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Jorge Arriagada, compositor musical para cine: “El futuro son las plataformas” CULTURA

Jorge Arriagada, compositor musical para cine: “El futuro son las plataformas”

Una carrera cargada de éxitos y siempre ligada a la pantalla grande, pero desde la composición musical, lo tienen hoy en una faceta distinta, mostrando parte de su repertorio histórico y la experiencia adquirida, esta vez en Rancagua. El prolífico compositor chileno se presentará en el Campus Rancagua de la Universidad Estatal de O’Higgins en un evento gratuito, con cupos limitados, que tendrá lugar el martes 18 de enero, a las 19 horas, y que será transmitido por las plataformas digitales de la Casa de Estudios para Chile y el mundo.


Uno de los máximos referentes nacionales de la música en el cine está por estos días en suelo chileno. Un encuentro azaroso lo acercó a viejas amistades y le permitió conocer una de las universidades estatales más jóvenes del país, para contar su historia y mostrar su arte, algo que sin duda –por estos días- le apasiona.

Jorge Arriagada, compositor musical que ha dado su vida profesional al séptimo arte, trabajó 46 películas junto al realizador Raúl Ruiz, uno de sus grandes amigos, pero no se quedó ahí: ha compuesto piezas musicales para filmes de Ricardo Larraín, Barbet Schroeder, Patricio Guzmán, Gonzalo Justiniano, Philippe Le Guay, Nicole García, Carmen Castillo, Joâo Mário Grilo, Maura Morales, Olivier Assayas y Miguel Littín, entre muchos otros.

El prolífico compositor chileno se presentará en el Campus Rancagua de la Universidad Estatal de O’Higgins en un evento gratuito, con cupos limitados, que tendrá lugar el martes 18 de enero, a las 19 horas, y que será transmitido por las plataformas digitales de la Casa de Estudios para Chile y el Mundo.

“Para mí es importante mostrar acá mi trabajo, que se ha desarrollado esencialmente en Europa. Lo he hecho en muchos países y en América Latina me interesa mucho mostrar mi trabajo y ahora está la oportunidad de hacerlo en Rancagua y para la región”, explica el compositor.

Para Arriagada es importante ir a las regiones, descentralizar la cultura. “Y especialmente en Rancagua, donde existe una Universidad Estatal, que es muy original en comparación a sus símiles de Chile y que por primera vez están entregando titulados a la comunidad”.

Los nuevos tiempos

“El futuro son las plataformas”, dice Jorge Arriagada casi al comenzar la entrevista y cuando se le plantea la crisis (actual) del cine de sala y el irrumpir de nuevas formas de ver las películas. Y recuerda una anécdota.

“Raúl Ruiz decía lo mismo hace unos 15 años. El cine va a desaparecer en las salas y se va a dar de otras formas o será distribuido de otras formas, me decía. Y yo coincido. Las salas de cine van a ser un lujo dentro de poco y las plataformas van a ganar en distribución. De hecho, ya se están haciendo películas directamente para las plataformas”, explica el compositor.

“La utilización de difusión a través de plataformas es algo que veía venir y desde hace tiempo. La distribución de salas tiene un costo enorme. Es muy difícil para los pequeños cineastas, y con pequeño me refiero con pocos medios para difundir un producto audiovisual en una sala. Cada día los espacios son más caros”, asegura.

En las conversaciones que tenía con Ruiz, “que eran bastante bizantinas”, agrega, “le explique el paso de analógico a digital en las grabaciones de música, cuando todo el mundo estaba en contra, pero hoy prácticamente ya no existe lo analógico, pero sí hay un retorno al disco de vinilo, que son cosas de moda”, recuerda el artista.

“Pero nos dimos cuenta de una cosa, las plataformas –me refiero a los soportes- cada día son más perfeccionados y hoy una grabación de video se puede reproducir en la casa con la misma calidad prácticamente que en una sala de cine. Una sala debe estar muy equipada para lograr el equivalente de lo que uno puede tener en la casa”, puntualiza.

Pero no se queda en solo ese análisis. También cree que hay un problema social.

“El cine es social. Vas con los amigos, generalmente acompañado. Pero la verdad es que, si yo quiero concentrarme en algo, por ejemplo, escuchar una música, necesito entrar en una intimidad”, aclara.

