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Las 11 razones del fracaso de la Sub 17

Las 11 razones del fracaso de la Sub 17

Una cadena de desaciertos cometidos por la ANFP explica la paupérrima actuación de la Selección Chilena Sub 17, que en el Sudamericano de Paraguay cumplió el peor cometido de un combinado nacional de esta categoría en un torneo subcontinental.


Curiosamente, pese a despedirse con una nueva derrota, la Rojita cumplió ante una mediocre Argentina su mejor presentación en el Sudamericano Sub 17 de Paraguay.

El marcador 0-1 frente a los transandinos fue engañoso e inmerecido porque, por primera vez en sus cuatro partidos en este torneo, el combinado nacional mostró un nivel de juego al menos aceptable. Si bien repitió los errores defensivos de todo el certamen, esta vez la línea de volantes logró apropiarse de la pelota y en no pocos pasajes dominó el encuentro y se acercó con frecuencia al área rival. Hubo algo de riesgo, pero como siempre, la liviandad del ataque chileno impidió conseguir la igualdad.

Un empate o una victoria hubiese sido un consuelo para este plantel adolescente que cargará con el estigma de haber cumplido hasta este tramo de nuestra historia futbolística la peor campaña de una Sub 17 en un Sudamericano, al finalizar última entre 10 equipos, con cero puntos, cuatro derrotas, cuatro goles a favor y 12 en contra.

Antes del inicio del torneo, este diario electrónico ya había adelantado que Chile no clasificaría para la segunda fase. Era una certeza anticipada, aunque lógica, no sólo por las equivocaciones en la preparación del equipo, sino por las malas decisiones de la ANFP que se arrastran por años y que han desmejorado el nivel del fútbol joven nacional. Esto no es un secreto para nadie que siga con atención los torneos de cadetes. Y explica en buena parte por qué en esta categoría, Chile acaba de ser eliminado por novena vez consecutiva de un Sudamericano. No sólo no ha clasificado a los mundiales desde 1999 si no que ni siquiera ha superado la primera fase. Un dato decidor: durante estos 16 años de fracasos, Bolivia, la peor selección sudamericana, le ha ganado cuatro veces a Chile y ha igualado el quinto partido entre ambos.

Ahora que la dupla técnica de Hugo Tocalli y Alfredo Grelak se deshizo (el primero ya renunció, y Grelak puso el cargo a disposición de la ANFP), y que el Mundial Sub 17 que se disputara en Chile en octubre próximo se asemeja a la amenaza de un cataclismo en vez de una oportunidad para que el país ratifique el prestigio ganado por la selección adulta, vale la pena repasar la secuencia de errores que ha llevado al fútbol joven chileno a caer en este pozo cada vez más hondo.

1.- IMPASIVIDAD PARA CORREGIR LA MADURACIÓN TARDÍA DEL FUTBOLISTA ADOLESCENTE: en estos dos recientes sudamericanos los comentarios han sido unánimes: los chilenos parecían niños y los rivales, jugadores profesionales. En nuestro medio todos saben de la lenta maduración del futbolista chileno, que se consolida recién pasados los 20 años, cuando se asienta en el profesionalismo. El fútbol cadete los egresa con muchos vacíos, especialmente físicos y tácticos. Y pese a que ese es un secreto a voces, la ANFP nada ha hecho para apurar su maduración.

2.- CONTRATACIÓN DE ENTRENADORES EXTRANJEROS: Todas las clasificaciones a los mundiales Sub 20 y Sub 17 las han conseguido entrenadores chilenos. Leonardo Véliz en 1993 (Sub 17) y 1995 (Sub 20), Wladimir Bigorra en 1997 (Sub 17), Héctor Pinto en 2001 (Sub 20), José Sulantay en 2005 (Sub 20) y 2007 (Sub 20), y Mario Salas en 2013 (Sub 20), atraparon esos logros con estilos y fórmulas distintas, pero a todos los unía un profundo conocimiento del fútbol joven nacional, con sus debilidades y fortalezas. Esta vez el directorio de Sergio Jadue optó por contratar a un laureado entrenador argentino, como Hugo Tocailli, con un nulo conocimiento de nuestro balompié menor. Por si fuera poco, Tocalli trajo a dos entrenadores compatriotas, igualmente ignorantes del medio.

