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Neurociencia: ¿influye el tipo de parto en el desarrollo del cerebro? CULTURA|CIENCIA

Neurociencia: ¿influye el tipo de parto en el desarrollo del cerebro?

¿Y tu hijo nació por cesárea o parto natural? Es una pregunta que podemos escuchar a menudo en conversaciones de maternidad, y quizá muchos no consideran esto de mayor importancia, pero lo cierto es que el modo de nacimiento es un factor que puede determinar cómo será el desarrollo de un niño y los neurocientíficos comienzan a descifrar específicamente cómo el modo de nacimiento impacta en el desarrollo de nuestro cerebro.


La cesárea es una operación que consiste en retirar un feto tras realizar una incisión en el abdomen de su madre. Se cree que el término cesárea viene del latín “caedere”, que significa cortar, y algunos postulan que el mismísimo emperador romano Julio César se le llamó así porque nació mediante esta operación, aunque otros sugieren que es una creencia errada.

La cesárea es recomendada por médicos cuando el feto o la madre tienen complicaciones para llevar a cabo el parto de forma natural. Sin embargo, en los últimos años la cesárea se ha masificado tanto que los científicos se han puesto a investigar cuáles son los efectos que tiene el parto por cesárea versus el parto natural. 

[cita tipo=»destaque»]El periodo perinatal, es un estado del desarrollo que ocurre justo luego de nacer y que tiene una gran importancia en el desarrollo del cerebro del recién nacido. Durante esta etapa, ocurre un proceso de muerte celular que perfecciona las conexiones neuronales que se estabilizan más adelante. Este fenómeno sucede tanto en roedores como en humanos. En ratones esto ocurre durante la primera semana postnatal y elimina aproximadamente el 50% de las neuronas inicialmente generadas. Estudiar este proceso en el periodo perinatal es clave para entender cómo se va a ir desarrollando el cerebro.[/cita]

Es claro que una cesárea puede salvar una vida, tanto del bebé como de su madre, pero no hay evidencia de que practicar una cesárea muestre beneficios en un caso de embarazo que no lo requiere. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomendó ya en 1985, que entre un 10 y un 15% de tasa de cesárea es aceptable, pero a partir de ese año el índice de cesáreas ha aumentado significativamente, lo cual no tiene lógica si consideramos que la sofisticación de la medicina aumenta a través del tiempo, lo que debería disminuir los riesgos que hacen necesario practicar cesáreas y por ende disminuir o mantener su índice estable.

Datos del 2014, provenientes de las Naciones Unidas muestran que la región del mundo que tiene el mayor índice de cesáreas practicadas por nacimiento es Latinoamérica, con más de un 40%, dentro de la cual, Sudamérica encabeza la lista con un índice de 42,9 %. Debido a este aumento, cobra importancia entender cuáles son los efectos de un parto por cesárea sobre el recién nacido.

¿Qué efectos tiene el tipo de parto sobre el desarrollo?

Durante el parto natural, el feto nace a través del canal vaginal de su madre, y durante este trayecto, el feto es expuesto a microorganismos que la madre posee y que son beneficiosos para el desarrollo del bebé. Además, durante el parto natural el feto está expuesto a cambios hormonales y mecánicos que se cree que preparan al feto para su supervivencia luego de nacer. Todos estos cambios no ocurren cuando el bebé nace por cesárea. 

Se ha demostrado previamente que los niños nacidos por cesárea están en mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2, asma, enfermedad celiaca y obesidad. Pero los científicos ahora también se preguntan, ¿Qué cambios producen en nuestro cerebro un parto por cesárea?

Los investigadores del Instituto de Neurociencia de la Universidad Estatal de Georgia, Estados Unidos, describen con sorpresa la poca atención que se ha puesto en el efecto de la cesárea sobre el desarrollo del cerebro, y decidieron descifrar este proceso. Sin embargo, el problema para estudiar efectos de la cesárea en humanos es que estas cirugías son practicadas muchas veces en embarazos que ya tienen ciertas complicaciones, por lo que estos factores no permiten una observación científica clara y pueden confundir las conclusiones. Por ello, los científicos decidieron evaluar los efectos de la cesárea en ratones, un animal comúnmente estudiado en neurociencia como proxi a humanos.

