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“Duele” de Pía Barros, micro relatos para grandes dolores CULTURA|OPINIÓN

“Duele” de Pía Barros, micro relatos para grandes dolores

El género del microcuento es difícil, contrario a lo que podría pensarse. Su carácter de relato breve o brevísimo, exige un manejo del lenguaje limpio y con precisión, pero que a la vez tiene el desafío de atrapar al lector en su trama. Así pasa en este texto. Nos conmueve y nos lleva más allá.


Acabo de terminar “Duele” de Pía Barros Bravo, un conjunto de microcuentos, en una hermosa edición limitada de 500 ejemplares (la mía es la 415), que hace honor a su título y reivindica el dolor como expresión humana y femenina, como parte de la identidad y de la historia, desde el dolor íntimo y personal de la relación entre madre e hija, y el inexorable deterioro de la vejez; pero también de lo social y lo público, con las vivencias de la pandemia y sus consecuencias, de la violencia y la pobreza.

Su autora nació en Melipilla, en 1956. Se la relaciona con la llamada generación NN o de los 80 y su obra aborda temáticas de connotación erótica y social, desde una mirada feminista. Ha incursionado en cuentos y novelas; y ha publicado una treintena de libros-objeto, con material literario ilustrado por destacados artistas gráficos. Este es el caso de “Duele”, con ilustraciones de Cata Bustos y la producción de Editorial Sherezade, de junio de 2021. Además, la primera novela chilena publicada en formato digital es de Pía Barros. Se trata de “Lo que ya nos encontró”, editada por Chilelibro.com en el año 2000. También ha desarrollado una extensa labor docente, apoyando a nuevos talentos literarios, a través de los talleres Ergo Sum, que dirige desde 1976.

El género del microcuento es difícil, contrario a lo que podría pensarse. Su carácter de relato breve o brevísimo, exige un manejo del lenguaje limpio y con precisión, pero que a la vez tiene el desafío de atrapar al lector en su trama. Así pasa en este texto. Nos conmueve y nos lleva más allá. Vale la pena leerlo porque nos remite a nuestra historia, a nuestras cicatrices, las individuales y las colectivas.

La definición técnica del dolor indica que se trata de una sensación física o emocional desagradable y una señal de alerta de que algo no anda bien. Pero no es difícil concluir que en nuestra vida representa mucho más. Hay diversos estudios que analizan, por ejemplo, las diferencias en la experiencia del dolor en hombres y mujeres. Y cómo la identidad femenina se construye a través de la aceptación del dolor como mecanismo de aprendizaje.

“Duele” duele… es verdad. Pero más allá de eso, levanta interrogantes y nos hace reflexionar y reconciliarnos con lo que fuimos, lo que somos y lo que puede traer el azaroso futuro. Nos hace mirarnos y reconocer el camino recorrido.

Abre con una cita de la canción “Serenata para la Tierra de Uno”, de la argentina María Elena Walsh y que popularizara Mercedes Sosa. “Porque me duele si me quedo…” y es imposible, al terminar estos cuentos, no completar la frase: …pero me muero si me voy”. Tal vez porque el dolor, en las páginas de este libro, se reivindica como parte del material del que cada ser humano y cada sociedad están hechos; y siempre estará ligado a la esperanza, que nos permite seguir adelante.

Pía Barros, en una entrevista, al referirse a su libertad creativa indicó: “Puedo ahora desbordarme, diluirme, perderme, como todas. Escribir por placer, deseo y desgarro, desde mi condición de género, cultura y etnia, lo que quiera”. Yo creo que efectivamente en esta obra que comentamos, se mezclan justamente el placer y el desgarro. Las y los invito a sumergirse en esta propuesta. Vale la pena.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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