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El músico chileno que integra la banda punk más famosa de Alemania Rodrigo González es hijo de exiliados y se crió en Hamburgo

El músico chileno que integra la banda punk más famosa de Alemania

Integra el grupo Die Ärzte desde 1993 y el próximo 6 de junio estará en Santiago como parte de la presentación del documental «El viaje», que muestra una visita suya a nuestro país y su encuentro con músicos como Mauricio «Chinoy» Castillo, Aldo «Macha» Asenjo y Camila Moreno, entre otros.


Rodrigo González (Valparaíso, 1968) puede ser un perfecto desconocido en Chile, pero en Alemania es una estrella. Como bajista de la banda punk Die Ärzte, la más famosa del país (junto a Die Toten Hosen) lleva 25 años de carrera, más de diez discos y han sido telonistas habituales de grupo como Kiss, además de hacer giras por Japón (2002) y Sudamérica (2004). En el país germano, Austria o Suiza hay pocos que no conozcan aunque sea una de sus canciones.

Este músico estará en Chile el próximo 6 de junio, específicamente en la Cineteca Nacional, como parte de la exhibición del documental «El viaje», del director germano-chileno Nahuel López, un cineasta que es un amigo de infancia. Ese film narra el reencuentro de González con Chile y su amistad con colegas más jóvenes como Chinoy» Castillo, Aldo «Macha» Asenjo y Camila Moreno, pero también integrantes de la vieja guardia, como Eduardo Carrasco, fundador de Quilapayún.

La cinta se muestra como parte del Festival de Cine Europeo, que se realiza en varias ciudades del país del 1 al 30 de junio próximo, tras un exitoso paso por el festival In-Edit en diciembre pasado, donde fue finalista para ganar en su categoría. González, quien viene invitado por el Goethe Institut, además tendrá actividades en la comuna de El Bosque y Valparaíso.

Hijo del exilio

González llegó a Alemania de niño, con su familia. Durante la UP su padre, un radical y fiel seguidor del presidente Salvador Allende, fue interventor de una fábrica de Ford en Valparaíso. También su madre estaba comprometida con la Unidad Popular. En 1973, tras el golpe, cuando González tenía cinco años, la familia debió abandonar el país.

Recalaron en Hamburgo, Alemania, donde Rodrigo se crió junto a su hermana Claudia, también música. Tras pasar por varios grupos punk germanos, como Die Erben, Die Goldenen Zitronen y Rainbirds en los años 80, en 1993 se incorporó como bajista, guitarrista y cantante a Die Ärzte («Los médicos»). Fue «el destino», comenta a Cultura + Ciudad. Con ellos fue parte de un MTV Unplugged y también creó su propio sello discográficos, Rodrec.

«Tengo mucha suerte de ser parte de este grupo», tan conocido. Su aporte al grupo, «desde el punto de vista musical, seguramente enriqueció la multiplicidad de estilos musicales. Pero el hecho de que los tres podamos cantar con certeza fortaleció nuestro desempeño en vivo». Eso sin mencionar como su contribución a la banda «el humor negro de los chilenos, que adoro».

En este grupo, González escribe e interpreta los temas junto a los otros miembros, el guitarrista Jan Vetter (alias Farin Urlaub) y el baterista Dirk Felsenheimer (alias Bela B). Con una carrera desde 1982, la banda sigue tocando regularmente. De hecho, antes de llegar a Chile en junio próximo, el chileno tocará con su grupo en estos días en lugares como Bonn, Hamburgo, Bremen, Múnich, Essen y Berlín.

Además acaba de aparecer la biografía oficial del libro, «Das Buch Ä» (2016, Schwarzkopf&Schwarzkopf), de Stefan Üblacker, de 928 páginas. Allí se cuenta su paso de banda underground a superventas (incluida una portada para la revista «Bravo», la principal revista juvenil alemana en los 90), recitales sólo para mujeres (y otro sólo para hombres), actuaciones para Año Nuevo en Colonia y otras bajo distintos seudónimos en ciudades pequeñas de Alemania. Todo cruzado, como no podía faltar, por distintos proyectos individuales de cada integrante.

«Nunca buscamos ser famosos», ha dicho Vetter para resumir el espíritu de la banda. «Siempre nos preguntamos de qué teníamos ganas. Aunque nunca nos opusimos al éxito».

Con el foco en los músicos chilenos

En cuanto a la película «El viaje», González cuenta que todo partió por una visita que quería realizar a «Macha», a quien conoció en Berlín en 2001 en el famoso Club Zapata del desaparecido centro cultural Tacheles, para grabar algunas canciones de músicos que éste conocía.

«De forma paralela me habló Nahuel López, un cineasta de Hamburg, a quien conocía de mi niñez. Él quería hacer una cinta sobre músicos chilenos, pero le faltaba un protagonista para el relato».

González y López se juntaron en Hamburgo y dieron entonces forma al proyecto, que quería indagar en las raíces (musicales) del primero. «Me declaré dispuesto a llevar al espectador a este viaje, pero siempre con el foco en los músicos chilenos», explica González.

El músico había estado en Chile por primera vez después del exilio en 1999, para visitar a su familia, además de la gira de 2004 con Die Ärzte. Recién entonces, gracias a «Macha», «se me abrió una perspectiva totalmente nueva sobre la escena musical chilena».

González con «Macha».

La escena local

¿Qué imagen se hizo González de sus colegas durante la filmación del film?

«Es muy activa y ha incorporado las raíces de la Nueva Canción Chilena, al menos aquellos que son interesantes para mí. Una característica central de la música chilena actual es la mezcla de distintos ritmos e instrumentos latinoamericanos, norteamericanos pero también noreuropeos, junto a una poesía que no se toma muy en serio, en línea con el humor chileno», responde.

Entre sus principales exponentes, además de «Macha», González nombra a Álvaro Henríquez y Jorge González, «un pionero de la música pop y rock chilena».

Entre los veteranos, para él están Víctor Jara «por la obra multifacética que realizó en los pocos años hasta su asesinato, Violeta Parra por la definición de la canción chilena emancipada, y por supuesto a Eduardo Carrasco (Quilapayún) y Horacio Salinas (Inti Illimani) por ser la banda sonora de mi niñez».

González destaca que el film ha logrado mostrar en Alemania a unos músicos cuya riqueza el público germano desconocía, llevando una imagen que va más allá de la típica postal de la Patagonia, los volcanes y el desierto de Atacama.

«Muchos amigos míos quedaron muy entusiasmados, especialmente por la música, y obviamente la primera pregunta fue ‘cuando sale la banda sonora del documental'».

Una banda sonora que efectivamente se lanzará en junio próximo en Alemania, primero en la edición del film en blueray de la distribuidora Alive y luego en septiembre en CD, vinilo y digital a través de la discográfica Broken Silence.

 

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