Publicidad
La instalación sobre el cambio climático que permitió ver en vivo el trabajo de trío de artistas y científicos CULTURA

La instalación sobre el cambio climático que permitió ver en vivo el trabajo de trío de artistas y científicos

«Creando realidades», realizado en la UCSC en Concepción, posibilitó al público observar a los profesionales durante su trabajo y conversar con ellos. La labor incluyó la confección de ilustraciones y esculturas, tanto de ellos como de los moluscos, su objeto específico de estudio. «Los científicos a veces nos concentramos demasiado en los ‘datos duros’ y se nos olvidan las emociones y la importancia de los procesos culturales. El combinar el arte y la ciencia nos da la oportunidad de no solo comunicar la ciencia, sino también de pensar en estas problemáticas de manera diferente, más global, de imaginar otro futuro y de los pasos que necesitamos para ello», señaló la bióloga y escultora Fernanda Oyarzún.


Un trío de científicos e ilustradores se instaló durante varios días en una sala de exposiciones de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) durante un estudio del cambio climático.

La instalación permitió al público observar a los profesionales durante su trabajo y conversar con ellos. La labor además incluyó la confección de ilustraciones y esculturas, tanto de ellos como los moluscos, su objeto específico de estudio.

La bióloga Fernanda Oyarzún, por ejemplo, trabajó con cerámica gres y también greda de las profundidades del océano. Los ilustradores Felipe Portilla y Alonso Salazar, por su parte, usaron distintas técnicas: grafito, tinta, acuarela y acrílico.

«Desde que era un niño sentía la necesidad de entender mi entorno dibujándolo, lo hacía como un juego, bichitos, hojas de arboles y sobre todo aves era lo que más disfrutaba dibujar», comenta Salazar.

«Trabajando con los investigadores vuelvo a experimentar esa misma pasión, pero esta vez creo que mi rol es servir de puente para que esa información llegue de manera más simple y directa a la gente. Siento que hay tanto por mostrar, hay tantos organismos que es importante conocer y sobre todo diseñar estrategias para su conservación», dice el artista, que en sus trabajos utiliza distintos lenguajes artísticos, como el comic, el mural y la ilustración analítica.

Cambio climático

La exposición “Creando Realidades, Adaptación al Cambio Climático” se realizó durante cuatro días y concluyó el pasado viernes 8 de marzo, dentro del marco de la versión cero de la Bienal Concepción, Arte & Ciencia, que se va a desarrollar en abril y que es un esfuerzo colaborativo de tres universidades: la UCSC, la U. de Concepción y la Universidad del Biobío.

La reacción del público fue diversa. Algunos prefirieron mirar de lejos y otros se acercaron a hacer preguntas o compartieron «sus historias del arte y sus profesiones», según Oyarzún.

«Todos observamos y creamos de maneras distintas, y eso nos gusta, es parte del proceso de la ciencia y del arte», señala.

La elección de los moluscos fue clave en el contexto del cambio climático. La bióloga recordó que los animales marinos que calcifican (es decir, que hacen estructuras como las conchas), tienen problemas cuando la acidez del agua cambia.

«Dentro de las temáticas que investigan en MUSELS está justamente el efecto de la acidificación del océano sobre animales que cultivamos en la acuicultura en Chile. Por ejemplo, a nivel mundial somos el tercer país exportador de choritos, de hecho, la cifra es muy parecida a los salmones, y esta especie es nativa. Lo que pase en términos a la acidificación no es trivial para Chile».

Otra especie nativa que investigan en MUSELS, es el ostión del norte en Tongoy, ya que su cultivo es un modelo socioecológico y económico de cómo pescadores se han adaptado a las condiciones cambiantes del mar y de sus recursos.

«Lo que queremos reflejar en este proyecto es cómo la investigación científica se entrelaza con la historia de las comunidades, con su ambiente, con sus tradiciones y con su visión de futuro», resalta.

 

Aporte de ilustradores

En la instalación, el objetivo fue abrir una ventana al proceso creativo y colaborativo en las artes y ciencias en sus etapas iniciales, sin filtros ni ensayos, para visibilizar lo complejo de los procesos de construcción del conocimiento y cocreación, explica Oyarzún.

«Los científicos a veces nos concentramos demasiado en los ‘datos duros’ y se nos olvidan las emociones y la importancia de los procesos culturales. El combinar el arte y la ciencia nos da la oportunidad de no solo comunicar la ciencia, sino de pensar en estas problemáticas de manera diferente, más global, de imaginar otro futuro y de los pasos que necesitamos para ello».

