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A 50 años del golpe: “El Hijo de Drácula” y otros cuentos militantes CULTURA|OPINIÓN

A 50 años del golpe: “El Hijo de Drácula” y otros cuentos militantes

En todos los cuentos de Gianfranco Rolleri hay un manejo ágil del lenguaje, expresado en los diálogos, que nos hace ver y escuchar a los personajes, imaginarles, algunos nos conmueven, otros nos generan temor. Cada cuento resulta brutal y retrata el dolor y la exclusión en formas originales y con cierto tono de ingenuidad que lo hace más aterrador. Se agrega un elemento fantástico que al combinarse con elementos de la realidad crean un estilo original de narrativa.


En el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de estado que sufrió Chile, cabe destacar el libro “El Hijo de Drácula y otros cuentos militantes” del escritor Gianfranco Rolleri, de Editorial Quimantú, que retrata a través de siete cuentos, la represión y tortura cometida en el período de la dictadura de Pinochet; los abusos de organismos policiales y militares contra personas humildes; el hostigamiento y violencia.

Hay fragilidad en todos de los personajes principales: niños y niñas, ancianos, cesantes, discapacitados, jóvenes y mujeres pobres.

En el cuento que le da el título al libro, “El Hijo de Drácula”, de intensidad creciente, con un lenguaje narrativo conciso, nada falta y nada sobra. El relato atrapa e impresiona por la atmósfera enrarecida de temor que generaban los agentes de la DINA primero, luego de la CNI y otros. Aumenta el impacto porque es contado desde la mirada de un par de niños.

En el cuento “Río Arriba”, el relato se realiza desde la perspectiva de una infancia inocente e ingenua. La atmósfera nos envuelve en el suspenso y el terror que ejercieron los militares en la dictadura y en la impunidad en la que quedaron muchos de sus crímenes.

En todos los cuentos hay un manejo ágil del lenguaje, expresado en los diálogos, que nos hace ver y escuchar a los personajes, imaginarles, algunos nos conmueven, otros nos generan temor. Cada cuento resulta brutal y retrata el dolor y la exclusión en formas originales y con cierto tono de ingenuidad que lo hace más aterrador. Se agrega un elemento fantástico que al combinarse con elementos de la realidad crean un estilo original de narrativa.

Son cuentos militantes porque se plasma un mundo despiadado que se quiere cambiar. El llanto, el dolor, toman la forma de aquellas víctimas atormentadas y el lector y lectora, se ven inmersos en ese mundo hostil y excluyente. Un mundo que aplasta la dignidad del ser humano, que se impone y somete el alma de los más débiles y entierra el anhelo de la felicidad, presente en todo ser humano.

La mayoría de los cuentos tiene protagonistas muy jóvenes pero su lectura es para adultos, porque son reales y certeros. El recurso de la exageración no hace más que remarcar lo verdadero.

El libro tiene ochenta páginas, y cada uno de los sus cuentos, nos transportan a despiadados contextos tristemente cercanos. Por ello, el escritor chileno Poli Délano en el prólogo señalaba: “Son cuentos que con gran precisión ponen el dedo en la llaga. Hay en ellos una mirada fresca y original para enfocar las desgracias sociales a que este país fue sometido por la voluntad de los príncipes nunca dispuestos a ceder los privilegios con que se empolvan el rostro”.

Lamentablemente, quienes representan la continuidad de esa época oscura, hoy se alzan como la principal fuerza política de nuestro país, esta vez no mediante las armas, sino gracias a un voto popular que cuesta mucho entender.

Ficha técnica:

El hijo de Drácula y otros cuentos militantes.
Gianfranco Rolleri, Editorial Quimantú, 2010

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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