CULTURA
«Los ojos de Catalina», de la compañía Teatro de La Frontera, relata la historia de la familia Gallardo Moreno, que perdió a varios miembros de la familia en Villa Grimaldi a manos de la DINA, pero también recuerda el rol encubridor de TVN y hace un duro análisis sobre el Chile neoliberal actual. «Aquí los hechos del pasado pesan sobre el futuro, y como actores del sur del mundo queremos aportar reflexivamente a la configuración de la identidad de nuestro país», señaló previamente el director, Óscar Salinas.
Este jueves se estrenó en el Museo de la Memoria la obra «Los ojos de Catalina», que cuenta la historia de una familia que perdió a varios integrantes en un falso enfrentamiento durante la dictadura militar de 1975, pero también hace una dura crítica al encubrimiento que realizaron en su momento canales como TVN y Canal 13, además de un sombrío análisis del Chile neoliberal actual.
La exhibición de la compañía Teatro de La Frontera, dependiente de la Universidad de La Frontera (UFRO) de Temuco, se realizó en un auditorium a salón lleno, en presencia de familiares de las víctimas y un público que al cabo de una emotiva función aplaudió durante varios minutos a los cuatro actores en escena.
La obra es parte del ciclo de teatro «6 Historias de Dictadura», organizado por el Museo, y además se exhibirá sólo este viernes y sábado a las 20:00 horas, con entrada liberada, aunque con cupo limitado.
Al final de la función, tras las palabras del director de la compañía, Óscar Salinas, que subrayó la importancia de recordar estos hechos, además habló uno de los miembros sobrevivientes de la familia, Alberto Rodríguez, quien agradeció al público y a los artistas, y reivindicó a las víctimas y su lucha por un país mejor.
La actriz Rocío Salazar interpreta a Catalina, el personaje central de la obra. Crédito: Teatro de La Frontera
En la obra, cuatro actores en escena -Rocío Salazar, Gabriel Salazar, Nicol Ríos y Nicolás Pineda- representan Catalina Gallardo Moreno, Roberto Gallardo Moreno, Mónica Pacheco Sánchez y Rolando Rodríguez Cordero, todos víctimas en el montaje de Rinconada de Maipú.
La obra muestra a un cuarteto juvenil de los años 60, que pasa de vivir con entusiasmo la llegada de la Unidad Popular a luchar en la resistencia contra la dictadura militar.
La figura central es Catalina (Rocío Salazar), una muchacha que vuelve de una larga estadía en Argentina para integrarse en un grupo de cristianos de base, donde compartirá junto a su hermano y su novia, y conocerá a su futuro esposo.
«Para nosotros, como familia Gallardo Moreno, la puesta en escena de ‘Los Ojos de Catalina’, ha sido reconfortante para el alma», señala Alberto Rodríguez, que perdió a sus padres en la masacre, a El Mostrador.
«Traer de la oscuridad de la tragedia, sus vidas, vitalidad y convicciones, es un regalo que nos hace la compañía de Teatro de la Frontera. Nos parece muy interesante como la dramaturgia no se queda instalada en la tragedia, sino que nos hace reflexionar sobre el Chile de hoy, nuestras contradicciones como sociedad. Por último mostrar, a través de la banda sonora, el montaje comunicacional cómplice del asesinato de sus vidas y su imagen. Invitamos a toda la ciudadanía a ver esta obra artística que vincula, arte y memoria», remata.
Fotografía de Catalina Gallardo Moreno, junto a su esposo Rolando Rodriguez Cordero y el hijo de ambos, Alberto. Foto: Archivo Museo de la Memoria.
«Los ojos de Catalina» además examina el rol que cumplieron en su momentos los medios de comunicación, por lo cual fueron sancionados en 2007 por el Colegio de Periodistas, entre otros, los reporteros Claudio Sánchez, Manfredo Mayol y Julio López Blanco. En 2015, TVN además emitió un «Informe Especial», a modo de mea culpa.
«Esta obra nos permite reflexionar sobre el rol de la prensa en la sociedad chilena, desnudar el paralizado debate sobre la ética periodística y establecer qué relación hay entre la prensa del pasado y la prensa del presente», indica la reseña del Museo.
Antes del trágico final, es la propia Catalina la que, a modo de pesadilla, soñará con un Chile neoliberal, donde campea la ignorancia y los trabajadores eligen como presidente a un empresario.
“Para nosotros esta obra es la mantención de una dramaturgia de investigación sobre la memoria. Aquí los hechos del pasado pesan sobre el futuro, y como actores del sur del mundo queremos aportar reflexivamente a la configuración de la identidad de nuestro país. Chile es un territorio tan diverso y con tantas miradas que deseamos aportar con la nuestra”, destacó Salinas en la web de la UFRO.
En 2017 la editorial Quimantú publicó un libro sobre este caso.
La historia de las víctimas -militantes del MIR y el PC- fue relatada en el libro homónimo publicado en 2017 por la editorial Quimantú, de los historiadores Nicky Cerón, Esteban Miranda y Matías Rodríguez.
El libro cuenta la historia de los hechos en que murieron tres miembros de la familia Gallardo -Alberto Gallardo, de 65 años, tornero, su hija Catalina, que tenía un hijo de nueve meses al momento de ser asesinada, y Mónica Pacheco, embarazada de tres meses, y cuyo esposo Roberto Gallardo -hijo de Alberto- había muerto días antes en un tiroteo con el Ejército. Junto a otros familiares -incluso niños- habían estado detenidos en el cuartel general de Investigaciones, antes de ser entregados a la DINA.
Además fueron asesinados Pedro Cortés, Manuel Reyes y Luis Ganga. Todos habían estado secuestrados en Villa Grimaldi antes de ser ejecutados.
Por este caso además fueron condenados por la Corte Suprema como responsables de los crímenes Manuel Contreras, máximo jefe de la DINA, así como sus subordinados Marcelo Moren Brito, Rolf Wenderoth, Miguel Krassnoff y Basclay Zapata.
Miembros de la familia Gallardo Moreno.
