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Los heridos que dejó la polémica elección interna del PS PAÍS

Los heridos que dejó la polémica elección interna del PS

Elizalde es efectivamente el principal «herido» de estas internas, el principal derrotado políticamente en la contienda. El timonel logró consolidar su fuerza interna, luego de la alta representatividad que consiguió para el Comité Central con el triunfo de su lista, lo que se traduce en un poder interno real y práctico, pero su victoria es amarga, a medias tintas. El no haber obtenido la primera mayoría individual constituye un factor que nadie en el PS ha podido dejar a un lado, ya que cuando un presidente de partido va a la reelección se somete a una evaluación de su gestión, y haber sido superado por su adversaria, la diputada Fernández, representa sí o sí «un golpe político” fuerte.


Un amargo sabor de boca y las confianzas internas profundamente quebradas, es el balance hasta ahora de las cuestionadas internas que el PS realizó el domingo. Lo que hasta la semana pasada era una contienda intensa, con roces políticos y duras declaraciones públicas entre las listas en competencia –liderada una por el timonel Álvaro Elizalde, y la otra por la diputada Maya Fernández– se convirtió, en los últimos dos días, en una fractura profunda y compleja del socialismo, ante la ausencia de resultados oficiales, de las actas y las cifras finales de las mayorías individuales, que han levantado un manto de dudas sobre la transparencia del proceso.

Aunque algunos sectores del PS ligados a la directiva que lidera Elizalde han tratado de bajarle el perfil a la situación e imprimirle cuotas de normalidad, lo cierto es que nunca en las últimas décadas se habían visto situaciones como las registradas desde el domingo.

Una lista y un candidato-timonel autoproclamados ganadores ante las cámaras de televisión sin tener en la mano ni siquiera un recuento parcial oficial que avalara sus afirmaciones y, luego, seguidas de 48 horas en las que solo se conoció el resultado general en materia de listas con solamente un 40% de los votos escrutados, sin que se informara sobre las votaciones individuales.

La jornada de ayer fue complicada en el socialismo. Las sospechas de un manejo intencionado de cifras tensionó el clima interno al punto que, al final de la tarde, no solo se temía un intento de fraude sino que además se habló de un posible quiebre al interior del Tribunal Supremo de la colectividad, por las diferencias que había entre sus integrantes respecto a la forma en que se ha conducido hasta ahora este proceso.

Finalmente, anoche, con casi dos horas de retraso a lo anunciado el día anterior, el TS entregó –vía comunicado– un resultado oficial con el 75% de las mesas escrutadas: La lista de Elizalde obtuvo un 66,6% de los votos, la de Fernández el 33,39%, mientras que en términos individuales la diputada obtuvo 4.414 votos, seguida del timonel con 4.290 y la senadora Isabel Allende con 2.394.

Desde el domingo en la noche que en el PS se comentó que la primera mayoría individual de la diputada Fernández descolocó a Elizalde, que era un escenario que lo complicaba, ya que si bien su lista ganó efectivamente, no lo hizo con el 70% que su círculo cercano vaticinó insistentemente durante las semanas anteriores, ni tampoco el timonel, que postuló a la reelección, fue el más votado.

Con este escenario, Elizalde es efectivamente el principal «herido» de estas internas, el principal derrotado políticamente en la contienda. El timonel logró consolidar su fuerza interna, luego de la alta representatividad que consiguió para el Comité Central con el triunfo de su lista, lo que se traduce en un poder interno real y práctico, pero su victoria es amarga, a medias tintas.

El no haber obtenido la primera mayoría individual constituye un factor que nadie en el PS ha podido dejar a un lado, ya que cuando un presidente de partido va a la reelección se somete a una evaluación de su gestión, y haber sido superado por su adversaria, la diputada Fernández, representa sí o sí «un golpe político” fuerte. Según han comentado distintas fuentes de ambas listas, esta situación tiene al senador por El Maule con un alto nivel de “estrés e indignación”, al punto que «casi no se le podía hablar».

No solo eso. En el PS dicen que el escenario de los dos próximos años para Elizalde no será fácil, porque será un timonel que deberá administrar un partido fracturado, con una oposición interna que representa el 33% de la colectividad, con figuras tan disímiles como José Antonio Viera-Gallo hasta Fernando Atria por el otro extremo, varios dirigentes de tonelaje político entre sus filas y, sobre todo, un liderazgo legitimado, el de la diputada Maya Fernández, por lo que algunos auguraron un eventual eclipsamiento de la figura del timonel, a quien siempre se le han criticado sus problemas de conducción política del socialismo.

[cita tipo=»destaque»]Más allá de Elizalde, muchos en el PS se han lamentado estos días por el «espectáculo» que ha dado el partido, el daño que el mal manejo del proceso de las internas ha generado a la credibilidad e institucionalidad del socialismo. Los problemas e impugnaciones en la VI Región, los numerosos casos de militantes refichados que no pudieron votar el domingo porque no estaban en el padrón y la demora en la entrega de los resultados, han provocado un ambiente interno «más negro y denso del que había», advirtieron.[/cita]

El analista político, Ernesto Águila, sentenció que “la autoproclamación de Elizalde como ganador sin que se conociera ningún dato o resultado parcial por parte del TS, no solo fue un error, sino que también da cuenta de un tipo de liderazgo que no respeta la institucionalidad”. Águila lo resumió en que el timonel del partido “vence, pero no convence” y que la cohabitación con su contrincante, de aquí en más, es un factor a analizar.

