misma comuna encontramos el Centro Cultural Amanda, en donde todas las semanas se realizan fiestas, tocatas, recitales, entre otro tipo de eventos culturales relacionados con el cine, la danza y el teatro. Al entrar, hay un ascensor para llegar al recinto, la entrada es expedita, no hay dificultad para instalarse a comer o beber un trago. Sin embargo, al momento descender a la planta baja para ver el show o asistir a una fiesta y bailar, hay una gran escalera, que imposibilita el libre tránsito. Pablo Mackenna, uno de los socios de este espacio, en una ocasión se me acercó para disculparse por no tener implementados los accesos para una persona con movilidad reducida.

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En ese contexto, surgen las siguientes interrogantes: ¿cómo es posible que un centro cultural, creado el año 2009 no se encuentre diseñado para que todos puedan acceder? ¿Qué ocurriría si un joven sin discapacidad se cae de esta gran escalera debido a su estado etílico?, ¿Quien se hace responsable?, ¿cómo se espera un avance en materia de accesibilidad e inclusión, si los lugares recreativos ubicados en las comunas con más recursos, no son capaces de invertir en infraestructura adecuada?

Al terminar esta evaluación, considero que falta una mayor visibilidad en torno a este tema, a su vez, espero que por medio de esta columna los dueños de estos recintos tomen conciencia, adecuando sus establecimientos. Por otra parte, creo que es de suma importancia que los jóvenes que tengan algún tipo de discapacidad, se atrevan a divertirse disfrutando de la noche santiaguina como cualquier persona de su edad, demostrando que no es «raro» ni «anormal» que una persona en silla de ruedas asista a este tipo de fiestas.

Finalmente, más que una critica, el objetivo se encuentra en que todos los nuevos lugares que se construyan con fines recreativos tengan en cuenta el tema de la accesibilidad como un aspecto importante a considerar, más aún en los espacios que se instalan en comunas que cuentan con mayores recursos para invertir en infraestructura adecuada.

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  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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