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La investigadora Elisa Zúñiga crea fórmula para prevenir y tratar enfermedades neurodegenerativas desde fuentes naturales CULTURA|CIENCIA

La investigadora Elisa Zúñiga crea fórmula para prevenir y tratar enfermedades neurodegenerativas desde fuentes naturales

“Siempre quise hacer algo que sirviera a la gente y es la razón por la que he desarrollado esta área de promoción de salud y del buen vivir”, explicó la académica del Departamento de Química de  la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE) , Dra. Elisa Zúñiga, creadora de la formulación.


Alzheimer, Parkinson, Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), así como accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades neurodegenerativas relacionadas con el envejecimiento o asociadas a un estrés oxidativo, son algunas de las patologías que podrán tratarse o prevenirse gracias a tecnología desde fuentes naturales, no tóxica y de producción simple y bajo costo. Esto a partir de una investigación de casi 10 años, encabezada por la bioquímica Dra. Elisa Zúñiga, académica del Departamento de Química de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE), a cuyos beneficios ahora se podrán acceder tras la confirmación de la elaboración de un nutracéutico.

La investigación de la académica generó nanofibras de quitosano autoensambladas, que contienen compuestos bioactivos antioxidantes especialmente útiles en el tratamiento o prevención de enfermedades neurodegenerativas.

Estas nanofibras son útiles como nutracéuticos o fármacos, que se absorben principalmente a nivel de intestino delgado y atraviesan la barrera hematoencefálica, aumentando la biodisponibilidad de los compuestos bioactivos en distintos órganos, incluyendo el cerebro, donde actúa como un sistema de liberación controlada.

Ensayos confirmaron efectividad

Se realizaron pruebas en el Centro de Neurociencias de la Universidad de Valparaíso, donde uno de los investigadores del proyecto, Pablo Muñoz, hizo experimentos, tanto a nivel de cultivo de neuronas, como en animales, y las muestras revelaron su efectividad y que no había toxicidad.

Pero hubo que sortear una situación: “Como se trataba de un neuroprotector y la neurodegeneración viene con la edad, era necesario envejecer a los animales y en eso estuvimos durante un año y medio para que alcanzaran la edad equivalente a una persona de 80 años”, explica la investigadora. “Entonces iniciamos pruebas químicas y se observó que los tejidos no presentaban neurodegeneración, pero lo que más llamó la atención fue que en los análisis de conducta, los ratones tenían comportamiento de ejemplares de la mitad de edad. Este resultado validó el proyecto y demostró que efectivamente generaba un beneficio a nivel conductual”, sostuvo la académica.

Los ensayos también fueron apoyados por tesistas, cuyos estudios comprobaron la eficacia e inocuidad de los compuestos, aún en altas dosis, y que los efectos también eran visibles a lo largo del tiempo, más allá del período de consumo.

Ingredientes naturales, no tóxicos, y producción simple y de bajo costo

Las ventajas de este invento requerían proteger su propiedad intelectual. La formulación logró ser patentada en Chile y en Estados Unidos.

Estos resultados han sido un incentivo para presentar la idea en Europa y Estados Unidos para patentar, considerando que en Chile no hay producción de compuestos biotecnológicos, por falta de apoyos a esta innovación o a dar un valor agregado a las cosas. En este caso, la empresa BioAgro estará a cargo de la transferencia tecnológica y de producir el producto en Estados Unidos.

 

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