El libro «Pablo Neruda y Salvador Allende. Una amistad, una historia» que será lanzado este viernes, abarca 15 misivas de entre 1969 y 1973. “Entre ellos primó la persona sobre el personaje, y ambos se reconocieron como combatientes en un momento histórico de Guerra Fría”, señala. “La lucidez y claridad de sus respectivas vocaciones sociales, los hermanó. Creían en la capacidad redentora de la acción política para el bienestar de las grandes mayorías postergadas”.
Un ensayo histórico sobre la relación epistolar entre el presidente socialista Salvador Allende y el Premio Nobel de Literatura Pablo Neruda presentará mañana el historiador Abraham Quezada.
Se trata de “Pablo Neruda y Salvador Allende. Una amistad, una historia” (Editorial RIL), que analiza 15 misivas entre ambos personas, de entre 1969 y 1973. El texto será presentado a las 12:00 en el Salón O’Higgins del Ministerio de Relaciones Exteriores (Teatinos 180, Metro Moneda).
«Este libro no es una recopilación de cartas, ni epistolario, es un ensayo histórico, que abarca una serie de otras cosas valiosas, como los contextos, los testimonios y hechos y anécdotas de cada uno y su relación de amistad. Por ello, este trabajo posee una estructura, planteamiento central e hipótesis al cual en el capítulo sexto incluye el intercambio postal entre Allende y Neruda. Dicho lo anterior, yo soy especialista en la vida de Neruda y me ha abocado al estudie de su aspecto epistolar, con importante publicaciones desde el 2004 en adelante. De ahí, al conocer los intercambios de cartas mantenidos por Neruda llegué a conocer la relación con Allende», dice el autor quien también analizó las cartas que escribió el poeta con los escritores Jorge Edwards y Gabriela Mistral.
Quezada, doctor en Relaciones Internacionales y diplomático de carrera y quien ha escrito ocho libros sobre el Nobel, conocía el material desde hace varios años, de distintas fuentes. Sin embargo, lo decisivo fue su investigación en la Fundación Salvador Allende, especialmente después del 2009, “cuando se abrieron a la investigación los documentos de Allende devuelto por el gobierno cubano y que (su hija Beatriz) ‘Tati’ Allende se había llevado en su momento. Allí encontré valiosos materiales que me permitieron complementar mis investigaciones”.
El autor destaca que las 15 cartas de este estudio son documentos fragmentarios, “pues Allende padeció no sólo el derrocamiento, sino también la destrucción de muchas cosas, incluidos sus documentos personales, y gente de su entorno, que pudo haber aportado algo, también fueron víctimas de la dictadura”. Por lo mismo, “probablemente hubo otras (cartas), pero no fueron halladas”.
A Quezada le gustan especialmente dos de las cartas estudiadas. “La de septiembre de 1970, pues refleja el entusiasmo de Neruda con el triunfo de Allende, y la del 3 de noviembre de 1972, por el realismo profundo ante la agresión y embargo de Estados Unidos al cobre chileno”.
“Querido Salvador: no he ido a felicitarte porque he estado felicitándome. Supongo que desbaratamos la conspiración. Esto prueba que hay que pegarles fuertes. Ya vendrá el momento. Deberíamos invitar a algunos intelectuales extranjeros al cambio de mando. Para esto me gustaría conversar contigo, someterte una lista probable. Pero habría que hacer invitaciones desde ahora o mandar alguien. Yo puedo invitar por telegrama. El 18 comeremos un ciervo que preparará Matilde. Si vienes con Tencha sería espléndido para celebrar un triunfo a pleno ciervo. Abrazos entre los abrazos, Pablo”.
Allende y Neruda se conocieron en 1939 y tenían una relación “muy cordial, correcta, con altura de miras”, según Quezada. “Se admiraban y respetaban mutuamente”, en un vínculo acompañado “de un profundo realismo político”.
“Entre ellos primó la persona sobre el personaje, y ambos se reconocieron como combatientes en un momento histórico de Guerra Fría”, señala el autor.
“La lucidez y claridad de sus respectivas vocaciones sociales, los hermanó”, sintetiza. “Creían en la capacidad redentora de la acción política para el bienestar de las grandes mayorías postergadas”.
Abraham Quezada aspira a escribir la Summa Epistolar del poeta con varios volúmenes de correspondencia. «Me gustaría escribir una Biografía Epistolar del poeta, una especie de Confieso que he vivido paralelo. Es una tarea larga y fatigosa, pero en eso estoy», concluye.