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Importancia del desarrollo de las cooperativas para mi gobierno Opinión

Importancia del desarrollo de las cooperativas para mi gobierno

Yasna Provoste
Por : Yasna Provoste Senadora DC. Candidata Presidencial de Nuevo Pacto Social
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Hay muchas áreas que son potenciales para la expansión de un modelo cooperativo exitoso. Cada una de esas áreas requiere de medidas específicas, para que cada sector pueda funcionar bien. Es distinto promover, por ejemplo, el desarrollo de un sector cooperativo en una pequeña ciudad que requiere tener energía eléctrica, a través de paneles solares, que el de una comunidad que requiere tener acceso a banda ancha en internet. En cada caso se va a requerir la flexibilidad del Estado para ir adaptando la regulación adecuada y eficiente, en el primer caso, energética, y en el segundo caso de telecomunicaciones. Si queremos en realidad hacer del sector cooperativo un motor de desarrollo, en particular, para los sectores de ingresos más bajos, necesariamente vamos a tener que desarrollar instrumentos flexibles para cada una de las alternativas.


La realidad nacional presenta la necesidad de modificar y reorientar el actual modelo de desarrollo, cuyos logros positivos son reconocidos y que, sin embargo, sus carencias son también cuestionadas por amplios sectores de la ciudadanía que, junto con haber accedido a mejores niveles de vida, hoy requieren la satisfacción de nuevas necesidades. Entre ellas destacan la participación y el reconocimiento de organizaciones de la sociedad civil, descentralización y regionalización, protección del medio ambiente, respeto por la diversidad y, en general, un nuevo esquema de relaciones cívicas de la ciudadanía, más horizontal e inclusivo, y que ponga la dignidad de las personas en primer lugar.

La competencia es un motor importante para promover el progreso económico, pero no el único, también lo es cooperación, particularmente en países como el nuestro, donde la propiedad del capital físico, financiero y cultural está muy concentrada. El modelo de concentración económica y decisional vigente ya no es aceptado por la mayoría de los chilenos, que han tomado conciencia y se sienten víctimas de la existencia de grandes diferencias sociales, marginalidades y exclusiones. Por ello el rol “subsidiario“ del Estado deberá revertirse para asumir el rol de promotor de iniciativas económicas, sociales, y de integración y coordinación de esfuerzos públicos con el capital privado y con las iniciativas asociativas que la ciudadanía impulse para enfrentar las actuales carencias y atender sus necesidades básicas de subsistencia.

La desconcentración de la economía requiere de la participación en el proceso económico de un mayor y diversificado número de actores. Entre ellos quisiera destacar a las cooperativas. En Chile existen más de 1.400 cooperativas, de diferentes tamaños, que reúnen a más de dos millones de socias y socios. El modelo cooperativo abarca diversos sectores de la economía: agrícola, eléctrico y energía, saneamiento y de agua potable rural, vivienda, y ahorro y crédito, entre otros. Las cooperativas están presentes en todas las regiones del país, contribuyendo a la descentralización y promoviendo el desarrollo social y económico de los territorios.

Nuestro gobierno impulsará el fomento y desarrollo de todo tipo de cooperativas, ya que en su gestión destacan los valores que hoy reclama la ciudadanía, y su marco valórico garantiza el respeto por las personas y su autogestión empresarial. La cooperación debe ser un motor principal para el nuevo desarrollo más integral que Chile necesita. Ello no solo contribuirá a mejorar la capacidad de la economía de crecer, sino que también de generar asociatividad y entregar a los sectores más vulnerables herramientas útiles con las cuales ellos mismos forjen su futuro. La promoción del sistema cooperativo va a permitir que poblaciones que viven en sectores más alejados puedan unir sus fuerzas para acceder a los servicios de los que hoy día carecen.

Hay muchas áreas que son potenciales para la expansión de un modelo cooperativo exitoso. Cada una de esas áreas requiere de medidas específicas, para que cada sector pueda funcionar bien. Es distinto promover, por ejemplo, el desarrollo de un sector cooperativo en una pequeña ciudad que requiere tener energía eléctrica, a través de paneles solares, que el de una comunidad que requiere tener acceso a banda ancha en internet. En cada caso se va a requerir la flexibilidad del Estado para ir adaptando la regulación adecuada y eficiente, en el primer caso, energética, y en el segundo caso de telecomunicaciones. Si queremos en realidad hacer del sector cooperativo un motor de desarrollo, en particular, para los sectores de ingresos más bajos, necesariamente vamos a tener que desarrollar instrumentos flexibles para cada una de las alternativas.

Adicionalmente, queremos contribuir a la mantención y creación de empleos al dar acceso de trabajadores a la propiedad y gestión de empresas que, siendo viables, estén en peligro de quiebra o cierre, a través de cooperativas de trabajo que reciban apoyo en gestión, capacitación y desarrollo productivo. Aquí queremos potenciar el rol de entes técnico – profesionales del Estado, que ya existen, tales como Corfo, Sercotec y un Sence 2.0, y aplicarlos con especial énfasis en el sector cooperativo.

En síntesis, un eje esencial de nuestro programa es el apoyo y la promoción de formas de cooperación entre individuos y grupos de personas que les permita salir adelante con su esfuerzo mancomunado, para lo cual nos parece que las cooperativas debieran continuar y profundizar la importante labor que llevan a cabo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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