3.- DISOCIACIÓN DE ESTILOS: dada la persistencia de muchas falencias estructurales, el fútbol chileno aprendió que la traída para su selección adulta de entrenadores obsesivos y profetas de un fútbol intenso, dinámico y veloz, era la mejor garantía para empinarse por sobre sus males históricos y llegar a las alturas conquistadas desde 2006 en adelante. Bielsa fue el primero y, tras el error de haberlo reemplazado con Borghi, la ANFP corrigió a tiempo y contrató a Sampaoli, que recuperó ese fútbol extraviado con el alejamiento del rosarino. Vaya a saber por qué el directorio de Jadue consideró que para los combinados jóvenes lo ideal era traer a un parsimonioso Hugo Tocalli como jefe técnico de las selecciones menores. Méritos como formador posee de sobra, aunque en un fútbol superior como el argentino, pero a nadie podía caberle dudas de que desde su puente de mando impondría a sus equipos el fútbol que siente y que está en las antípodas del de Bielsa y Sampaoli.

4.- HABER DESPEDIDO A MARIO SALAS: Tocalli cometió el primero y peor de sus pecados al pedir el despido de Mario Salas antes de que terminara 2013. El joven entrenador chileno, con su fútbol dinámico y atosigante, había clasificado a su elenco Sub 20 al Mundial de Turquía de ese mismo año, donde cumplió una buena actuación. Quizás con el fin de hacerle un lugar a sus compatriotas, Tocalli aprovechó un desencuentro entre Salas y su hijo Alejandro, preparador de arqueros del nuevo cuerpo técnico, para desembarazarse del viñamarino. Como si no supiera de fútbol, el directorio de la ANFP lo aceptó y dio paso al tobogán de desaciertos y fracasos que ha convertido en un año y medio al fútbol joven chileno en el peor de Sudamérica.

5.- CONTRATAR A ENTRENADORES SIN MÉRITOS: no contenta con haber traído a un entrenador desconocedor del medio chileno, la ANFP permitió que Tocalli eligiera a Claudio Vivas y Alfredo Grelak, sin mayores méritos curriculares para asumir en combinados nacionales, por muy menores que fueran. Ninguna oficina de selección de cargos los hubiese elegido. Más bien ambos vinieron a hacer la práctica. Y así les fue.

6.- CONTRATAR A ENTRENADORES DESCONOCEDORES DEL FÚTBOL JOVEN: distinto es optar por técnicos extranjeros para la selección adulta, porque la globalización del fútbol ayuda a que hasta el más negligente sepa perfectamente qué puntos calza el fútbol que dirigirá, cuáles son sus figuras, virtudes y defectos, que tomar la misma decisión para el fútbol joven. Esto es así, porque un entrenador extranjero desconoce el nivel del medio, los mejores equipos y jugadores. En buenas cuentas, se lanza a una piscina sin saber cuánta agua contiene.

7.- PÉRDIDA DE TIEMPO POR EXCESIVAS PRUEBAS DE JUGADORES: Tocalli explicó que en Argentina los seleccionadores nacionales de menores siempre rastrean el país para descubrir talentos ocultos. Acá hicieron lo mismo, pero más bien obligados por la ya citada ignorancia del material futbolístico chileno. Así perdieron meses y meses trayendo a Quilin a decenas de muchachos que nada tenían que hacer en la Selección. Por esta Sub 17 desfilaron casi 120 jugadores. No se veía algo así desde los tiempos del alemán Rudy Gutendorf, entre 1972 y 1973. Tocalli y Grelak nunca entendieron que Chile no es Argentina. Que acá no encontrarán a los Messi, Agüero, Tévez y Di María. Y que los buenos jugadores provincianos ya han sido descubiertos por los mejores equipos profesionales, que tienen veedores y escuelas de fútbol en todas las regiones, lo que les permite reducir al mínimo el riesgo de pasar por alto a esos talentos. Si se hubiesen asesorado por colegas chilenos, debieron haber elegido desde un comienzo a los mejores de los equipos que han dominado la categoría 1998 (año base de la actual Sub 17): Colo Colo, Universidad de Chile y Audax Italiano. Si bien los tres aportaron elementos a esta Rojita, hubo jugadores de equipos chicos que no mostraron méritos para haber disputado el torneo. Escoger con esa lógica hubiera ayudado a compenetrar mejor el sistema de juego, cuestión primordial que estuvo ausente en Paraguay.

