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Leonardo Infante, ex presidente de la AFI: “A la dictadura no le gustaba la fotografía acusadora” CULTURA

Leonardo Infante, ex presidente de la AFI: “A la dictadura no le gustaba la fotografía acusadora”

Marco Fajardo
Por : Marco Fajardo Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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Este martes, ex miembros de la Asociación de Fotógrafos Independientes entregaron fotografías, revistas y documentos a la Biblioteca Nacional, en el marco de los 50 años del golpe de Estado. “Nosotros consideramos que fuimos los registradores de un momento histórico, porque más allá de los textos, los ensayos, los escritos, los artículos, está la fotografía. Y la fotografía goza de este privilegio de certificado de realidad. Lo que queda de ese periodo son las fotos, y son parte de la memoria histórica este país, y eso tiene un valor enorme”, afirma Infante. Sin embargo, destaca que la AFI fue mucho más que eso: retrató las calles, las plazas, los parques y a las y los chilenos en su vida cotidiana.


Entre 1981 y 1999 funcionó la Asociación de Fotógrafos Independientes (AFI), una agrupación gremial que es recordada por cómo retrató la represión de la dictadura del ex general Augusto Pinochet en aquella época.

Uno de sus miembros fue Rodrigo Rojas, detenido y quemado vivo por una patrulla militar en 1986, víctima del terrorismo de Estado.

Pero también pertenecieron muchos otros que luego se convertirían en íconos de la fotografía nacional, como Paz Errázuriz, Kena Lorenzini, Álvaro Hoppe, Marcelo Montecino y Luis Poirot.

Sin embargo, la AFI fue mucho más que eso. Retrató las calles, las plazas, los parques y a las y los chilenos en su vida cotidiana.

Este martes, en el marco de los 50 años del derrocamiento del gobierno constitucional del presidente Salvador Allende, en un evento en la Biblioteca Nacional, ex miembros de la entidad entregaron materiales como fotografías, documentos y revistas en un emotivo acto al  Archivo Fotográfico y Audiovisual de la Biblioteca, como guardián de la memoria histórica del país.

La entrega de la colección se realizó en una ceremonia en la Sala Ercilla, y está compuesta por 89 documentos, entre ellos el acta de constitución de la AFI y sus estatutos, boletines de creación propia, credenciales de identificación, ejemplares de la revista “Punto de vista” y fotografías realizadas durante sus años de existencia entre 1981 y 1990. Cabe destacar que el Archivo Fotográfico y Audiovisual de la BN además resguarda actualmente colecciones de Inês Paulino y Luis Navarro, dos de los miembros fundadores de la organización.

La entrega de los documentos fue realizada por los fotógrafos representantes de la AFI Patricia Alfaro, Jesús Inostroza, Osvaldo Briceño y Luis Navarro.

La directora de la Biblioteca Nacional, Soledad Abarca, celebró el hecho.

“Estamos orgullosos de poder resguardar esta importante colección, que prontamente será digitalizada y publicada en la Biblioteca Nacional Digital permitiendo a nuestros usuarios y a futuras generaciones, conocer un poco más sobre el trabajo e impacto que tuvo en la fotografía chilena esta notable asociación, que ya son parte de la memoria y el patrimonio fotográfico de Chile”.

El material “estaba en manos de algunos de algunos sus ex socios. Había algunas revistas que se editaban en ese tiempo,  algunas fotografías copiadas en el papel blanco y negro. Son parte de las cosas que algunos socios tenían en su poder, digamos como personales, material hasta ahora estaba como disperso”, explica el fotógrafo Leonardo Infante (Santiago, 1954), que fue uno de sus miembros desde 1983 y presidió la entidad en 1985.

UP y golpe

Infante se crió en La Reina, luego vivió en Ñuñoa y Providencia. Él llegó a la entidad en 1981, cuando aún estudiaba Licenciatura en Historia y Teoría del Arte en la Universidad de Chile, “en una universidad intervenida, con rectores delegados, que eran militares. Cualquier cosa que se fuera a la crítica era muy reprimida, pero se hicieron cosas, organizábamos, peñas, encuentros, talleres alternativos”. Se licenció en 1983.

Antes, durante la Unidad Popular había estudiado Derecho, donde llegó hasta segundo año, en una época en que “estaba muy metido en la política”. Infante recuerda la época del presidente Salvador Allende como “un período bastante especial, único en la historia de este país, donde vivíamos en libertad, donde éramos felices, como se dice, con todas las crisis y tensiones políticas”.

