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Opinión: Los responsables del desastre azul

Opinión: Los responsables del desastre azul

Julio Salviat
Por : Julio Salviat Profesor de Redacción Periodística de la U. Andrés Bello y Premio Nacional de Periodismo deportivo.
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Muchos piensan que los dolores de Martín Lasarte, que lo han marginado de la banca en dos partidos, también son un factor decisivo. Es discutible. La influencia de los entrenadores en el rendimiento de un equipo durante un encuentro es relativa. Algunos les adjudican un 20 ó 25 por ciento. Otros, menos todavía


A estas mismas alturas del torneo pasado, la “U” pisaba fuerte y anunciaba en voz muy alta su candidatura al título. Con los mismos rivales de entonces, aunque cambiando la localía, los azules acumulaban 19 de los 21 puntos posibles. Ahora tienen, apenas, cinco. Y de los últimos 15 en disputa, consiguieron uno.

Los pupilos de Lasarte habían derrotado sucesivamente a Cobresal (ahora empató en la agonía), a O´Higgins (ahora repitió la victoria), a Wanderers (ahora perdió), a Antofagasta (otra derrota) a Huachipato (ahora fue empate) y a Unión Española (derrota de nuevo). El único punto que se le había escapado era con Iquique, frente al cual perdió ahora en casa.

Eran punteros solitarios y ahora son colistas acompañados.

¿Tanto puede cambiar un equipo de un semestre a otro?

No ocurrieron muchas cosas para justificar un panorama tan opuesto. Una, importante, es que se fue Patricio Rubio. Pero no sirve como justificación: en las seis primeras fechas del campeonato de Apertura anotó dos goles solamente, y tenía más cara de reserva que de titular.

Ni siquiera la grave lesión de Sebastián Ubilla, la prolongada ausencia de Sebastián Martínez, las complicaciones físicas de Gustavo Canales, los desajustes de Enzo Gutiérrez y César Cortés tuvieron repercusiones graves. Si se recuerda, la «U» lamentó solamente una derrota (ante Colo Colo) y dejó ir otros dos puntos por ahí (ante Barnechea). Audax Italiano, San Marcos, Palestino, U. Católica, Cobreloa, Ñublenese y Unión La Calera también se fueron a lamentarse a sus camarines después de enfrentar al que sería campeón.

Uno ve a ese equipo ahora, y duda de si será capaz de ganar a alguno de esos.

Muchos piensan que los dolores de Martín Lasarte, que lo han marginado de la banca en dos partidos, también son un factor decisivo. Es discutible. La influencia de los entrenadores en el rendimiento de un equipo durante un encuentro es relativa. Algunos les adjudican un 20 ó 25 por ciento. Otros, menos todavía. El uruguayo no es un técnico que cambie destinos con sustituciones inspiradas. Hace las que todo el mundo haría, y no siempre resultan.

Por lo tanto, el bajón hay que explicarlo con otros argumentos.

La falta de una alineación estable puede contribuir a las debilidades del equipo. También que hay bajas en los rendimientos individuales, especialmente notorios en Mathias Corujo, Osvaldo González, Cristián Suárez y Gonzalo Espinoza.

Hay, además, un factor insoslayable: la decadencia de Gustavo Canales. La parte final del torneo anterior el argentino-chileno la jugó cojeando y, aun así, fue un goleador implacable. Ahora juega casi nada y entra sólo para propiciar tiros libres cerca del área que él mismo se encarga de malograr.

Pero el elemento decisivo en el desastre azul es Johnny Herrera.

El año pasado salvaba partidos. Hoy los regala, como ocurrió en el partido con Antofagasta.

Por la séptima fecha del campeonato pasado ya advertíamos que la «U» era un equipo inseguro defensivamente y que su arquero tenía un trabajo desacostumbrado para un equipo que aspiraba al título. Con reflejos, sapiencia y arrojo, Herrera salvó puntos frente a varios equipos que pudieron empatarle o ganarle. En el resumen final de las grandes jugadas, aparecieron sus manotazos salvadores, sus achiques perfectos y sus reacciones instantáneas.

Si se hace el recuento de lo que ha ocurrido hasta ahora, a la «U» le llegan y es gol. Su defensa da las mismas facilidades que en el 2014, pero ya no tiene el candado que sella la puerta.

Entonces, a los azules les faltan los goles que hacía Canales y les sobran los goles que evitaba Herrera.

Y ahí están los resultados.

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