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Espacio Público advierte que para tener un mejor sistema de TTA se requiere una mayor coordinación en los agentes de la salud PAÍS Crédito: ATON

Espacio Público advierte que para tener un mejor sistema de TTA se requiere una mayor coordinación en los agentes de la salud

«¿En qué estado de desarrollo se encuentra la estrategia de TTA?». Esa es la pregunta con la que parte el nuevo informe de Espacio Público sobre la situación del COVID-19 en Chile. Para determinar en qué fase se encuentra esta estrategia de testeo, trazabilidad y aislamiento (TTA), el centro de estudios entrevistó a los alcaldes de cinco comunas «que han enfrentado momentos difíciles» durante esta pandemia. Lo que les respondieron «ilustra las mejoras de coordinación de los distintos agentes de salud que se requieren para tener un sistema TTA que nos permita recobrar nuestra vida comunitaria sin arriesgar un nuevo peak como el de mayo y junio».


«¿En qué estado de desarrollo se encuentra la estrategia de TTA?». Esa es la pregunta con la que parte el nuevo informe de Espacio Público sobre la situación del COVID-19 en Chile. Para determinar en qué fase se encuentra esta estrategia de testeo, trazabilidad y aislamiento (TTA), el centro de estudios entrevistó a los alcaldes de cinco comunas «que han enfrentado momentos difíciles»: Claudio Radonich de Punta Arenas, Gerardo Espíndola de Arica, Claudio Castro de Renca, Sergio Echeverría de San Joaquín y Mauro Soria de Iquique.

«Quisimos conocer el esfuerzo que están realizando con el fin de cortar las cadenas de contagio en sus territorios. También les preguntamos sobre la organización que han desarrollado en torno a este trabajo, los problemas que han enfrentado y los obstáculos que ven hacia el futuro», cuentan desde Espacio Público.

Entre estos obstáculos, que aún persiste, es que todavía deben lidiar con atrasos en el análisis de los exámenes PCR que realizan, con demoras de entre 4 a 5 días. «El atraso de los tests es claramente incompatible con el objetivo de cortar la cadena de contagios», advierte el centro de estudios.

En ese sentido, la «impresión general que nos hemos formado es que algunas de estas comunas comenzaron con sus esfuerzos de trazabilidad temprano, en paralelo con la Seremi, pero recién a partir de junio de manera más intensiva, en parte gracias a la llegada de recursos del gobierno central a sus direcciones de salud municipal (lo que ha permitido contratar personal con dedicación exclusiva), con base en un convenio no exento de problemas administrativos (atraso en la entrega de recursos, atrasos en la redacción del convenio, imposibilidad de contratar doctores, incertidumbre sobre la próxima cuota y cómo esta se asigna). Como podemos ver en la Monitorización de la estretegia de TTA en APS, realizada por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile junto a las sociedades médicas, al 14 de agosto solo 62 % de los centros consultados declaraban haber recibido los fondos comprometidos por el gobierno, lo que demuestra que el esfuerzo de trazabilidad está recién comenzando a consolidarse a lo largo del país».

«En los esfuerzos tempranos hechos en este sentido, hubo desarrollos de sistemas de información especiales para poder llevar adelante el trabajo: por ejemplo, Centinela en Renca, desarrollado por la propia comuna, y Esmeralda en Iquique, desarrollado bajo el liderazgo del Director del Servicio de Salud regional. En el último tiempo más y más comunas se han ido sumando al sistema de información Epivigila, no sin problemas de adaptación a la plataforma e insuficiencias en los servicios que ofrece», explican.

Espacio Público posteriormente explica, para las personas que aún no conocen como funciona el sistema, que existe una división entre las distintas instituciones de salud comunal y regional «que hace difícil la coordinación de iniciativas». Por una parte, «está la Seremi de Salud, que en un comienzo de la epidemia tuvo toda la responsabilidad del monitoreo de casos, por otra la dirección del servicio de salud regional (y en el caso de las comunas de Santiago, hay seis directores del servicio de salud, cada uno correspondiente a una de las seis macrozonas: sur, suroriente, oriente, centro, occidente y norte), que está a cargo de la atención de casos graves y los laboratorios hospitalarios, y por último la Dirección de Salud Municipal, que está a cargo de la Atención Primaria de Salud (APS), la cual ha venido a participar en TTA a partir de mediados de junio».

