Fernández ahora ofrece deducciones impositivas y de exportación a las firmas energéticas que inviertan por lo menos US$ 1.000 millones en un lapso de cinco años.
La presidente Cristina Fernández de Kirchner está tratando de atraer a las compañías petroleras prometiendo incentivos monetarios y de exportación, dando una señal de que el creciente déficit energético la está llevando a modificar su enfoque quince meses después de expropiar YPF SA.
Luego de nacionalizar la empresa productora de petróleo el año pasado, ordenar la repatriación de los ingresos por exportaciones de las compañías de petróleo, gas y minería y limitar el acceso a las monedas extranjeras, Fernández ahora ofrece deducciones impositivas y de exportación a las firmas energéticas que inviertan por lo menos US$ 1.000 millones en un lapso de cinco años. La salida de dólares contribuyó al mayor desplome de las reservas del banco central desde 2002, la principal fuente de efectivo del país para efectuar los pagos de la deuda externa.
Fernández adopta nuevas políticas en momentos en que la caída de las reservas de divisas contribuye a mantener la prima de rendimiento de Argentina respecto de los bonos del Tesoro por encima de los 11 puntos porcentuales, el nivel más alto entre los mercados emergentes del Índice EMBI Global Diversified de JPMorgan Chase Co. Los incentivos son un indicio de que el gobierno está dispuesto a negociar sus políticas para atraer inversiones, según Mackie Research Capital Corp.
“Es un paso en la dirección correcta. Las importaciones de gas y las importaciones de petróleo están creciendo y eso reduce sus reservas de la divisa estadounidense”, dijo Bill Newman, analista de petróleo y gas de Mackie, en una entrevista telefónica desde Calgary. “Tienen que detener la salida de divisas y por eso, poco a poco, están implementando políticas que deberían atraer capitales”.
El gobierno dijo el 15 de julio, el día anterior a firmar un emprendimiento conjunto con Chevron Corp. de San Ramon, California, para desarrollar yacimientos de petróleo y gas, que las compañías podrán exportar el 20 por ciento de la producción sin pagar impuestos y mantener los ingresos fuera de la Argentina, mientras que se les dará acceso a moneda extranjera.
Horacio Mizrahi, portavoz del Ministerio de Planeamiento, y Alfredo Scoccimarro, portavoz presidendial, no respondieron los correos electrónicos en los que se les preguntaba si los incentivos bastarán para atraer más inversiones.
Desde 2002, el año siguiente a que Argentina suspendiera el pago de US$ 95.000 millones de deuda, los impuestos a las exportaciones de petróleo contribuyeron a una caída de la producción nacional de petróleo y gas a 32 millones de metros cúbicos en 2012, mientras que una década antes aquella era de 46.5 millones, según el secretario de Energía del país.
El máximo que podían cobrar los productores por las exportaciones se fijó en US$ 42 por barril en 2007, en tanto el gobierno conservaba la diferencia entre esa suma y el precio real que pagaban los clientes extranjeros.
Las nuevas normas no les garantizan rentabilidad a las compañías si sus dólares deben traerse al tipo de cambio oficial mientras que los costos nacionales suben al ritmo de la inflación, calculada por los economistas privados en más del 20 por ciento, según el ex ministro de Energía Daniel Montamat.
