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Funcionarios piden la remoción de la ministra del Deporte

Funcionarios piden la remoción de la ministra del Deporte

Convencidos de que no va a renunciar, a pesar de su pésima gestión, que se va salpicada ahora por el mayúsculo escándalo de más de 4 mil millones de pesos que supuestamente se gastaron en los Juegos Sudamericanos y que según la Contraloría no tienen ningún respaldo, los trabajadores del IND exigen que la Presidenta Bachelet saque de la cartera a la titular, Natalia Riffo.


El Ministerio del Deporte y el Instituto Nacional de Deportes son una olla a presión a punto de explotar. Si entre sus funcionarios ya había molestia y frustración por la pésima gestión que les ha cabido a sus respectivas autoridades, el informe de Contraloría que declara sin respaldo más de cuatro mil millones de pesos gastados en la organización de los Juegos Sudamericanos de 2014 transformó ese enervante estado anímico en franca indignación.

La Asociación de Funcionarios del IND, Anfuchid, exige hoy la remoción de la ministra del Deporte, Natalia Riffo, y de todo su equipo de trabajo. Creen que si hasta ahora no ha renunciado luego de sus variadas muestras de ineptitud, menos va a hacerlo ahora, cuando el escándalo que sacude a su cartera y a su servicio subordinado tiene origen en la administración anterior, cuando era Presidente de la República Sebastián Piñera y Gabriel Ruiz Tagle Director de Deportes, devenido en ministro en los últimos meses de su mandato.

Y es que, como explican sus dirigentes, “las administraciones pasan, pero el Estado es permanente. La ministra no puede escudarse en que estas irregularidades tienen su origen en el gobierno anterior. Deber de su administración era detectarlas, denunciarlas y perseguir la responsabilidad administrativa de aquellos que se vieran involucrados. Recién viene a reaccionar ahora, en circunstancias que cuando nos reunimos por primera vez con ella, en marzo de 2014, en nuestra sede del Estadio Nacional, le dijimos con toda claridad que debía ponerse especial cuidado y acuciosidad en examinar las cuentas de esos Juegos”.

El escándalo no es menor. Para llevar a cabo el evento se destinaron aproximadamente 5.500 millones, y que más de cuatro mil millones en gastos, según la Contraloría, no cuenten con la suficiente documentación de respaldo, está hablando de un porcentaje altísimo.

De los aspectos cuestionados hay uno que parece increíble: el monto total asignado para los Juegos fue depositado en un banco entre marzo y agosto de 2013, lo que generó intereses por $ 127.810.407, cifra cuyo destino se mantiene en la más absoluta de las nebulosas. ¿A quién se le podía ocurrir que realizar una maniobra como esa podía tener algún sustento constitucional o legal?

La explicación que dio a este respecto el ex ministro, Gabriel Ruiz Tagle, fue también increíble. Tras reconocer que había sido un error, señaló que “ese dinero sirvió para el evento mismo. Es decir, gracias a esos intereses se le pidió menos dinero al gobierno”.

Que nadie conozca, hasta ahora, el destino de esos casi 128 millones de pesos, pareció no preocuparle demasiado.
Para el ex funcionario del gobierno de Piñera, que no ha negado su interés de iniciar una campaña política como alcalde de Providencia en los próximos comicios, “todo está en regla y en orden. Los Juegos se hicieron con la mayor transparencia. Las mismas actualidades actuales del ministerio aprobaron las cuentas que quedaron de ese evento”.

La Contraloría, sin embargo, dijo algo muy diferente. Según el organismo, se detectaron las siguientes irregularidades:

1.- falta de rendición y/o de reintegro de excedentes por $ 2.783.270.009;
2.-, intereses improcedentes por depósito a plazo por $ 129.035.407;
3.- falta de antecedentes de respaldo en licitación y entrega de productos pagados por $ 21.915.554;
4.- sobre derechos y obligaciones de servicios contratados por $730.686.285;
5.- sobre remuneraciones, honorarios e imposiciones por $ 84.222.184;
6.- sobre gastos en viajes por $ 12.554.359;
7.- sobre recepción de bienes y/o servicios por $ 243.668.612;
8.- sobre recursos en administración por $ 68.560.509;
9.- sobre pago efectivo por $ 3.000.000 y
10.- pago por exceso y/o duplicado por $ 19.437.163.

Agrega el organismo que “esta Entidad Fiscalizadora procederá a formular el reparo correspondiente, al tenor de los artículos 95 y siguientes de la ley N°10.336, de Organización y atribuciones de esta Contraloría general».

