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Investigando sobre el mundo de inversiones, fui encontrando respuestas, y quedándome más tranquilo. Una de las formas más comunes de invertir es comprando un pedazo de “algo”. Hacerse dueño de una parte de un negocio es invertir en acciones, o también denominado Renta Variable.


Por mucho tiempo la palabra «invertir» me generó desconfianza. ¿Entregar mis ahorros a alguien que los multiplica mágicamente?

Parece extraño, ya que para generar dinero hay que trabajar duro.

Investigando sobre el mundo de inversiones, fui encontrando respuestas, y quedándome más tranquilo. Una de las formas más comunes de invertir es comprando un pedazo de “algo”. Hacerse dueño de una parte de un negocio es invertir en acciones, o también denominado Renta Variable.

Al comprar una acción, le pasas tus ahorros a una compañía y esa compañía los utiliza para hacer crecer su negocio.

Si las acciones resultan ser exitosas, estas compañías van a crecer, y con ello también el pedazo de propiedad que adquirió de ellas.

Es cierto, el dinero hay que ganárselo, y en este caso, el trabajo lo hacen compañías en las que se invierte, logrando sus objetivos y metas con el dinero obtenido con la venta de sus acciones.

En el caso de quien invierte, se corre el riesgo de que los proyectos de las compañías no sean rentables, y si ese es el caso, lo invertido no va a crecer e inclusive pueda que disminuya, es decir, invertir en acciones no es una opción segura, pero históricamente ha sido una buena opción.

A través de Coopeuch Inversiones todos pueden acceder al mundo de las acciones a través de los Fondos mutuos y fondos de Inversión, desde un monto tan accesible como $1.500. Ahora bien, antes de empezar, es recomendable contar con la paciencia y disciplina necesaria para ver crecer tus ahorros.

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