El periodo perinatal, es un estado del desarrollo que ocurre justo luego de nacer y que tiene una gran importancia en el desarrollo del cerebro del recién nacido. Durante esta etapa, ocurre un proceso de muerte celular que perfecciona las conexiones neuronales que se estabilizan más adelante. Este fenómeno sucede tanto en roedores como en humanos. En ratones esto ocurre durante la primera semana postnatal y elimina aproximadamente el 50% de las neuronas inicialmente generadas. Estudiar este proceso en el periodo perinatal es clave para entender cómo se va a ir desarrollando el cerebro. 

Para obtener datos confiables, los científicos debían sincronizar el parto natural con la cesárea, de modo que ambas ocurrieran en la misma fecha, para evitar cualquier efecto temporal en las mediciones.

Dado que el parto es un proceso estresante e inflamatorio para los tejidos del recién nacido, los científicos, en primer lugar, se enfocaron en estudiar una estructura cerebral, el núcleo paraventricular (PVN), una región del hipotálamo que tiene importancia para el manejo del estrés.

Se encontró que, en las neuronas del PVN, la muerte neuronal era 4 veces mayor en los partos por cesárea que en los ratones nacidos por parto natural. Sin embargo, posteriormente, la muerte celular se estabilizaba y era en ambos casos similar. Cuando los investigadores observaron lo que pasaba en otras regiones de manejo del estrés y la memoria, notaron un patrón similar que consiste en una diferencia significativa en estadios iniciales perinatales para luego estabilizarse en valores similares entre ambas condiciones. 

Adicionalmente, los investigadores revelaron que las células vasopresinérgicas, un tipo celular clave para el manejo del estrés en el PVN, eran significativamente menores en cantidad, en los ratones nacidos por cesárea.

Posteriormente, los investigadores estudiaron las vocalizaciones ultrasónicas de los ratones, los cuales son sonidos muy agudos de alrededor de 30 kHz, que el humano no alcanza a oír, y que los roedores emiten cuando son separados de sus madres. Los científicos revelaron que los ratones nacidos por cesárea emitían sonidos de menor amplitud que los nacidos por parto natural, lo que sugiere que la capacidad de comunicarse con la madre podría verse disminuida en ratones nacidos por cesárea.

Finalmente, los científicos midieron la ganancia de peso de los ratones en 3 diferentes etapas del desarrollo perinatal, encontrando que a los 23 días de edad, momento en el que los ratones ya no reciben leche de sus madres, la ganancia de peso es significativamente mayor en los ratones nacidos por cesárea. Esto podría vincularse a un trastorno metabólico en animales nacidos por cesárea, aunque aún no se han obtenido evidencias sustanciales de esto.

Este estudio concluye que el parto por cesárea altera el desarrollo neonatal del cerebro en ratones y afecta el manejo del estrés a nivel neuronal, así como habilidades comunicativas, y el peso corporal. 

Futuros estudios podrán descifrar hasta qué punto la cesárea puede alterar el desarrollo cerebral en humanos, pero por ahora y en base a este estudio, se aconseja con mayor razón, limitarla a situaciones de riesgo que lo ameriten.

Referencias:

  https://www.who.int/reproductivehealth/publications/maternal_perinatal_health/cs-statement/es/

Betrán, A. P., Ye, J., Moller, A. B., Zhang, J., Gülmezoglu, A. M., & Torloni, M. R. (2016). The increasing trend in caesarean section rates: Global, regional and national estimates: 1990-2014. PLoS ONE, 11(2), 1–12. http://doi.org/10.1371/journal.pone.0148343

Castillo-Ruiz, A., Mosley, M., Jacobs, A. J., Hoffiz, Y. C., & Forger, N. G. (2018). Birth delivery mode alters perinatal cell death in the mouse brain. Proceedings of the National Academy of Sciences, 201811962. http://doi.org/10.1073/pnas.1811962115

*Este artículo surge de la alianza de contenidos entre El Mostrador y el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso

 

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