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Sobre la divulgación científica: Lo que no se comunica no existe, lo que no se conoce no se valora Convenio con revista de divulgación científica Heureka

Sobre la divulgación científica: Lo que no se comunica no existe, lo que no se conoce no se valora

Según los resultados preliminares de la Segunda Encuesta Nacional de Divulgadores Científicos en Chile, el panorama ha mejorado, reflejado en el aumento de carreras de periodismo entre el 2012 y el 2017 que ofrecen un curso en su malla. No obstante, advierte que estos ramos en su mayoría son impartidos por periodistas con experiencia en medios, a quienes reconoce el valor de su experiencia, pero enfatiza que se debe robustecer académicamente el área.


Chile necesita más ciencia para progresar, es una de las consignas que han levantado diversos movimientos ciudadanos compuestos por científicos surgidos en la última década. No obstante, según la Encuesta Nacional de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología en Chile, desarrollada por CONICYT en 2016, esto parece no ser un sentir de la población, ya que la investigación científica se ubica en uno de los últimos lugares donde los encuestados aumentarían la inversión pública. ¿Por qué no hay un acuerdo en la sociedad? ¿Será un problema de comunicación? Todo parece apuntar hacia allá.

Históricamente, la divulgación del conocimiento en Chile ha sido llevada a cabo por gente apasionada. Ya sean periodistas o investigadores, es la autoformación la herramienta utilizada para revelar a la población esa punta del iceberg del desarrollo científico nacional. Pero ya en el siglo XXI, el motor de la divulgación no puede seguir alimentado sólo por el amor a la ciencia, se requiere una sociedad que la exija, una institucionalidad que la avale, una comunidad científica que la reconozca y un respaldo académico por las universidades para profesionalizar la comunicación en este ámbito.

Uno de las profesiones que debiese dar este salto es el periodismo, carrera llamada a ser el puente entre la comunidad científica y la ciudadanía, quienes deben poner en valor el conocimiento basado en ciencia. Sin embargo, raramente escuchamos a nuestros futuros periodistas planteando su interés por el área. Esta situación, que no aparece en la discusión sobre la feble divulgación científica en Chile, puede ser tal vez  uno de los principales motivos de nuestro aletargado andar en la materia.

Teresa Vernal, doctora en Comunicación Social de la Universidad Pompeu Fabra, es una de las pocas investigadoras que indaga este aspecto. Según los resultados preliminares de la Segunda Encuesta Nacional de Divulgadores Científicos en Chile, el panorama ha mejorado, reflejado en el aumento de carreras de periodismo entre el 2012 y el 2017 que ofrecen un curso en su malla. No obstante, advierte que estos ramos en su mayoría son impartidos por periodistas con experiencia en medios, a quienes reconoce el valor de su experiencia, pero enfatiza que se debe robustecer académicamente el área.

Fotografías gentileza Revista Heureka

“Es necesario trabajar el tema de la rigurosidad, la historia de la ciencia, el trato con el científico, como abordar el reportaje en ciencia y las diferentes aristas de la comunicación científica. La divulgación no está solamente en la prensa, en la radio o en la televisión, también está los eventos, exposiciones artísticas, muestras itinerantes, entre otras cosas. Falta picar el bichito en los estudiantes y mostrarles que divulgar es mucho más de lo que ellos creen o de lo que los medios muestran”, indica la académica de la USACH.

Como país estamos en pañales en aspectos de divulgación, pero hay diferentes actores que hoy empujan para que como sociedad demos el siguiente paso. En ese escenario, no solo basta con fortalecer un canal entre la comunidad científica y la ciudadanía, sino también ser capaces de potenciar el pensamiento crítico en la población. Bajo la búsqueda de mejorar potenciar la divulgación científica en Chile, nace la ONG Ciencia Acción cuyo director, José Gallardo, observa la urgencia de “mentes pensantes” en la población, que lejos de cerrar ciclos cual autómatas lo hagan con un propósito sustancial.

“Al observar y conocer la enorme necesidad que tiene Chile por desarrollar mayor divulgación científica, se crea nuestra iniciativa, que desde una plataforma muy acotada pretende desarrollar un espíritu crítico en la sociedad desde la divulgación, más que solamente transmitir información de un lado a otro”, señala Gallardo, desde las dependencias del observatorio ALMA donde trabaja como Science Archive Content Manager.

Según Gallardo, esta tarea no es algo opcional si se ambiciona el progreso, sino que es fundamental. “Los países desarrollados, como Alemania, entienden que la ciencia es una inversión a largo plazo, y entienden también que una sociedad crítica es la precuela de la sociedad del conocimiento, por lo que fomentan ambas caras de la moneda, la investigación y también la divulgación. En este aspecto, considero que hay muchas voces que se preguntan si es realmente necesaria la difusión, cuando a mi juicio, es esencial y no debiera cuestionarse”, expresa el astrónomo.

De la misma forma piensa la Iniciativa Científica Milenio (ICM), programa del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo de Chile, que desde sus inicios consideró la comunicación como un pilar fundamental de los centros de investigación que financia. De esta forma, ICM con su área de Proyección al Medio Externo, ha logrado establecerse como referente de la institucionalidad para la comunicación científica, dando los primeros pasos en este cambio de percepción desde la esfera pública.

“La comunicación de la ciencia está en el ADN de Milenio. Cuando se diseñó el programa, se definieron pilares para desarrollar la investigación en un país que tenía poco desarrollo en el área en ese momento. Entre esos pilares se incorporó la transferencia del conocimiento a la sociedad como un pilar tan relevante como la investigación de alto nivel, la formación de jóvenes científicos y las redes de colaboración”, señala Virginia Garretón, directora Ejecutiva de ICM.

Dar a conocer los estudios desarrollados en Chile y patrocinados por el Estado, para Garretón es algo necesario, ya que así se le demuestra al país que invertir en ciencia es una buena decisión. “Esto no siempre es tan evidente, y es más fácil para todos comprender por qué hay que usar los fondos en las prioridades de urgencia. Sin embargo, la ciencia tiene retornos de largo aliento, que si no hacemos ahora es tarde hacerlo en el futuro”.

El posicionamiento de la divulgación científica, al igual que el progreso de la investigación en Chile, ha sido algo que ha tomado tiempo. A pesar de lo fundamental que es esta área para el fomento de la cultura científica nacional, esta no logró tener un espacio relevante en el proyecto del nuevo Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación; perdiendo la oportunidad de dar el tan ansiado salto, volviendo más difícil para todos transformarnos en el futuro próximo en una sociedad basada en el conocimiento.

Para leer el artículo original de Revista Heureka pinche aquí.

 

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