Publicidad
Los aprendizajes que nos dejó el proceso constituyente Opinión

Los aprendizajes que nos dejó el proceso constituyente

Javier Pascual e Ignacio Maldonado
Por : Javier Pascual e Ignacio Maldonado Analista de Incidencia Pública, Fundación Educación 2020; Director de Impulso de Políticas Públicas, Elige Educar, respectivamente.
Ver Más

Como desafío a largo plazo, es necesario admitir que Chile está al debe con su formación ciudadana. Si bien desde 2020 la asignatura de Educación Ciudadana es obligatoria para 3° y 4° medios, sigue siendo urgente que nuestro sistema educativo asuma el fortalecimiento transversal de la educación ciudadana de niñas, niños, adolescentes y adultos de todas las edades. Merecemos vivir y aprender a convivir en una sociedad que sabe participar, informarse, dialogar, llegar a consensos y trabajar por un país donde todos y todas tengan cabida, pues solo así podremos ejercer y proteger nuestros derechos individuales y colectivos.


Independientemente de su resultado, el proceso constituyente que recién vivimos como país es uno de los hitos políticos más importantes de nuestra historia democrática reciente. Por primera vez, se permitió a la ciudadanía discutir bajo qué reglas queremos convivir, a través de un órgano representativo y paritario que incluyó a actores de la sociedad civil y a los pueblos originarios. Una experiencia cuyo desenlace nos obliga a reflexionar sobre los desafíos que tenemos como país para llevar a cabo procesos políticos de esta envergadura, y que sin duda conlleva aprendizajes que pueden alimentar la discusión que hoy ocurre entre las fuerzas políticas.

Desde Educación 2020, junto a Elige Educar y con el apoyo de UNICEF, desarrollamos un estudio de seguimiento del debate constituyente en educación, donde analizamos las formas en que se llegó a los acuerdos que hicieron avanzar las negociaciones. Entre las principales conclusiones a las que llegamos están que, ante un nuevo proceso, se necesitarán más recursos y mejores formas de participación ciudadana, junto con una apuesta por mejorar la formación cívica a largo plazo.

El primer desafío encontrado deriva del complejo escenario en que operó la Convención. La pandemia, los escasos recursos y el tiempo muy limitado para la tarea fueron algunos de los obstaculizadores destacados transversalmente por exconvencionales y especialistas. Es por esto que la discusión sobre el próximo proceso constituyente debe contemplar que cualquier tipo de órgano constituyente necesitará contar con las condiciones adecuadas para un correcto funcionamiento, lo que incluye tiempo suficiente y recursos materiales y financieros. Ante un tiempo acotado, es aún más importante generar apoyos que permitan externalizar tareas técnicas y dejar que las personas a cargo del nuevo proceso se concentren en la misión de deliberar y redactar la nueva Constitución.

Un segundo desafío surge del rol que tuvo la participación ciudadana, que permitió incluir distintas miradas en la discusión. Esto es especialmente notorio en la redacción del articulado sobre educación, percibido transversalmente por los actores entrevistados como una de las secciones más aceptables –aunque aún mejorable– de la propuesta, lo que se debería principalmente al apoyo de organizaciones de la sociedad civil con conocimiento técnico, como Acción Colectiva por la Educación red de más de 25 organizaciones educacionales, en la cual participamoso el Colegio de Profesores. Sin embargo, los espacios de participación aún están siendo aprovechados, principalmente, por organizaciones ya consolidadas, lo que deja a la ciudadanía no organizada con poco espacio para incidir.

Finalmente, como desafío a largo plazo, es necesario admitir que Chile está al debe con su formación ciudadana. Si bien desde 2020 la asignatura de Educación Ciudadana es obligatoria para 3° y 4° medios, sigue siendo urgente que nuestro sistema educativo asuma el fortalecimiento transversal de la educación ciudadana de niñas, niños, adolescentes y adultos de todas las edades. Merecemos vivir y aprender a convivir en una sociedad que sabe participar, informarse, dialogar, llegar a consensos y trabajar por un país donde todos y todas tengan cabida, pues solo así podremos ejercer y proteger nuestros derechos individuales y colectivos.

Teniendo esto en consideración, creemos que el proceso constituyente evidencia varios desafíos de los cuales debemos hacernos cargo para volver a constituirnos políticamente como sociedad. El momento constituyente continúa, y es imprescindible que las actuales discusiones consideren estos y otros aprendizajes si de verdad queremos avanzar hacia un nuevo Chile más justo y propio para todas y todos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias