Publicidad
Empresas Iansa, un dulce negocio no calórico Información pública:

Empresas Iansa, un dulce negocio no calórico

El azúcar es visto como uno de los principales causantes de la obesidad y los gobiernos están tomando cartas en el asunto, imponiendo impuestos específicos a las bebidas gaseosas. Por eso, es lógico el paso que está dando la compañía en apostar con fuerza a los endulzantes no calóricos.


Hay empresas que dan de qué hablar por mucho tiempo y luego desaparecen de la mirada de los inversionistas. Algo así ha sucedido con Empresas Iansa, que durante su “rehabilitación” no ha vuelto a ocupar las páginas de los medios.

Después de afrontar pérdidas importantes durante 2008 y 2009 y verse el grupo controlador de Iansa, ED&F Man, involucrado en una disputa con los accionistas minoritarios por el precio de compra de su otra filial Man Chile –a inicios de 2010–, la compañía no ha acaparado la atención ni para bien ni para mal.

Al tercer trimestre, Iansa tuvo utilidades por US$ 17,6 millones, muy por debajo de los US$ 31,2 millones logrados en igual lapso del año anterior. El precio de la acción no ha estado ajeno a esta caída y en lo que va del año ofrece un retorno negativo de 38%. Esta baja se debe a que el precio internacional del azúcar –principal negocio de la firma– disminuyó, lo que no pudo ser compensado por los otros negocios de Iansa (ventas de nutrición animal, mascotas, pasta de tomates y gestión agrícola).

Pero más allá de esta coyuntura, el tiempo ha demostrado que la compañía adoptó hace 3 años una estrategia, a la que llamó “Plan Dulce 2014”, que supo leer la tendencia del mercado y que terminó de implementar el año pasado. La pregunta es si logrará adecuar su estructura productiva a los nuevos cambios que pueden venir por el lado de los consumidores.

El mal pronóstico del azúcar

El 80% de la oferta de azúcar en el mundo proviene de la caña de azúcar y el resto, deriva de la remolacha. En Chile sólo se produce a partir de este tubérculo. El mercado mundial del azúcar mueve alrededor de 165 millones de toneladas y crece alrededor de 2% anual.

El precio de este «commodity» es muy sensible a la oferta y demanda. Generalmente hay una sobreoferta, pero puede reaccionar fuertemente cuando un déficit es registrado o esperado, como sucedió entre 2009 y 2011. Por ejemplo, y según señala la misma empresa, en la campaña 2012/2013 se registró un superávit de 7 millones de toneladas, lo que llevó al precio a un promedio, en los primeros meses del año, de US$ 496 por tonelada (Londres No. 5) frente a los US$ 605 por tonelada a septiembre de 2012 y a los US$ 780 por tonelada registrado al cierre de 2010. El precio de la acción ha seguido esta tendencia.

En el primer trimestre de 2010 se transó a $ 36,87, un año después para el mismo período se empinó a $ 70,36 y hoy bordea los $ 21. Iansa estima que, para el período 2013/2014, la sobreoferta se reduciría a 3 millones de toneladas.

Basta mirar la discusión internacional para darse cuenta que existe una creciente preocupación por los efectos que el azúcar tiene sobre la salud, específicamente se la culpa de ser una de las principales responsables de la obesidad.

Globalmente, el 35% de los adultos es considerado con sobrepeso y el 12%, obeso. Los índices más preocupantes los presenta Estados Unidos, con 33,8 adultos obesos por cada 100; le siguen México, con un promedio de 30; Nueva Zelandia, con 26,5; y Chile, con 25,1.

A fines de octubre, el Congreso mexicano aprobó un impuesto específico para las bebidas gaseosas, apelando a los problemas de salud que causan. Francia definió un impuesto de 5% sobre el valor final, para las bebidas calóricas y artificiales hace un año. Hungría e Irlanda también impusieron tributos, pero sobre los alimentos no saludables en general. Sin embargo, Dinamarca tuvo que echar pie atrás sobre un impuesto a las gaseosas, pues los daneses cruzaban la frontera con el objeto de comprar bebidas, lo que afectó a la recaudación y al comercio.

