Publicidad
La negritud en la literatura y el enriquecimiento de la cultura nacional con la africanidad CULTURA

La negritud en la literatura y el enriquecimiento de la cultura nacional con la africanidad

Alexandra Pardo
Por : Alexandra Pardo Abogada de Mamá Legal
Ver Más

“La negritud en la literatura” es un concepto que llega con la inmigración haitiana y, por ende, con su riqueza cultural y literaria que resulta desconocida hasta ahora en Chile, en gran medida por la barrera idiomática. Actualmente, una editorial se aboca a entender y difundir la “negritud” como uno de los grandes motores de la creación artística.


Entre las variadas y numerosas actividades que se realizaron para conmemorar el Día Internacional del Libro, hay una que destacó por su atingencia con la actualidad nacional, donde la explosiva migración que se ha experimentado en Chile y las medidas adoptadas por el Gobierno para regularla, acaparan gran parte de la agenda informativa.

La migración, en este caso, siempre se reduce a los eventuales impactos negativos que se atribuyen como consecuencia de la llegada del extranjero: la saturación del mercado laboral, el aumento de la burbuja inmobiliaria y el hacinamiento, los riesgos en la seguridad por el posible ingreso de personas con antecedentes delictuales, etc.  Sin desconocer ninguno de esos temas, poco o nada se habla de cómo los procesos migratorios también engrandecen la cultura, en especial cuando nuestro propio reflejo comienza a alternarse con el del otro.

A fines de abril se realizó en el Museo de la Educación “Gabriela Mistral”, ubicado en Quinta Normal, el encuentro “La negritud en la Literatura”, organizado por Microsesiones Negras, que es una agrupación de mujeres afro-chilenas, que en esta oportunidad dedicaron su sesión a las letras haitianas.

El encuentro literario fue una oportunidad para encontrarse con esta palabra y su sonoridad. Con Wielka Aspedilla como moderadora, la jornada presentó una muestra de autores haitianos, con el apoyo de “Ambos Editores”, que se ha dedicado durante los últimos años a traducir algunas obras concebidas en francés/creol al español.

En la oportunidad, se presentó el libro Sobresaturado, del poeta Marckenson Jean-Baptiste, que escribe en español y, por tanto, vence la distancia de la traducción para presentarse como una obra directa desde la pluma de su creador. Así, nos presenta “sus sentimientos desde la realidad que lo rodea, en esta diáspora involuntaria, sus sentimientos de la patria que abandonó, solo temporalmente”, en palabras del crítico mexicano Raúl Aníbal Mesa.

En este poemario, según Mesa, “se mezclan dos culturas o dos realidades a través de una misma experiencia vivencial: la del poeta que presenció el último fenómeno que afectó trágicamente a su tierra y a su gente; y la de la víctima, porque aun cuando sobrevivió al terremoto del 12 de enero del 2010 en Haití, es una víctima”.

El poeta isleño y “la negritud”

Después fue el turno de Jean Jacques Pierre-Paul, médico y poeta nacido en Jacmel, un puerto en Haití, y que ha vivido el destierro de las islas hasta terminar en Chile, desde hace casi una década. De su tierra natal emigró a Santiago de Cuba, para estudiar Medicina, y luego se vino a Santiago de Chile a estudiar un magíster de especialización en el área médica.

“Médico, poeta o loco. O, migrante, inquieto y frágil. Nada más que eso”, fueron parte de sus palabras de presentación en este coloquio, explicando que comenzaría por explicar “la negritud” en la literatura, para luego terminar en uno de los autores más importantes de la literatura haitiana, Frankéttiene.

“El color de piel es lo que menos importa en la identidad de una persona. Por lo tanto, el color de piel no importa en el concepto de la negritud. Porque negritud no es escribir sobre África, no es hablar de África. Es más que eso, es llevar a todas partes, por donde va uno. Negritud es llevar esta africanidad. Es demostrar que todos somos afro y algo más… Eso es negritud”, explicó.