«En cada comuna se podría escribir una bitácora de fricciones entre estos tres actores: desentendimientos, traslape de funciones y problemas de circulación de información, además de problemas de liderazgo, estilo y personalidad. Este es un problema del diseño institucional de nuestro aparato de salud, el cual ha sido sometido a un estrés inédito a causa la epidemia. Claramente esta compartimentalización de las tareas ha significado un obstáculo al momento de llevar a cabo la estrategia de TTA. En cualquier esfuerzo legislativo de reforma a la salud, habrá que analizar en profundidad esta división estamental y las complejidades que implica para el mejor rendimiento del Minsal y sus políticas», señalan.

Si bien Espacio Público reconoce el esfuerzo que están haciendo estos actores para subir su parte de la información a Epivigilia, advierten que, de acuerdo a directores de salud municipal, el sistema aún presenta problemas de robustez en cuanto a la información que maneja de casos sospechosos, confirmados y contactos cercanos, lo que lleva a algunas comunas a preferir todavía el uso paralelo de los sistemas que ellos mismos desarrollaron.

«Por último, Epivigila debería entregar de manera automática la información de indicadores de TTA, pero según el testimonio de las municipalidades, esta información sigue preparándose en Excel cada lunes, para ser enviado a la Seremi y luego al ministerio de manera que se pueda realizar el informe nacional de TTA que se publica los martes con el informe epidemiológico. Además de un sistema de registro, Epivigila debería transformarse en un sistema de gestión, entregando lecturas de los indicadores de salud, mapas de ubicación de casos y otras herramientas que faciliten la toma de decisiones y la división del trabajo entre los tres actores involucrados y, por supuesto, también a nivel central», advierten.

Otro problema: las BAC

Las búsquedas activas de casos (BAC) es otro problema que advierte Espacio Público en esta estretegia de TTA. «Con la entrada de la APS, la BAC ha aumentado considerablemente a lo largo de Chile, lo que ha implicado un aumento sostenido de los casos asintomáticos. Por lo que pudimos rescatar de las conversaciones con los alcaldes, esta BAC se realiza en los barrios, sobre todo en aquellos en que se haya detectado puntos calientes, en mercados y a poblaciones de riesgo, como locatarios, choferes de transporte público, feriantes», indican.

Sin embargo, muestran sus reparos a la estrategia que desarrolla el Ministerio de Salud, ya que «podría redundar en una idea distorsionada acerca de lo que está pasando con la epidemia en los territorios. Si se realizan testeos al azar en plazas y mercados, la probabilidad de tener una tasa de positividad artificialmente baja crece; si en cambio el testeo se realizara a contactos cercanos (que hasta el momento pareciera que siguen estando fuera de la política general de testeo), seguramente tendríamos una tasa de positividad más alta».

«Los incentivos para elegir testear casos con baja probabilidad de contagio se ven acentuados porque las decisiones del gobierno para decretar avances en el Plan Paso a Paso se basan en indicadores comunales: si los indicadores relevantes de positividad fueran a nivel más agregado –macrozonas de la RM o toda la RM, por ejemplo– los incentivos para una pobre asignación de los esfuerzos de testeo serían mucho menores», apuntan.

«En suma, el esfuerzo de testeo, trazabilidad y aislamiento es un proceso que está todavía en desarrollo para alcanzar el estándar que se requiere para enfrentar la epidemia, y necesita de mejoras en la coordinación de los distintos agentes de salud, en el sistema de información y gestión y en la forma en que se mide su desempeño. Esta estrategia será la que nos permitirá en último término recobrar nuestra vida comunitaria sin arriesgarnos a tener nuevamente un peak como el de mayo y junio», finalizan.

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