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Copa América: sólo un milagro salva al Estadio Sausalito No se cumplieron los plazos estipulados

Copa América: sólo un milagro salva al Estadio Sausalito

Su demolición comenzó en marzo de 2013 y la idea era que a fines de ese año estuviera listo el nuevo recinto. Pero el plazo no se cumplió, como tampoco se han cumplido otros plazos posteriores. El comisionado de la FIFA, Blaine Buck, recomendó eliminar el coliseo viñamarino de los escenarios considerados para el evento. El problema es que, para los tres partidos que allí están programados, ya hay un tercio de las entradas vendidas. El papelón les quita el sueño a varios…


Salvo que ocurra un milagro, el estadio Sausalito de Viña del Mar tendrá que ser bajado como uno de los escenarios para la Copa América 2015. La alcaldesa, Virginia Reginato, políticos de la zona, como el senador Francisco Chahuán, y los viñamarinos, naturalmente se resisten, pero el estado de las obras no deja lugar a dudas: el recinto exhibe apenas un 60 por ciento en el avance de la construcción y cuenta con un año de retraso… luego que el plazo primitivo fijado para su entrega (fines de 2013), también sufriera una significativa postergación.

Es más: hace unas semanas, Blaine Buck, funcionario de la FIFA comisionado para revisar el avance de las obras de los estadios que Chile construye para la Copa América 2015 y el Mundial Sub 17 de octubre, tras visitar el Sausalito le comunicó a la dirigencia nacional que su informe sería lapidario respecto de este recinto.  Buck sugirió eliminar el coliseo viñamarino de los escenarios considerados para la Copa América. Para él, el coliseo no va a estar listo para el mes de junio, mes del certamen, y hasta puso en duda que alcance a estar para octubre, mes del Mundial Juvenil.

El informe de Buck está ya en manos de la FIFA, pero será finalmente el Comité Organizador del campeonato quien deberá adoptar una decisión definitiva. Y esta, dada la premura del caso, no puede pasar de este fin de mes.

Cuando un hecho como este ocurre, habiendo tantos actores involucrados, cuesta definir a un culpable único. Más bien habría que hablar de una cadena de errores.

El primero corrió por cuenta del Instituto Nacional de Deportes (IND), nombre elegido para dejar atrás el de Chiledeportes, tan desprestigiado de acuerdo a las autoridades que asumieron conjuntamente con el gobierno de Sebastián Piñera.

De partida, el IND estimó que la remodelación del Sausalito costaría $ 9.428 millones. De esa cifra, se comprometió a financiar $ 5.794 millones. Los restantes $ 3.633 serían aportados por el Fondo de Desarrollo Regional. Pero en enero de 2013, tras conocerse los resultados de la licitación de las obras en la que  participaron cinco empresas, la mejor oferta (Constructora Besalco) fue de $ 10.831 millones, sólo que en esa suma no estaban considerados otros $ 1.850 millones para el equipamiento del recinto.

La municipalidad viñamarina activó gestiones y llegó a un acuerdo con la Subdere, la Intendencia de la V Región, la Seremia de gobierno y el IND para la provisión de recursos adicionales. Mientras el Instituto Nacional de Deportes se comprometió a aportar otros $ 2.440 millones, el Gobierno Regional pondría 700 millones para equipamiento y la Municipalidad, por su parte, gestionaría otros $ 600 millones a través de un aporte extraordinario de la Subdere.

Lamentablemente para el estadio Sausalito y los viñamarinos, ni la Subdere ni el Gobierno Regional cumplieron con los recursos comprometidos. En cuanto al IND, se descubrió más tarde que el proyecto elaborado para obtener los recursos destinados a aportar los millones que faltaban entre el cálculo del costo primitivo y el resultado que arrojó la licitación, presentaba deficiencias.

Gabriel Ruiz Tagle, director del IND, no había estado a la altura del “gobierno de excelencia” prometido. El resultado de esos fallos fue que, al momento de iniciarse los trabajos, la Municipalidad denunciaba un déficit de $ 1.800 millones para que las obras alcanzaran a estar concluidas en octubre de 2013, de acuerdo al compromiso asumido por Sebastián Piñera tras asumir el cargo.

Viendo el evidente retraso, la alcaldesa Reginato se apresuró en señalar que “construir un nuevo estadio para Viña del Mar es una promesa presidencial que se enmarca tanto en la gestión deportiva del Presidente Sebastián Piñera como con el Programa de Obras Legado Bicentenario. Los problemas actuales son responsabilidad del IND, de la Intendencia y la Subdere”.

Por esos días, octubre de 2013, y cuando ya era evidente que el plazo para la terminación del Sausalito no se cumpliría, el subsecretario de Deportes, Gabriel Ruiz Tagle, luego de admitir que había un retraso mayor en los trabajos, agregó que “es la Municipalidad la unidad ejecutora del proyecto”. Para salir del paso, apreciando el tiempo que aún restaba para el evento y considerando que él ya no iba a estar en el cargo, señaló tajante:  “Podemos asegurar que el estadio estará listo antes de la Copa América”.

Pero en el reparto de culpas la municipalidad viñamarina no libra de polvo y paja. Los ingenieros de Secpla (Secretaría de Planificación), dependiente del municipio, en su informe preliminar de las obras señalaron que no sería necesaria la demolición de la galería denominada Laguna, afectada por el terremoto de febrero de 2010. Sin embargo, después se determinó que sí era necesario echar abajo esa estructura, lo que contribuyó a aumentar el costo total del proyecto y a ampliar los plazos.

