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Tatiana Gaviola: «Suponer que hay un arreglo es descalificar la inteligencia de los jurados del Fondart» Siendo funcionaria de gobierno, la cineasta se adjudicó 140 millones de pesos para el proyecto «La mirada incendiada»

Tatiana Gaviola: «Suponer que hay un arreglo es descalificar la inteligencia de los jurados del Fondart»

Héctor Cossio López
Por : Héctor Cossio López Editor General de El Mostrador
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La realizadora, quien se desempeña desde julio de este año en La Moneda como asesora audiovisual para un proyecto que desarrolla la Presidencia, subrayó que no tiene inhabilidad alguna y que su trabajo en Palacio es completamente distinto al proyecto cinematográfico. Fuentes consultadas apuntan que el problema está en las bases del Fondart.


La cineasta Tatiana Gaviola, que desde julio de este año, se desempeña como asesora audiovisual de la Presidencia, desmiente que exista «algún tipo de conflicto de interés» entre su trabajo en La Moneda y los 139 millones de pesos que se adjudicó del Fondo de Fomento Audiovisual, tras haber sido seleccionado su proyecto de largometraje de ficción sobre la tragedia de Rodrigo Rojas de Negri y Carmen Gloria Quintana.

«No hay conflicto. Este proyecto ganó porque es un buen trabajo. Es la segunda vez que lo presento. El año 2015 lo presenté y no gané, también lo hice al Consejo Nacional de Televisión y me fue igual. Y este año logré el financiamiento. Así es el Fondart. Yo he ganado y perdido muchas veces», señala la realizadora, restándole validez a la polémica.

La adjudicación de $139.406.973 para el proyecto La mirada incendiada comenzó ayer a estar sujeto a críticas luego que se relacionara la selección de esta obra con su trabajo en La Moneda, su activa participación en la campaña de Michelle Bachelet y su amistad con la jefa de gabinete de la Presidenta, Ana Lya Uriarte.

«Yo soy como cualquier cineasta en este país. Necesito trabajar y para hacer películas postulo a los fondos. No hay otra manera. Suponer que mi trabajo en La Moneda tuvo algo que ver con la adjudicación del proyecto es descalificar la inteligencia de los jurados, que es independiente y que está compuesto por 10 personas», señala la directora, al tiempo que precisa que los fondos son para producción y «no para honorarios».

Fuentes del mundo audiovisual apuntan a que el conflicto no está tanto en el proyecto de Gaviola o en su trabajo como asesora en La Moneda si no que estaría en las bases del Fondart, que permite suspicacias que se traduce en que cada año sean puestos en duda la legitimidad de algunos proyectos.

En la versión del Fondart 2015, la adjudicación de 180 millones de pesos por parte de CorpArtes, la institución cultural que depende del grupo económico de Álvaro Saieh, levantó también una serie de críticas debido a que el responsable del proyecto había sido jefe de Fomento del CNCA y también al monto adjudicado, en circunstancias que el grupo económico al que pertenece CorpArtes es uno de los más poderosos del país.

Guardando las diferencias de ese caso con el de la cineasta, los argumentos que utiliza el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes para aclarar que en ambos casos no existe inhabilidad, son exactamente los mismos: que se cumplió con las bases del concurso, que no es miembro del Consejo ni tampoco tiene familiares en la entidad, y que el CNCA no es responsable, porque los jurados son externos.

En cuanto a la película La mirada incendiada, Tatiana Gaviola contó que el proyecto cuenta con el guión del dramaturgo Luis Barrales y que aún no termina el proceso de casting para definir los roles protagónicos de Carmen Gloria Quintana y del fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri.

 

 

 

 

 

 

 

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