Sus primeras fotos las tomó como mochilero, primero en el tren al sur de Chile y luego en viajes por Sudamérica, por Perú y Bolivia.

“Llevaba una camarita y hacía fotos, pero sin la técnica, sin el desarrollo más profesional de la fotografía”, cuenta.

El derrocamiento del gobierno constitucional “fue un mazazo tremendo para nuestra generación. Desaparecían amigos, otros salieron al exilio, a otros los mataron. Fue un período bastante duro y triste para mi generación”, cuenta hoy desde Valparaíso, donde reside.

La AFI

Infante explica que la AFI nació como una organización gremial de fotógrafos, que incorporaba a profesionales de distinto tipo: algunos docentes, dedicados a la fotografía de autor, la geografía artística y la fotografía publicitaria, “es decir, era un arco bastante grande de gente”, que organizaban muestras y talleres.

Una parte de ellos trabajaban para agencias internacionales o para las primeras revistas de oposición, como “Apsi”, “Cauce” y “Análisis”.

“Ellos trabajaban en la calle, haciendo el registro de la represión, de las movilizaciones, tanto en el centro de la ciudad como las poblaciones”, comenta.

Sin embargo, en paralelo, había “otro grupo de fotógrafos, dentro de los cuales me incluyo, que estábamos haciendo un registro fotográfico personal de lo que se sentía o lo que hacíamos en ese momento, en lugares como Santiago o Cartagena, buscando una identidad fotográfica chilena. Pero uno se nutría también de estas estéticas y un diálogo muy potente en entre todos los que estaban ahí”.

La asociación además tenía beneficios prácticos que facilitaban el trabajo.

“Como era una organización gremial reconocida por el Estado, los socios tenían un carnet que les permitía también identificarse. Eso permitió que muchos de ellos pudieran trabajar en la calle y mostrar sus credenciales. Igual sufrieron represión, muchos de ellos apaleados, algunos fueron detenidos. Pero había una organización y se salían en grupo, en piños, como una forma de defenderse también”.

Esas fotos además eran importantes y podían salvar vidas, por ejemplo, al tomar imágenes de arrestos.

“Eso era una prueba de que la persona había sido detenida, ya no podía desaparecer. A la dictadura no le gustaba mucho esta fotografía, este ojo acusador”.

Fue un periodo único, “de mucha hermandad y camaradería. Éramos un colectivo, no teníamos esa visión individualista y personalista de las cosas. Sabíamos que sólo la unidad nuestra nos permitía subsistir”. Pero también vivirían su final.

“Una vez el pintor (José) Balmes me dijo, ‘ustedes van a echar de menos este periodo cuando se acabe la dictadura'”. Y fue cierto.

“Teníamos un enemigo común, teníamos claro adonde teníamos que apuntar, con nuestras cámaras, por supuesto, y eso nos hizo ser tener una hermandad y una amistad que dura hasta el día de hoy. Este evento en la Biblioteca Nacional tiene que ver con un reencuentro”.

En democracia

Porque como ocurriría con los medios de oposición, la AFI  desaparecería con el retorno de la democracia y la llegada de la Concertación, en 1990.

“Creo que corresponde a un periodo de desarticulación del movimiento social en general. Pinochet seguía a cargo como comandante del Ejército, entonces esta gente estaba muy asustada y no querían hacer olitas, ¿no? Y dentro de ese contexto de desmovilización desaparece la AFI, desaparecen las revistas de oposición”.

De hecho, Infante recuerda que a la última muestra de la organización asistió Enrique Correa, entonces ministro secretario general de Gobierno.

“Nosotros estábamos muy entusiasmados con la presencia de él en nuestra exposición, pero no nos habíamos dado cuenta que él había llegado ahí para poner el cierre, para poner el candado. No querían ya esos ojos acusadores. Esa es la impresión que yo tengo”, afirma.

Infante se dedicó a la docencia y fue editor del Museo de Arte Virtual, entre otros. También se ha ganado dos Fondart y publicado libros.

¿Qué reflexión usted sobre el legado de la AFI en el marco de los 50 años?

“Nosotros consideramos que fuimos los registradores de un momento histórico, porque más allá de los textos, los ensayos, los escritos, los artículos, está la fotografía. Y la fotografía goza de este privilegio de certificado de realidad. Lo que queda de ese periodo son las fotos, y son parte de la memoria histórica este país, y eso tiene un valor enorme, tanto en cuanto a la represión misma como a la vida misma que registrábamos. Fotografiábamos a nuestras compañeras, el parque, la plaza, el edificio, la vida urbana, el paisaje, desde todas las variantes creativas posibles”, concluye.


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