Felipe Restrepo vino a promocionar su novela «Formas de evasión»
«Nos han vendido que la gente no lee, que sólo le interesa Twitter y Facebook, que el periodismo debe ser inmediato. No creo para nada en eso. Pienso que si les muestras una buena historia -por ejemplo, de un asesinato que acaba de ocurrir o de un caso de corrupción-, algo que conecte con su vida, va a enganchar y leer un texto largo. A veces conviene detenerse y pensar», asegura.
Una novela sobre un hombre atormentado ha escrito el periodista y editor colombiano Felipe Restrepo (Bogotá, 1978), que acaba de publicar «Formas de evasión» (Seix Barral).
Conocido en el mundo periodístico como director de la revista Gatopardo vino a Chile, Restrepo cuenta que siempre quiso escribir. Estudió Literatura y casi de forma simultánea entró a trabajar en la revista colombiana Cambio -en aquel momento fundada y dirigida por Gabriel García Márquez-, donde se buscaba una síntesis entre buena literatura y buen periodismo, «oficios paralelos que se van cruzando, y me interesa mucho explorar esos cruces».
«Formas de evasión» cuenta la historia de Víctor Umaña, un hombre atormentado, que siempre ha querido borrarse sin dejar rastro.
«Un testigo anónimo se obsesiona con su historia e inicia una persecución que lo lleva a rastrear las pistas que este personaje ha dejado desperdigadas en varios países. El narrador de este relato se encamina en una travesía asombrosa, plagada de etapas oscuras. Su investigación lo enfrenta con la violencia –pública y privada– que siempre ha sido un telón de fondo en la existencia de Umaña», dice la reseña editorial.
«Somos habitados por una serie de fuerzas que desde siempre nos han producido terror y nos impulsan a escapar. De eso se trata precisamente , esta inquietante novela de Felipe Restrepo, uno de los máximos exponentes de una nueva literatura en Colombia», ha dicho su colega Mario Mendoza.
Antes, Restrepo publicó la biografía Francis Bacon: Retrato de una pesadilla (Panamericana, 2008). Sus libros de perfiles Nunca es fácil ser una celebridad (Planeta, 2013) y 16 retratos excéntricos (Planeta, 2014) fueron publicados en cuatro países. En 2013, fue editor invitado en la redacción de la revista Paris Match, en París, y desde entonces es su corresponsal.
«Temas como la violencia pública están presentes en toda América Latina, aunque de manera diferente», dice el autor sobre uno de los tópicos presentes en la obra.
«Cuando me plantee esta historia no quería hacer una novela sobre el periodismo, pero sí que la violencia fuera un trasfondo. Y como alguien que se crió en Colombia y vive en México, donde el tema está presente, no podía ignorarlo».
Retrepo dice que vivió la violencia muy de cerca durante su infancia y juventud, especialmente por el enfrentamiento entre el Estado y el narcotráfico.
Un tópico que, «si uno escribe, siempre reaparece inevitablemente, y que me obsesiona», y que acabó invadiendo hasta las esferas más privadas. Eso mismo le ocurre al personaje principal, Umaña.
En plena era de la información, Restrepo es un fuerte crítico del periodismo que, debido a la sobreabundancia de datos, se pierde en ellos.
«Creo en el periodismo que se detiene, que reflexiona, que desde luego no puede ser objetivo sino lo contrario, porque es un sujeto el que lo narra», comenta. «Creo en el periodista que te cuenta una historia, con sus escenas y personajes que elige mostrar».
Para él este periodismo es mucho más efectivo.
«Nos han vendido que la gente no lee, que sólo le interesa Twitter y Facebook, que el periodismo debe ser inmediato. No creo para nada en eso. Pienso que si les muestras una buena historia -por ejemplo, de un asesinato que acaba de ocurrir o de un caso de corrupción-, algo que conecte con su vida, va a enganchar y leer un texto largo. A veces conviene detenerse y pensar».
La misma revista que dirige, Gatopardo, ha sobrevivido porque «no estamos compitiendo con ese periodismo», aunque lamenta que su opción tenga poco espacio en los medios principales. «Nosotros tenemos una base de lectores muy fiel, tanto en la versión impresa como digital. Nos leen en todo Hispanoamérica, en Estados Unidos».
Reconoce, eso sí, que es un periodismo que exige tiempo y trabajo, con artículos que toman meses de reporteo, escritura y edición. «Apostamos a un periodismo de primer nivel», con artículos que no pierdan su vigor a pesar del paso del tiempo, dice, aunque Gatopardo también aborda temas como la moda y la gastronomía, con las cuales se atrae a las marcas que sustentan el medio.
Gatopardo ya lleva 17 años en Colombia, con la idea de ser la «Vanity Fair» latinoamericana, y donde Restrepo se ha desempeñado en diversos papeles. Por temas de logística, economía y mercado se trasladó a México hace algún tiempo.
«Lo importante es contar una buena historia que no está en otros medios, sin importar la plataforma, ya sea digital o papel», dice, con periodistas que puedan trabajar en todas ellas.
Restrepo no se quiere privar de concluir hablando del proceso de paz. Él mismo hizo un perfil sobre el presidente Juan Manuel Santos.
«Fue un proceso fascinante, de una complejidad enorme. Dentro del país hubo una enorme oposición a que se hiciera, que hubiera un acuerdo de paz, porque nadie quiere a las FARC, que hicieron muchísimo daño», dice.
Sin embargo, «creo que negociar era el camino. No se iba a perpetuar una guerra que había dejado miles de víctimas y que no podía ganar ninguno de los dos lados. Santos fue muy valiente y el gobierno sacó el mejor acuerdo posible después de años y años de trabajo. Su legado histórico se comprenderá más dentro de unos años».