Para los funcionarios del Instituto Nacional de Deportes nada de esto es sorprendente.

Señalan:

“Una de las primeras medidas que adoptó Ruiz Tagle fue eliminar la fiscalización al interior del IND. El equipo abocado a esa tarea se fue paulatinamente jibarizando y cercenando, de modo que no pudiera ejercer su función. Fue algo que en su momento advertimos como organización, pero nunca se nos escuchó. Y era normal: al aparato estatal había llegado gente que al parecer pretendía manejar los ministerios y los servicios como si se tratara de un fundo o alguna de sus empresas. Hacer y deshacer sin que nadie controlara ni fiscalizara nada. Si a eso le sumamos una administración desastrosa de las actuales autoridades, no podíamos esperar otra cosa que la verdadera hecatombe que ahora estamos viviendo. Porque, al final, para la opinión pública somos los trabajadores los responsables y los frescos”.

Molestia causa, además, que el informe de Contraloría estaba en conocimiento del Ministerio desde hace tres semanas y, sin embargo, recién ahora que salió a la luz pública la ministra Riffo está hablando de un sumario interno para determinar responsabilidades.

“Eso de que devuelvan la plata suena muy bonito, pero no vemos su objetivo práctico”, dicen en la Anfuchid. Agregan: “De hecho, conocimos declaraciones de Marcela González, que presidió la Corporación Santiago 2014, entidad creada para ver todos los aspectos organizativos de los Juegos, que entrevistada a este respecto dijo que ‘tendría que ir puerta por puerta y casa por casa para conseguir a toda esa gente que hizo uso de dineros destinados al evento”.

Ruiz Tagle, en entrevista con CNN, fue aún más burdo en sus explicaciones, al señalar que “todas las cuentas van a estar en orden cuando la Contraloría reciba, en el plazo de 60 días que otorgó, todos los antecedentes que está pidiendo. De cualquier forma, hay platas que no se van a poder justificar, y permítame que lo grafique con un ejemplo: cuando un atleta o un ciclista ganan una prueba es normal que, junto con su medalla, se le entregue un ramo de flores. ¿Vamos a pedirle ahora que nos entregue el vale de lo que costaron esas flores?”.

El atletas o el ciclista no, desde luego. Pero como hubo muchísimos ganadores, y por tanto cientos de medallas y ramos de flores, en las cuentas de la Corporación Santiago 2014 las boletas de la florería sí deben estar, señor Ruiz Tagle.

Lo grave es que en las esferas oficiales parecen no entender nunca lo mal que lo están haciendo. Como trascendido, se supo que en la quina que se estaba manejando para designar al nuevo director de Deportes, tras la renuncia de Sergio Arévalo, figuraba Marcela González, sobre la cual cabe la principal responsabilidad de haberse gastado más de 4 mil millones de pesos que, hasta ahora, no encuentran respaldo de ningún tipo.

Hay más: Ernesto Galaz, abogado, uno de los principales asesores de la Ministra Riffo, estuvo también como personero principal de la Corporación Santiago 2014. Misma entidad que, conformada por personeros del IND y del Comité Olímpico de Chile, tomó la responsabilidad de organizar los que serían, en declaraciones del ex Presidente Piñera, en su estilo grandilocuente de siempre, “los mejores Juegos Sudamericanos de la historia”.

Algo así como el censo, que también iba a ser el más impresionante de toda nuestra vida republicana y que implicó botar a la basura más de 60 millones de dólares, simplemente porque no servía para nada. Ni siquiera para saber cuántos éramos los chilenos.

¿Habrá alguna vez luz sobre este bochornoso caso, que se suma a los muchos vacíos que dejaron las cuentas del Rally Dakar y la construcción de estadios para el fútbol profesional?

Es algo a lo menos dudoso. Respecto de los Juegos, Ministerio e IND ya dijeron en su oportunidad que las cuentas estaban bien. ¿Lo estaban?

La Contraloría acaba de demostrar que no. Que no cuadraban para nada los números.

Nadie detectó que había un hoyo de más de cuatro mil millones de los cinco mil 500 millones que se destinaron para llevar a cabo los Juegos que, dicho sea de paso, significaron para el deporte chileno un mediocre quinto lugar, por detrás de Brasil, Colombia, Venezuela y Argentina.

Del presupuesto total, casi el 80 por ciento del gasto no tiene ningún tipo de respaldo.

Eso es como si una vaca entrara a un ascensor y ninguno de sus ocupantes se diera cuenta…

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