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Senador Chahuán exigió ayuda inmediata para jóvenes chilenos abandonados en isla de Honduras PAÍS

Senador Chahuán exigió ayuda inmediata para jóvenes chilenos abandonados en isla de Honduras

Chahuán, quien ha hecho gestiones similares en otros casos, se comunicó directamente con la Dirección General Consular, para pedir que se haga todo lo que sea necesario y llevarles las ayudas correspondientes a los dos chilenos.


El senador de Renovación Nacional (RN), Francisco Chahuán pidió al Gobierno que vaya en ayuda de dos jóvenes chilenos que se encuentran varados en la isla hondureña de Roatán.

Pese a todos los esfuerzos, Eduardo González y Franco Moraga, dos jóvenes viñamarinos, no han podido salir del lugar pues se encuentra absolutamente bloqueado para ingreso y salida de personas, como una medida del país centroamericano para evitar contagios por Covid-19.

González y Moraga cumplieron 45 días y ya no tienen dinero ni apoyo, por lo que están viviendo prácticamente de la caridad de los isleños y tratando de capturar sus propios alimentos, con una improvisada caña de pescar.

Por esta razón, el senador Chahuán solicitó un intervención inmediata en este caso, no sólo mediante gestiones para traerlos a Chile, sino también para brindarles apoyo.

«Ya estamos hablando de un caso extremo, de humanidad para estos dos jóvenes chilenos. Han salido vuelos desde centroamérica con compatriotas repatriados, pero como ellos están aislados, no han podido acceder a este beneficio. Claramente el objetivo es traerlos a Chile, pero también ver cómo están de salud y sus condiciones, porque de verdad hoy no tienen nada, ni siquiera dónde alojar y eso no se puede permitir», sostuvo el parlamentario.

Chahuán, quien ha hecho gestiones similares en otros casos, se comunicó directamente con la Dirección General Consular, para pedir que se haga todo lo que sea necesario y llevarles las ayudas correspondientes a los dos chilenos, mientras se concreta su regreso al país. Medidas que deben ser a la brevedad, agregó el senador.

En la isla de Roatán, ubicada a 260 kilómetros de Tegucigalpa capital de Honduras, el gobierno de ese país estableció las medidas más severas con cierre total y toque de queda, bajo la consigna “nadie entra y nadie sale”.

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