Pero el debate está latente. Tanto así que, en septiembre, Credit Suisse Research Institute –creado por el banco suizo en 2008– publicó “Sugar: consumption at a crossroads”, donde recolecta las principales tendencias de la industria y las vincula a las políticas más importantes emprendidas por los países para disminuir el consumo de este producto.

Qué dice el informe?

En primer lugar, resalta que Estados Unidos, Brasil, Argentina, Australia y México duplican el consumo promedio de azúcar y de jarabe alto en fructosa del mundo. Mientras en Estados Unidos se llega a 40 cucharaditas diarias y en México a 35, en China sólo se alcanza las 7 cucharaditas.

En segundo término, asegura que el efecto de las calorías provenientes del azúcar es distinto si se está en estado líquido o sólido. Aunque se consuma la misma cantidad de calorías, el cuerpo no se sentirá saciado si se trata de una bebida. “La correlación entre obesidad y consumo de gaseosas en las distintas poblaciones es convincente y un factor de riesgo para la obesidad infantil”, dice el reporte. En los Estados Unidos, el 31% del consumo de azúcar proviene de la industria de bebidas.

Y el tercer aspecto al que apunta, es que la diabetes tipo II está afectando a 370 millones de personas a nivel global y en una proporción de 1:10 en el caso de Estados Unidos. Hacia el 2020, el costo anual sobre el sistema de salud mundial alcanzará los US$ 700 billones y las personas afectadas por este mal llegarán a las 500 millones.

Asimismo, resalta que los gobiernos están tomando acciones concretas, las que incluyen publicidad contra las gaseosas, impuestos, prohibición de máquinas expendedoras de bebidas en colegios y limitar el tamaño de las porciones; pese a que el lobby de las empresas es enorme.

Entre las conclusiones, el informe se declara a favor de dictar impuestos específicos a las gaseosas con el objeto de que la mayor recaudación financie los programas de salud. También es partidario de incentivar la autorregulación y que la industria promueva el consumo de alimentos y bebidas que usen edulcorantes naturales con cero calorías o mínimamente calóricos.

Destaca el experimento de Coca-Cola en Argentina, que lanzó una bebida endulzada en 50% con Stevia y el otro 50% con azúcar, lo que redujo las calorías finales.

Y por último, indica que, habiendo reunido todos estos antecedentes, “creemos que el ‘ruido’ que hay sobre el uso del azúcar y sus efectos en la salud aumentará en vez de disminuir… Por lo tanto, lo más probable es que en los próximos 5 a 10 años habrá una reducción significativa en el consumo de azúcar, marcado por un mayor rol de los edulcorantes naturales en comidas y bebidas”.

¿Qué sucede en Chile?

Los datos que maneja la Facultad de Medicina de la Universidad Católica no son muy distintos a los acá ya resumidos. En los niños entre 6 a 8 años existe una prevalencia nacional de obesidad que alcanza el 21,5% y en los mayores de 17 años se llega al 23,2%.

Los chilenos consumen alrededor de 121 litros de bebidas gaseosas al año y apenas el 9,64% de ellas son calificadas de bajas calorías.

La industria ha tenido por décadas un impuesto específico del 13%. Se trata del Impuesto Adicional a las Bebidas Analcohólicas (IABA), que tiene un tratamiento similar al IVA. Por lo tanto, la discusión es un poco más compleja que gravar o no este sector de la economía porque, pese al impuesto, el consumo sólo aumenta.

El 73,7% de las ventas consolidadas de Empresas Iansa son generadas por el negocio del azúcar y coproductos (melaza, coseta y endulzantes no calóricos). A nivel retail, la empresa está sintiendo el cambio en el consumo de los hogares, pues el volumen de ventas del azúcar cayó 7,9% en el tercer trimestre, principalmente por “el aumento en el consumo de endulzantes no calóricos”. En tanto que el segmento industrial tuvo un pequeño aumento de 3%.

De las 394 mil toneladas de azúcar que se vendieron a septiembre, 265 mil fueron adquiridas por la industria. El 53% de estas ventas tienen como destino a las principales embotelladoras de bebidas y un 35%, los grandes industriales.

