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Exposición fotográfica “Nicanor iluminado” en Casa de la Ciudadanía Montecarmelo En homenaje a los 100 años del antipoeta

Exposición fotográfica “Nicanor iluminado” en Casa de la Ciudadanía Montecarmelo

La muestra está compuesta por una serie de retratos realizados por el fotógrafo Gabriel Pérez Mardones en 1992. Se puede visitar en la sala Bob Borowicz y permanecerá abierta al público hasta el 31 de este mes.


nicanorparra

El pasado 5 de septiembre, Nicanor Parra —antipoeta, físico y matemático— cumplió 100 años. Por eso, la Casa de la Ciudadanía Montecarmelo, en conjunto con el destacado fotógrafo Gabriel Pérez Mardones, ha preparado una actividad para homenajearlo durante todo el mes de octubre.

Se trata de la exposición “Nicanor Iluminado”, que se inaugurará en la sala Bob Borowicz el miércoles 1 de octubre a las 19:30 horas,  y permanecerá abierta al público hasta el 31 del mismo mes.  “Si mi memoria no me falla, esa serie de retratos se los tomé en 1992 en la casa de La Reina. En aquella época, él traducía afanosamente Lear, Rey & Mendigo y yo preparaba una exposición en la sala Gabriela Mistral del consulado chileno en Nueva York, en la que lo incluiría. La exposición finalmente nunca se hizo”, cuenta el fotógrafo como antecedente de la muestra que incluye las imágenes que hoy ilustran las portadas de los libros “Hojas de Parra” y “Temporal”.

Conversación con Parra

Pérez Mardones recuerda que en esa oportunidad conversó con Parra sobre muchas cosas; entre ellas, los gustos por ciertos autores de la imagen. Sin embargo, recuerda de forma particular un comentario que lo inquietó profundamente. “Nicanor dijo: Tú sabes que yo soy físico y cuando un físico quiere fotografiar un electrón tiene que iluminarlo. Con lo cual, ya no es un electrón, sino más bien un electrón iluminado… Lo mismo sucede con el sujeto, porque tú miras a través de un objetivo y la cámara obtura a una determinada velocidad, que no necesariamente grafica lo que el receptor de esa imagen está queriendo transmitir, pero ante esta problemática vamos a hacer un ejercicio”. Nicanor Parra salió de la habitación y regresó al rato con un espejo. Lo dejó encima de una cómoda y retrocedió.

“Después de sentarse, se miró fijamente en él mientras yo enfocaba la cámara en ese adminículo; y se produjo lo esperado por Parra: la tan ansiada reciprocidad de la imagen”, cuenta Pérez. Tuvieron que pasar más de veinte años para que volvieran a encontrarse. El fotógrafo visitó al antipoeta en su casa en Las Cruces para llevarle una copia enmarcada de aquella imagen y saldar una deuda. “Conversamos largamente sobre diferentes temas; entre ellos, las fotos del año 1992. Estaba encantado con el resultado de esa sesión y me agradeció haber conservado esa serie de retratos”, agrega. Después de un par de horas de conversación, Parra le aseguró que hoy ya no posa para los fotógrafos.

 

 

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