8.- PRESCINDIR DE JUGADORES DESTACADOS: este error es una consecuencia del punto descrito más arriba. Especialmente Colo Colo y Universidad de Chile tienen jugadores valiosos desestimados por Grelak. En el ataque se extrañó la potencial del azul Mathias Pinto y de los albos Luis Salas y Bastián Silva, habituales goleadores de esta categoría. También se echó de menos a más volantes creativos que acompañaran al solitario itálico Rene Meléndez, de magro rendimiento. En Colo Colo había tres de muy buen nivel: Juan Carlos Vargas, Juan Araya y Luciano Díaz, este último incorporado ya al plantel adulto en Macul. Al menos haber centrado el núcleo de esta Sub 17 en elementos que llevan tres o cuatro años jugando juntos hubiese garantizado una mejor amalgama.

9.- NO HABER LOGRADO UN MEJOR JUEGO COLECTIVO: está bien, a lo mejor Grelak no eligió a todos los mejores. Pero tuvo un año y medio para haber logrado una conexión colectiva que evitase el humillante último lugar en el Sudamericano. Distinto es quedar eliminado, a arrear el lote. Que no consiguiera plasmar un sello y un rendimiento al menos aceptable, tal como tampoco lo logró Vivas en la Sub 20, demuestra la incapacidad de los ayudantes de Tocalli.

10.- EL SÍNDROME «KAMIKAZE»: tal como los suicidas pilotos japoneses, la ANFP ha decidido estrellar a sabiendas el futuro del fútbol joven al terminar este año con los torneos de cadetes divididos en dos divisiones. Ahora los equipos no han sido separados según sus méritos, sino que de acuerdo a sus ubicaciones geográficas. También lo adelantamos en una columna anterior, y se está cumpliendo: ingrese a la página del fútbol joven de la ANFP y observe los resultados. De la noche a la mañana revivieron las goleadas de hasta siete, ocho, nueve y 10 goles de diferencia. Los chicos seleccionados seguramente elevaran su ego, pero no mejorarán su nivel ni apurarán su madurez porque falta la competencia y el rigor. Quien se haga cargo de la Sub 17 mundialista tendrá un durísimo desafío para sacarle trote a la Rojita en los siete meses que restan. Lo único aconsejable es que se elija prontamente al nuevo entrenador, que éste seleccione con sentido común a los mejores, dedicándolos casi a tiempo completo a disputar muchos partidos con rivales extranjeros. Si no ocurre así, el nivel de la Sub 17 será el que sus jugadores muestren en el débil torneo nacional.

11.- DESCONCIERTO SOBRE EL PERFIL DEL NUEVO ADIESTRADOR: durante esta semana han surgido nombres de posibles sucesores de Grelak. Patricio Hormazábal y Miguel Ponce son los más mencionados. En este mismo espacio José Sulantay abogó en febrero por el currículo de excelencia de los aspirantes al puesto. Ninguno de los nombrados lo tiene todavía. Y lo peor es que ninguno se acerca al perfil de los más exitosos seleccionadores de los últimos 10 años. Optar por un tipo que desprecie la intensidad y rapidez de juego es condenar a la Rojita a un papelón en el Mundial. A nivel internacional no bastan la sola técnica y tenencia del balón sin una capacidad física que permita defenderlo, soltarlo con rapidez y agudeza, y jugarlo al espacio para causar el error defensivo del rival. Si se aspira a una actuación decorosa hay que pensar en estrategos chilenos o foráneos avecindados, que pregonen un fútbol como el de las ligas extranjeras que vemos por televisión.

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