Y pone un ejemplo personal: “Mi mejor versión de la ‘Conservación de la Primavera’ de Igor Stravinsky, por Pierre Monteux, de la década del 50, está en mono. Es una de mis preferidas y a mi gusta escucharla directamente en mi casa, sentado en un sofá cómodo y con un buen equipo de audio, lo que es más agradable que ir a un concierto donde no tendré ese nivel. Porque además es algo que me place escuchar solo. Entrar en una intimidad en lo que estoy viendo y escuchando. Y eso es un cambio social”, explica.

Si bien cree que esta evolución es también un tema de costos, destaca que estas plataformas “permiten a cineastas de autor difundir sus productos, que no podrían ser distribuidos en salas por falta de espectadores. La evolución de la difusión, aporta más que destruye”, indica.

Nuevos talentos

Una de sus labores actuales –y que le apasiona- es llevar su experiencia hasta la “América Latina”, tratando de traspasar su visión y ayudar en la reparación de vicios que la sociedad impone en la formación de talentos.

Uno de los temas que le preocupa es exponer las realidades del medio.

“Hoy en día, un compositor de música, que ha hecho estudios o no, y que quiera tener una actividad lucrativa, que pueda vivir de eso, no puede trabajar fuera del audiovisual. Es el único medio que le permitirá vivir de eso”, asegura.

Para él la educación musical también debe ir en ese sentido. “Prácticamente el 60% o 70% de la música que aparece en los productos audiovisuales no son escritas. Entonces ahí también hay una evolución de la enseñanza, hay una evolución tecnológica, hay que pensar diferente y modernizar el aspecto educativo y sacarle esa imagen de que cualquiera puede hacer música”, puntualiza.

Y finaliza: “la persona que no conoce toda la tecnología del sonido, no es suficiente que sepa escribir música, por lo menos –hoy en día- para vivir de ella”.

El nuevo maestro

Respecto a su futuro, Jorge Arriagada reconoce que se ha dado sus gustos personales y que el camino va por esa línea en lo que viene. “Yo ya tengo una cierta edad, por lo tanto, hay muchos jóvenes que ahora van a entrar al mercado audiovisual y por supuesto son muchos más baratos que yo (risas). Hay que dejar el lugar para que los jóvenes se expresen y el futuro está en ellos”, asegura.

Pero también explica lo que hoy le apasiona. “Voy a estrenar una ópera, porque me he dedicado mucho a escribir música para mí y sigo trabajando con realizadores que son generalmente mis amigos. No necesito tanto trabajo nuevo en música. Ya tengo mi carrera hecha, entonces me quiero dar placer también en músicas personales que no tengan forzosamente que ver con la imagen”, señala.

El concierto

Esta nueva visión de su carrera lo tiene nuevamente en Chile, pese a estar avecindado en Francia desde hace largos años. Hoy quiere trasvasijar esos conocimientos y visión de mundo en lugares donde su trabajo profesional no se desarrolló directamente, como Latinoamérica.

“Es importante que la gente venga a este evento, porque me da la impresión que no es fácil encontrar ese tipo de espectáculo, aunque no lo considero un espectáculo en sí –es casi un espectáculo-, donde tendremos extractos de filmes y explicaremos cómo sucede el trabajo entre el realizador y el músico. Y además habrá un pequeño concierto en vivo, con músicas hechas por mí para distintos cineastas”, relata el compositor.

Asegura que la elección del repertorio, en su interminable historial, es más bien técnica. “La mayoría de mis películas están pensadas para grandes orquestas y, en este evento, tendremos la posibilidad de tener un pequeño conjunto, con siete músicos, por lo que tuve que adaptar ciertas cosas, pero no todo era adaptable. Forzosamente tuve que hacer una elección en función de la formación que tenemos para el concierto. Y tratando –también- de tocar algunas cosas que sean significativas con respecto a la relación entre música e imagen”, asegura.

Respecto a la universidad que lo cobijará en esta visita señala que para él “es un modelo. La verdad que no la conocía, pese a que soy muy amigo del rector Rafael Correa. Y él me mostró el trabajo que se ha realizado y gentilmente me invitó a realizar este evento. Fue en ese momento que me enteré que Miguel Littín dirigía el Instituto, con quien yo he trabajado, y es una situación que se dio en el azar, pero que considero es un punto de partida y que habrá otras instancias para encontrarnos”, señala al despedirse.

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