Iansa define como un riesgo a tener en cuenta para su negocio principal el aumento en el uso de los edulcorantes no calóricos. En los últimos años se han elevado las importaciones de estos productos, sin embargo, en los primeros ocho meses de 2013 hubo una baja cercana al 15%, “siendo el aspartame el que más ha caído, con 30% en volumen, mientras que las importaciones de stevia aumentaron en 50%». Lo anterior refleja que los consumidores estarían buscando “productos más inocuos para la salud (sucralosa y stevia), siendo estos segmentos aquellos en los que participa Iansa”, interpreta la empresa.

De acuerdo a las cifras de la propia compañía, Iansa alcanzó una participación de mercado en los endulzantes no calóricos cercana al 16% con sus productos “Cero K”. Asimismo, invirtió en una nueva planta en Chillán para fabricar este tipo de productos que espera echar a andar en el cuarto trimestre de 2013.

Por tanto, si se une la preocupación –al menos retórica– a nivel gubernamental por la obesidad con ciertos cambios incipientes en el comportamiento de los consumidores, Iansa hace bien en diversificar su abanico de productos hacia soluciones con menos calorías. El tema es si la industria demandará este tipo de productos.

Los resguardos a tomar en cuenta

Mientras tanto, Iansa ha tomado otras salvaguardias para mantener la rentabilidad de su negocio y se ha diversificado. Entre los resguardos, tiene un programa de cobertura de futuro del azúcar que cubre principalmente el precio de la producción de remolacha a nivel interno, protegiéndola de las oscilaciones internacionales, todavía rige una banda de precios para el azúcar, y sus productores toman una póliza de seguros contra riesgo climático.

Mientras el negocio del azúcar le generó utilidades por US$ 13,1 millones, el de gestión agrícola le aportó otros US$ 5,3 millones. Este segmento involucra la venta de insumos agrícolas para el cultivo de remolacha, servicios financieros y gestión de campos arrendados y propios, que es una fuente importante de recursos que se basa en la poca capacidad de negociación de los productores ante las empresas proveedoras.

Sin embargo, lo que arroja aún resultados precarios es el negocio de nutrición animal y mascotas, con US$ 1,4 millones de ganancias, pese a ventas por US$ 58,3 millones. Iansa reingresó en 2007 a este mercado y hay que ver si logra las eficiencias que espera.

Ya en 2011, el gerente general de Empresas Iansa, José Luis Irarrázaval, señalaba a El Mercurio que el segmento de pasta de tomates no era estratégico. A juzgar por los resultados, la verdad es que no tiene razón de ser. Icatom –así se llama la empresa– es un activo ubicado en Perú (valle de Ica) que arrojó una pérdida de US$ 100 mil a septiembre y ventas por US$ 14,8 millones. Para el tamaño y el foco que tiene Iansa, Icatom debe ser un factor de distracción más que de aporte al negocio. De hecho, terminaron de liquidar otra operación que tenían en Brasil.

Donde puede haber novedades es por el lado de Patagonia Fresh, ya que Empresas Iansa dejó el año pasado el camino despejado para vender esa compañía. Ante la imposibilidad de llegar a acuerdo con sus socios para enajenar Patagonia Fresh, Iansa decidió comprarles su parte en la empresa de concentrados de fruta. Es así como en abril de 2012 adquirió en US$ 5 millones la participación que Cargill tenía en Patagonia Investment, vehículo inversor a través del cual controlaba el 40% de Patagonia Fresh. Luego, en junio, se hizo con el 45% que registraba Jugos y Concentrados S.A. (Jucosa) en Patagonia Fresh en US$ 12,7 millones. Con el 100% de la propiedad en sus manos, la administración podría estar intentando venderla en los próximos meses, si es que ya no lo está haciendo, pues sigue catalogada dentro del grupo de activos mantenidos para la venta.

En definitiva, la Iansa que se está viendo hoy no tiene nada que ver con la compañía de hace cuatro años. El problema es que el mercado la ignora.

(*) Nota: Este análisis se hizo a partir de la información publicada e informada por la propia empresa y el reporte de Credit Suisse Research Institute. Además de otras fuentes públicas.

Publicidad

Tendencias