Mientras el retraso de las obras en el estadio Ester Roa, de Concepción, hizo que se trabajara en doble turno luego de la visita inspectiva de la ministra del Deporte, Natalia Riffo, para el estadio Sausalito no se consideró una medida similar.

El papelón que se estaba viviendo con la construcción del nuevo Sausalito fue caldo de cultivo para polémicas de todo tipo. Y a fines de 2013, con elecciones de por medio, la beligerancia surgió incluso entre compañeros de ruta. El candidato a diputado Carlos Gómez (RN), criticó la demora en las obras y los sucesivos inconvenientes financieros, provocando la airada respuesta de su compañero de lista, Osvaldo Urrutia (UDI), quien señaló que “me extraña que Carlos Gómez diga que no se ha avanzado nada en las soluciones. Le recuerdo que la alcaldesa ha declarado siempre que debemos dejar trabajar con tranquilidad a los técnicos”.

Y si los conflictos se producían entre personeros de un mismo sector, con mayor razón el fiasco del Sausalito daba pie para fuertes confrontaciones verbales entre personajes de distinto signo político.

Daniel Duclos, Director Regional del IND, tras ser designado en el cargo por la presidenta Michelle Bachelet, criticó la construcción del nuevo recinto, culpando a la gestión de la municipalidad de Viña del Mar y al gobierno saliente por las obras y fondos destinados. Ello provocó la airada respuesta del consejero regional Manuel Millones, quien dijo que “las palabras del señor Duclos son muy desafortunadas y torpes. Todavía no termina de instalarse en el cargo y ya hace cuestionamientos a su antecesor, al proyecto del Sausalito y a los recursos destinados. Si ese va a ser su estilo como director del IND en la región, no le va a ir bien”.

Como resulta evidente que lo del Sausalito tiene el río más que revuelto, no han escaseado los pescadores. Sabido los problemas del municipio viñamarino, Antofagasta, Rancagua y Calama se apresuraron a levantar sus candidaturas para transformarse en eventuales reemplazo de la denominada Ciudad Jardín. Jorge Castro, alcalde UDI de Valparaíso, también reaccionó presto para señalar que “los tres partidos considerados para el estadio Sausalito deben jugarse en el estadio Elías Figueroa en el caso de que Viña no esté en condiciones de ser sede de la Copa América. No podemos permitir por ningún motivo que esos partidos salgan de la región”.

Todo indica que esa sería la solución más  sensata a este problema. En Viña del Mar están programados tres partidos: México-Bolivia (12 de junio), Argentina-Jamaica (20 de junio) y un duelo por los cuartos de final. Y ocurre que ya están vendidos un tercio de los boletos. “Las entradas adquiridas es uno de los mayores inconvenientes que se pueden presentar en caso de que finalmente se tome la determinación de bajar de la Copa América al Sausalito”, reconoció un personero de la ANFP.

Conocido el lapidario informe de Blaine Buck, la ministra del Deporte, Natalia Riffo, visitó las obras del Sausalito en compañía de la alcaldesa Reginato. Y aunque por cierto la ministra no es una especialista en construcciones,  lo observado debe haberla dejado hondamente preocupada. Tanto, que tras señalar a dúo con la alcaldesa Reginato que las obras no van a estar para marzo, como estaba una vez más anunciado, sí lo estarán para mayo.

Lo que ambas autoridades parecieron olvidar es que el inicio de la Copa América está fijado para el 11 de junio, con el partido de la Selección Chilena frente a Ecuador, en el Estadio Nacional.

Entendiendo que el tiempo apremia, el Consejo Municipal se apresuró en publicar las bases para la construcción de la cancha del recinto. Pero ese es otro factor que aumenta las dudas acerca de la viabilidad del Sausalito. Primero, porque las empresas interesadas deben tener un plazo para presentar sus propuestas, y otro es el que debe considerarse para la adjudicación de los trabajos. Y una cancha de fútbol (debieron haberlo sabido los cerebros de la municipalidad viñamarina) se puede construir dentro de un plazo relativamente breve, pero eso no significa que quede inmediatamente habilitada. Necesita de un proceso no menor de abundante riego, varios cortes de pasto e innumerables pasadas de rodillo. De lo contrario, quedará destruida tras el primer partido que en ella se juegue.

Como se ve, todo mal. A comienzos de marzo de 2014, incluso, se vivió un percance que puede considerarse todo un símbolo. En los momentos que se llevaba a cabo la maniobra de rotación de una de las torres de iluminación, se produjo el deslizamiento y posterior desplome de la estructura sobre las futuras aposentadurías. Afortunadamente, el accidente no dejó trabajadores lesionados.

Mientras los días transcurren raudos, en la página oficial de la ANFP se anuncia mediante un banner la realización de la Copa América 2015. Y al mejor estilo de los mundiales, existe una cuenta regresiva para el día inaugural. Al momento de concluir esta nota, faltaban 124 días, tres  horas, unos cuantos minutos y segundos que parecían correr más rápido que lo normal.

Debe haber varios para los cuales esa cuenta regresiva constituye toda una tortura.

Empezando por la alcaldesa Reginato.

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