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La cultura no es Beethoven y Mozart y la educación no es matemáticas y lenguaje Corporación Cultural de Peñalolén organiza debate sobre Educación y Cultura, entre otros

La cultura no es Beethoven y Mozart y la educación no es matemáticas y lenguaje

Pablo Chiuminatto, doctor en Filosofía y Teoría del Arte, dictará hoy la charla inaugural en la jornada “Diálogos por la educación y la cultura”, en la que experto expondrá una dura crítica sobre el divorcio entre la futura institucionalidad cultural en Chile y la reforma educacional. Para el teórico, Educación y Cultura son dos conceptos inseparables. «Es evidente que si pensamos en un país que pretende desarrollar su cultura, si esta no está en el núcleo de su educación más primaria y básica, siempre va a llegar como una especie de guinda a una torta que armaron otros”, indica.


El divorcio de educación y cultura, la falta de debate sobre contenidos en la reforma educacional y la necesidad de escuchar a los profesores en este proceso, son algunos de los temas de los que hablará Pablo Chiuminatto, doctor en Filosofía con mención Estética y Teoría del Arte, en la charla inaugural en la jornada “Diálogos por la educación y la cultura”, que realiza la Corporación Cultural de Peñalolén (Gimnasio Chimkowe, Grecia 8735, Peñalolén de 9:30 a 16:30 horas), cuyo objetivo es que directivos y profesores de colegios públicos de la comuna reflexionen en torno a la importancia de la cultura y el arte.

“Básicamente son dos discusiones para nosotros”, explica Chiuminatto, quien siendo consejero por la Región Metropolitana ante el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, así como del Consejo Sociedad Civil de la Dirección de Archivos y Museos del Mineduc, señala categórico que educación y cultura son conceptos inseparables.

“Se está creando un Ministerio de Cultura, separado del Ministerio de Educación. Eso ya plantea un gran tema, como si cultura y educación fueran dos temas separados. Es evidente que si pensamos en un país que pretende desarrollar su cultura, si esta no está en el núcleo de su educación más primaria y básica, siempre va a llegar como una especie de guinda a una torta que armaron otros”, indica.

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Chiuminatto

Pablo Chiuminatto

“La gente piensa que va a haber un Ministerio de Cultura al cual le va a tener que cobrar todo lo cultural, y que vamos a tener un Ministerio de Educación al cual le vamos a cobrar todo lo educacional. Y lo que nosotros estamos diciendo con esto es que tiene que haber un diálogo, porque son conceptos imposibles de disociar. Ambas entidades necesitan estar en relación, piensa que para cualquier cosa que quieras hacer con niños en colegios tienes que tener el permiso de la escuela”.

Ambos conceptos explican que “estemos juntando miembros del Consejo con los seremis de educación”, agrega, además de los docentes. “Pensemos  la cultura y la educación con la gente, y descubrir qué significa para ellos. Siempre pensamos que cultura es Beethoven y Mozart y que educación es saber matemática y gramática, y eso no es así”.

Para Chiuminatto, por desgracia esta disociación está presente en el proyecto del futuro Ministerio de Cultura. Según el mismo, “no está sentado en ningún directorio ninguna autoridad del Ministerio de Educación”, lamenta.

“No puede ser que estén enajenados estos dos núcleos, estos dos ministerios, cada uno con su propio presupuesto… Estas dos cabezas tienen que estar integradas”, asegura.

Agrega que en el caso de su Facultad, el nexo entre el polo cultural que es la UC y el mundo educativo que son los colegios se ha hecho a través de las filiales del proyecto “Biblioteca Escolar Futuro”. A través de su local en el campus Oriente beneficia a niños de 12 colegios de Providencia y Ñuñoa, mientras el del campus Villarrica está destinado a 58 escuelas de la Región de la Araucanía.

Reforma educacional incompleta

Pero no sólo esta disociación de conceptos le preocupa. También realiza un duro análisis de la Reforma Educacional en curso.

“En la reforma educacional nadie habla de currículum”, critica el académico. “Mientras no se hable de currículum, es muy difícil llegar a cambiar ciertas cosas. Se supone que se va a llegar a hablar de eso en algún momento”.

Para Chiuminatto, el problema de la reforma es que se hace desde arriba hacia abajo (“los profesores no se sienten escuchados”), y no al revés. Y agrega “el modelo a la educación tradicional no da para más. Puedes seguir obligando a un niño a que esté sentado en una sala de clases, pero la mente de ese niño ya no está allí”.

El académico además cree que, más que enseñar determinados contenidos preestablecidos, es necesario que el niño aprenda lo que necesita. Y se pregunta por qué un niño de la Patagonia debe aprender lo mismo que uno del norte de Chile, cuando sus necesidades son diferentes.

Por eso Chiuminatto cree que debe haber cambios a nivel de contenidos. “Mucho menos, y mejor”, asegura. “Con más tiempo, con más calma, con más comprensión y creatividad, ¡con más amor!, que es lo que en esta idea a nadie le importa, porque la cultura tiene que ver con la felicidad, también, y en este país a nadie le preocupa que el niño aprenda en un ambiente feliz”.

“Tenemos criterios de excelencia, calidad, pero la felicidad no le importa a nadie. Y si ese niño no tiene un patio donde jugar y un árbol donde tenderse a descansar a la sombra, ese niño difícilmente va a tener una experiencia feliz. Y está comprobado que lo que tú aprendes con agrado, con felicidad, aunque te cueste aprenderlo, lo recuperas con mucha mayor facilidad”, señala.

Para Chiuminatto es conflicto en el proceso de reforma es que dicen “vamos a reformar esto, vamos a reformar esto otro, ¿pero quién se preocupa de reformar la educación para que los niños sean más felices en el colegio? Nadie, porque eso no es un valor. Y ahí te das cuenta de vuelta de que a nivel cultural nos falta una mayor valorización de la felicidad por sobre rendir otras cosas”.

“¿Cómo vamos a hacer para que los niños del futuro no sufran lo que uno sufrió en el colegio? Porque pongámonos la mano en el corazón: yo no puedo querer que mis hijos estudien en ese mundo en que yo estudié. Me gustaría que los niños de Chile lo pasen bien en el colegio, porque si no fuiste feliz de niño, es difícil que lo seas de adulto”, dice.

Para el académico, el colegio debe ser más que un lugar donde los padres dejan a sus hijos mientras trabajan, “donde durante seis, siete horas a un niño se le meten contenidos en una caja cerebral, que tiene que digerir para luego demostrarme que los tiene adentro. Me parece que eso es siniestro. Eso no es conocimiento, tampoco es el saber, eso no es la cultura, no es el convivir ni el compartir”.

Diálogos de Educación

Las discusiones se realizarán en torno a los temas “Interdisciplina”, Multiculturalidad y patrimonio”, “Artes para la integración”, “Ciudadanía e identidades”, “Crear para educar” y “Tecnología y enseñanza”.

El evento es organizado por organizados por el área de Educación y Cultura de la Corporación Cultural de Peñalolén, y participan la Facultad de Letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, el Ministerio de Educación y la Red de Educación Pública (Reduca) de la comuna.

Tras la jornada se confeccionará un documento final que dé cuenta de las reflexiones desarrolladas en la jornada para sociabilizarlo en las instancias pertinentes.

 

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