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Se viene complejo 2023 DEPORTES

Se viene complejo 2023

Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
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Quedar fuera de dos mundiales seguidos es una herida profunda y que aún cuesta cerrar, tomando en cuenta la calidad de jugadores que había. Pensar en una tercera opción, sería catastrófico, por eso queda la opción de luchar y trabajar a fondo para mejorar y lograr armar un equipo más competitivo y que pueda ser uno de los protagonistas de la nueva clasificatoria que está por empezar a la vuelta de la esquina.


Se viene complejo 2023

El 2022 fue un año duro y complicado, en todo el sentido de la palabra para Chile. Sumamente complejo en muchos ámbitos y, claro, el fútbol chileno no queda ajeno a todo esto.

Pero visualizando ya el 2023, da la sensación, y sin el afán de ser pesimista, pareciera que el nuevo año no tendrá muy buenas sensaciones. Especialmente apuntando a un nuevo camino mundialista, que de no mediar inconvenientes comenzará en junio. Las clasificatorias, de cara al mundial de Estados Unidos, México y Canadá, volverán a ser un camino duro y tenso.

Chile no ha logrado mostrar una evolución grande desde que asumió Eduardo Berizzo. Si bien han sido partidos amistosos con distintos condicionamientos, la Roja no logra avanzar en muchos aspectos del juego y, claro, suman preocupaciones, agregando que una vez más se cuestionará el famoso “recambio” que tampoco parece ser muy alentador.

Berizzo pareciera tener claro su ideal de juego. Habla de intensidad y posesión de balón, conceptos más que validos en el juego actual, como también su columna vertebral, donde los nombres de Bravo, Medel, Vidal y Sánchez son los estandartes de la “generación dorada”.

Uno espera y anhela que jugadores como Víctor Méndez, Gabriel Suazo, Diego Valencia, Marcelino Núñez y alguno más, se consoliden en la oncena estelar de la roja. Que sean titulares y contundentes en sus equipos y equipo nacional. Ahora más que nunca, se necesita esto. Chile está viviendo un momento crítico en lo futbolístico, aunque muchos dirigentes no lo quieran ver; nuestra selección está en un punto de equilibrio muy riesgoso. Me alejo de los números de la era Berizzo, me preocupa la idea de juego y la interpretación de los protagonistas.

Una muestra clara fue el amistoso ante Marruecos. Ese día las diferencias de velocidad e intensidad quedaron plasmadas. Lo bueno es sacar aprendizajes, conclusiones para mejorar y avanzar.

Hay que confiar en los jugadores que piden cancha. Esos que tienen las ganas de sumar y crecer. Atreverse a darles la responsabilidad. La única forma de medirse es compitiendo, más allá de los entrenamientos. La mejor competencia siempre es jugar.

Quedar fuera de dos mundiales seguidos es una herida profunda y que aún cuesta cerrar, tomando en cuenta la calidad de jugadores que había. Pensar en una tercera opción, sería catastrófico, por eso queda la opción de luchar y trabajar a fondo para mejorar y lograr armar un equipo más competitivo y que pueda ser uno de los protagonistas de la nueva clasificatoria que está por empezar a la vuelta de la esquina.

Con el Sudamericano Sub 20 ad portas, puede haber opciones de jugadores jóvenes que vayan sumando experiencia y nuevas energías a la Roja. Eso se necesita, la experiencia y vivencias de los grandes ganadores y la suma de ese power que pueden tener los más noveles, para volver a contar con una escuadra que sea altamente competitiva. La esperanza está intacta, es cosa de proponerla y ejecutarla, atreverse e ir por los nuevos caminos de gloria.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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