Portilla señala que, en su caso, su trabajo como ilustrador científico es transformar información compleja en imágenes que ayudan a comprender de mejor manera un texto científico o una idea.

Él está elaborando una ilustración del ostión del norte (Argopecten purpuratus) incorporando características que son importantes para la identificación, conservación y cultivo de este recurso económico.

«Mi objetivo es abarcar diferentes aspectos de esta especie, para que la ilustración tenga usos concretos dentro de las actividades que realiza MUSELS. Además estoy exponiendo trabajos originales que han sido realizados entre 2014 y 2018 para diferentes proyectos, que incluyen desde investigación hasta divulgación científica», comenta.

La instalación incluyó la recreación de las manos de los investigadores.

En el caso de Salazar, siente que su aporte viene del lado «del observador naturalista y, en ese sentido, al no tener la mirada del científico, puedo disponer de una serie de herramientas gráficas y lenguajes pictóricos, para poder instalar temas que para la mayoría de la gente pueden ser de difícil comprensión, como la problemática del cambio climático y acidificación de los océanos».

«Vengo a trabajar y compartir con mis pares procesos creativos. Ser una ventana que nos conecte con la gente mientras estamos creando, dibujando, experimentando, etc. Además en lo particular, en esta actividad estaré planificando un mural que pintaremos en la bahía de Tongoy, en donde pretendo mostrar la importancia del recurso ostión en lo central y los distintos componentes culturales, históricos».

El trabajo fue parte de la etapa inicial de planeamiento del proyecto Arte y Ciencia 2019 del Núcleo Científico Milenio MUSELS, que investiga la capacidad de resiliencia de los sistemas socioecológicos de la acuicultura de moluscos en Chile, en un escenario de cambio climático.

«Estamos en la galería exponiendo trabajos previos y paralelos que nutren nuestros procesos creativos, pero también trabajando en nuestras creaciones, conversando ideas, explorando y desarrollando bosquejos como si estuviéramos en nuestros estudios. El proyecto Arte&Ciencia de MUSELS que estamos comenzando aquí estará terminado a fin de año e involucra desde una proyecto escultórico, hasta un mural en un liceo de Tongoy a material gráfico que les servirá a los científicos de MUSELS para comunicar sus ideas», remató Oyarzún.

De izq. a der.: Felipe Portillo, Alonso Salazar, Fernanda Oyarzún y Cristián Vargas, director del MUSELS

Arte y ciencia

Otro objetivo de la instalación fue abrir una ventana al proceso creativo y colaborativo desde una perspectiva interdisciplinaria, sin filtros ni ensayos, para visibilizar lo complejo pero a la vez emocionante de construir conocimiento y cocrear, en palabras de la bióloga.

«Generalmente estos aspectos están invisibilizados en la ciencia y las artes, y lo que queremos es dar un espacio para reflexionar sobre esta etapa: la importancia de la colaboración, del ensayo y error, del componente fortuito, de nuestras historias, vivencias y visiones», agrega.

Para la bióloga, arte y ciencia son dos elementos que, contra lo que se pudiera pensar, siempre han estado interconectados.

«Me he dado cuenta de que es algo que les pasa a muchos, porque en el fondo el conocimiento es un continuo», explica.

«Hoy en día, el trabajo interdisciplinario es cada vez más frecuente, porque las problemáticas que enfrentamos no se pueden resolver desde una sola disciplina. El cambio climático, que es el tema en el que nos enfocamos acá, tiene repercusiones a toda escala, desde la crisis hídrica a nivel mundial, efectos sobre biodiversidad, y nivel del océano hasta los incendios forestales o los efectos de la acidificación del océano sobre los cultivos de choritos», afirma.

¿Cuál es la importancia de conjugar arte y ciencia?, preguntamos.

«Para mí tiene que ver con aprender a mirar una misma problemática desde distintos ángulos, el fomentar la creatividad, el pensar el conocimiento de una manera más holística y el incorporar las emociones, la cultura y la historias de las comunidades en nuestra labor científica», responde Oyarzún.

Portilla recuerda que en sus estudios de pregrado en biología marina descubrió la ilustración científica, una disciplina que le interesó profundamente y comenzó a aprender y aplicar en sus estudios.

«Para mí la importancia de unir arte y ciencia significó descubrir una vocación que incluye, por una parte, una componente artística que se ve reflejada en la objetividad, precisión y fidelidad de las ilustraciones científicas, y por otra parte una componente artística que se manifiesta en la belleza y sensibilidad de las ilustraciones científicas», concluye.

Publicidad

Tendencias