En la lista de Elizalde y su entorno se han defendido estos días. Acusaron virulencia de parte de la oposición interna con el interés de querer crear el ambiente para lograr una mejor negociación con miras al Comité Central –110 integrantes elegidos de las mayorías individuales de cada lista, 80 de ellos representantes de regiones y los 30 nacionales– que será el que finalmente elegirá a la nueva directiva del partido. Fueron categóricos en señalar que no existe ninguna posibilidad de que Maya Fernández asuma la presidencia del PS, ya que la brecha oficial de distancia no es tanta y que los estatutos establecen que el CC elige al más votado de la lista más votada.

Los dardos y descargos desde el círculo cercano a Elizalde han apuntado a Marcelo Díaz, quien tiene diferencias irreconciliables con el presidente socialista, una que se agudizó cuando el senador salió de La Moneda en el polémico cambio de gabinete de mayo del 2015 –remoción que se le avisó solo unos minutos antes– y en su reemplazo en la Segegob asumió Díaz. Quienes compartieron ese día con Elizalde contaron que su nivel de frustración e impotencia es difícil de olvidar.

Más allá de Elizalde, muchos en el PS se han lamentado estos días por el «espectáculo» que ha dado el partido, el daño que el mal manejo del proceso de las internas ha generado a la credibilidad e institucionalidad del socialismo. Los problemas e impugnaciones en la VI Región, los numerosos casos de militantes refichados que no pudieron votar el domingo porque no estaban en el padrón y la demora en la entrega de los resultados, han provocado un ambiente interno «más negro y denso del que había», advirtieron.

Otros damnificados

«Casi dobló los votos de su tía», eso se dijo en el PS desde el domingo tarde en la noche, según lo que arrojaban los cómputos paralelos, algo que el recuento oficial del TS confirmó. Por eso es que la senadora por la V Región Isabel Allende, soporte político de Elizalde en las internas pasadas y en las de este fin de semana, también quedó herida políticamente en este cuestionado proceso.

Al momento de proclamarse como candidata a la nieta del ex Presidente de la República, el tema de los cariños por el “allendismo” dentro del PS se puso inmediatamente sobre la mesa, se instaló como un factor en la elección. En el partido dicen que hasta el momento el «patrimonio político» de Salvador Allende lo tenía la senadora y, ahora, hay otra Allende, con más votos y llegada a las bases socialistas.

El otro es el senador por Arica y Parinacota, José Miguel Insulza, quien obtuvo 1.3oo votos provenientes de la cuestionada comuna de San Ramón, apuntada por supuestas narcorredes y el excesivo clientelismo. Efectivamente el otrora «pánzer» entraría al Comité Central, pero en el PS no pocos recalcaron que cometió un error estratégico, ya que sustentó su capacidad de elección «en un bolsón de votos cuestionados», por el llamado «partido ficha».

Así, en la colectividad dijeron que Insulza puso en jaque sus aspiraciones presidenciales, ya que, de intentar ponerse campaña, no va a faltar quien haga la asociación con la procedencia de sus votos.

Cabe recordar que el alcalde de la comuna, Miguel Ángel Aguilera, tuvo que renunciar a su militancia en el partido luego que una investigación dejó entrever eventuales vínculos con el narcotráfico en aquella municipalidad. En esta ocasión, la hermana del jefe comunal, Mónica, postuló en la lista oficialista por una vicepresidencia. Insulza fue consultado por La Segunda respecto de si no temía que le sacaran en cara el voto narco y la respuesta fue que “me tendrían que mostrar una prueba o algún vínculo con el narcotráfico”.

Otro de los factores que marcó la última elección fue lo que ya varios denominaron como el fin de los lotes. Denominación que se les dio a los espacios de representación al interior del PS, pero que, como muchos coincidieron, apuntaban a dinámicas de los 70 y 80 y que hoy se encuentran en un proceso de desintegración.

Es así como durante la campaña, fundadores del Tercerismo, terreno al que pertenece Elizalde, sufrieron un golpe a la cátedra cuando uno de sus emblemas históricos, como lo fue el ex ministro Germán Correa, anunció que apoyaría la lista disidente. La ruptura años atrás de Osvaldo Andrade con la Nueva Izquierda y la reciente salida de Mahmud Aleuy de dicho lote, tras el quiebre con su histórico líder Camilo Escalona, son otros ejemplos más del momento de alta sensibilidad –como describieron– que está viviendo el partido.

En entrevista con El Mostrador el 25 de mayo, Águila dijo al respecto que “hay un reordenamiento interno en el PS, prácticamente todas las tendencias están en procesos de división y fragmentación (…), la única tendencia nueva es Izquierda Socialista (IS), más bien heredera de las movilizaciones de 2011 y de la impugnación al neoliberalismo que allí se produjo. Pero la mayoría de los agrupamientos de poder en el PS no responde a definiciones políticas claras y contemporáneas. Por ejemplo, ¿el Tercerismo es hoy la tercera posición de qué? La pérdida del Gobierno que disminuye el clientelismo y la crisis de los clivajes de la transición, están conduciendo a un profundo reordenamiento. Hoy, el eje definitorio principal es el grado de crítica al modelo neoliberal. De esta elección, sea cual sea el resultado, emergerá una correlación de fuerzas internas distinta».

El estado en el que se encuentra el PS, y del que aún no se tiene certezas en que decantará, se transformó en un factor de preocupación para el resto de la oposición, ya que, al ser la tienda llamada a la articulación, difícilmente pueda lograrse esta si en la interna se convive con una fractura como la que parece que no sellará en corto plazo. Un miembro del actual Comité Central recomendó a Elizalde “leer bien la mayoría” y comprender la lógica de entendimiento. “Puede ser un buen momento del partido” mirado desde ahí, cerró.

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