“Todos hemos sido africanos antes de nacer, esa es la esencia de la negritud”, añadió Pierre Paul al precisar que su escritura “está en una literatura caribeña muy presente. Por lo tanto, yo también he construido mi negritud. Mi negritud es una sed de africanidad. Es decir, yo vivo con una sed de africanidad que se puede entender como una sed de libertad, un rechazo a todo tipo de dominación (…). También hay que tener cuidado cuando se hace del color de piel un escudo de batalla. Nosotros solo deberíamos referirnos a nuestro color de piel cuando es una preocupación del otro, no es mi preocupación. No puede ser un escudo de batalla, la batalla debería ser siempre con la mente”, precisó.

Jean Jacques agregó que la negritud, como identidad, es dinámica y permanentemente evolutiva. “Yo, como soy africano y algo más, y haitiano y algo más, si lo explico con una palabra más simple: desde África a Chile mi negritud tuvo que haber sido evolucionada. Entonces, por todos los lugares por donde paso he tenido que enriquecer mi negritud. Eso es realidad para cualquier tipo de identidad, la identidad no es estática (…). La vida en realidad es alguien caminando, alguien caminando que va desde sí mismo hacia los demás, desde los demás hacia sí mismo… No es un lugar para dormir tranquilo”, sostuvo.

El eterno retorno hacia la raíz universal

Así la “negritud” entendida como un eterno retorno hacia una raíz universal está presente en la obra de Pierre-Paul, señalando que el despertar de la “negritud”, tal como la entiende uno de los principales referentes literarios de su país, Frankéttiene, comienza con la revolución haitiana.

“Negritud también es el humanismo ante la vida… entonces, la literatura haitiana parte de una necesidad. Era necesario hacer literatura desde que nació la nación haitiana”, puntualizó. Un reflejo de ello fue que con ese acto de independencia basó su importancia en la construcción de su discurso y en su himno nacional.

“Cada sonido de tambor es una novela en Haití”, sentenció el poeta Pierre-Paul, al contextualizar que la literatura haitiana debió competir con la literatura francesa, por una tendencia histórica. Aun así, la literatura haitiana logra posicionarse como la más importante escrita, luego de la francesa, en volumen y diversidad. Eso se refleja en los premios internacionales que reciben los autores haitianos.

El ‘blanco más negro’ y el ‘negro más negro’ de Haití

Jean Jacques Pierre-Paul presentó también a uno de sus grandes maestros, el poeta Frank Éttiene, a quien descubrió en los extensos horarios de las bibliotecas públicas de Haití. “Frankéttiene representa para mí toda la negritud, porque él no es negro y él se presenta como el negro más negro de Haití. Es hijo de una haitiana con un empresario americano. Su madre trabajaba con él, y según Frankéttiene, producto de una violación nació él, y nació blanco. No es mulato, es blanco, pero él es el negro más negro de Haití”, señaló.

“Entonces, él representa la esencia de la cultura haitiana, porque entendí por medio de él qué es esa profundidad de la cultura haitiana, y cómo él llegaba tan profundo”, añadió el escritor. “Cuando yo empecé a leer a Frankéttiene él comenzó a representar toda la negritud… Él abordaba la negritud desde un punto de vista de la rebeldía, de un despertar en contra de cualquier tipo de dominación”, sostuvo Pierre-Paul.

“Por eso su obra ha sido una obra total, no tiene género… Frankéttiene no tiene género, en su obra se ve cuento, poesía, se ve de todo. Él aprendió a romper las barreras entre los géneros. Cuando él decía que era el género total, yo no podía entender y empecé a leer su libro y ese fue mi primer despertar, por eso siempre hablo de él como mi maestro”, explicó.

Algunas de las obras de Jean Jacques Pierre-Paul han sido traducidas por su propia pluma y publicadas en Chile por Ambos Editores. Esta misma casa editorial ha traducido y publicado las obras de Frankéttiene y se pueden encontrar en la librería del Centro Cultural GAM.

La actividad concluyó con la lectura de José Salvador, un niño de origen haitiano y luego de un dueto musical.

Publicidad

Tendencias