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Joaquín Vial: «Es muy importante que todos los colegisladores, Ejecutivo y parlamentarios, traten de hacer el máximo esfuerzo por definir el ámbito de las reformas»

Joaquín Vial: «Es muy importante que todos los colegisladores, Ejecutivo y parlamentarios, traten de hacer el máximo esfuerzo por definir el ámbito de las reformas»


El consejero del Banco Central, Joaquín Vial, profundiza en esta entrevista el mensaje que entregó la institución en su Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio, presentado el miércoles ante la comisión de Hacienda del Senado. Enfatiza fuertemente la necesidad de acotar el ámbito de las reformas que hoy se debaten en el país para dar mayor certidumbre y mejorar las expectativas, y asegura que pese a posponer el incio de alza de tasas para 2016, la inflación sigue siendo una preocupación muy relevante.

¿Se moderó la preocupación por la inflación en este IPoM y se acrecentó por el lado del crecimiento?

No hay un gran cambio en este IPoM respecto del anterior. En inflación ésta se ha comportado de acuerdo a lo que esperábamos y las proyecciones que tenía el mercado, que estaba bastante más optimista que nosotros, se han ajustado. La preocupación es la misma, pero por lo menos ahí vamos bien encaminados. En el caso del crecimiento sí lo que hemos visto es que el primer trimestre fue marginalmente mejor de lo que se esperaba, pero el segundo y las indicaciones hacia adelante se ven más lentas. A eso se suma el tema de las expectativas, que es un supuesto importante para efectos de sostener las proyecciones de crecimiento de la inversión y del consumo que teníamos, las que no se han recuperado como prevíamos.

¿Por eso esta mirada más sombría en actividad?

Exactamente, por todo eso bajamos la estimación de crecimiento para el año. Para que se concrete la reactivación como estábamos esperando, se requiere que se recuperen las expectativas y eso no lo hemos visto. Ahora, todo esto sigue dentro de un cuadro donde de todas maneras la economía crece más este año que en 2014. Esto tiene más que ver con ritmos, que con la recuperación misma.

¿Los brotes verdes se marchitaron, o nunca fueron tales?

No hay duda que la economía en algún momento tocó fondo y empezó a recuperarse, pero nosotros esperábamos que fuera un poquito más rápido en estos meses. Lo de los brotes verdes es ese tipo de expresiones complicadas de decir. Ha habido una recuperación, aunque no ha procedido al ritmo esperado.

¿En ese sentido el año tenderá a ser más bien parejo, o mantienen la perspectiva de que iremos de menos a más?

Estamos esperando que de todas manera haya alguna aceleración a lo largo del año, que se debería notar ya con más fuerza en los trimestres venideros y seguimos acelerando un poco también en 2016, pero todas estas cosas tienen vaivenes y están sujetas a un cierto rango de incertidumbre.

Hoy estamos creciendo a un ritmo de 2% a 2,5%. ¿Para que lo anterior se cumpla esperan que en los meses hacia adelante ya veamos Imacec de 3% o superiores?

Sí, yo creo que en datos mensuales debiéramos empezar a ver cosas de ese tipo, pero más en el segundo semestre.

¿De qué va a depender que se consolide la recuperación de aquí a fin de año?

El ritmo de recuperación puede depender de muchas cosas, pero lo que sentimos que juega un rol bien importante es que se vaya recuperando la confianza, que la gente se sienta más tranquila respecto de su situación laboral, que esté más dispuesta a gastar. Que las empresas vean que efectivamente hay una recuperación de la demanda y puedan entonces empezar a invertir. Esos son los elementos más críticos. Eso va a condicionar el ritmo al cual se produce la recuperación.

¿Y a su vez, de qué depende que mejoren esas expectativas?

Las expectativas dependen de muchas cosas. Es muy difícil medirlas, se usan encuestas a consumidores y empresarios. Hicimos un recuadro de eso y lo que se observa con los análisis estadísticos es que a nivel de las decisiones de consumo, la confianza de los consumidores medida por estos indicadores está bastante relacionada. Y también, cuando uno mira los indicadores de expectativas de los empresarios, ve que aquellas empresas que reportan caídas o menor optimismo respecto al futuro, tienden a ajustar a la baja sus planes de inversión. Lo otro que se encuentra es que efectivamente lo que tuvo una importancia significativa en las decisiones de inversión durante un tiempo fue el ciclo de inversión minera, que en el último tiempo ha ganado más importancia el tema de las expectativas y que estos cambios en expectativas no están todos relacionados con variables económicas.

De hecho en ese recuadro hablan de un shock exógeno en la confianza. ¿Se puede relacionar eso con las reformas del último tiempo?

Es difícil de decir, porque hay un conjunto de cosas que han estado dando vuelta en estos últimos meses que pueden estar influyendo. Tengo la sensación que hay una preocupación en la población y en los empresarios que está asociada a todo lo que está ocurriendo en el ámbito más bien de la política, que se está reflejando en su visión de para dónde va el futuro. Es una preocupación por la situación general del país: ahora, que sin son las reformas o los escándalos x, y o z, eso es muy difícil de decirlo. Estadísticamente no hay posibilidad de separar esos factores.

De todos modos Rodrigo Vergara reconoció que factores como la reforma laboral o ahora la constitucional, pueden abrir un foco de incertidumbre que no ayuda a las expectativas.

Eso es algo que nosotros dijimos con bastante claridad cuando se discutía la reforma tributaria. Es inevitable que cuando se está discutiendo algo que es muy importante para el funcionamiento de una empresa, como puede ser la estructura tributaria, se posterguen decisiones hasta el momento en que se tiene claridad respecto de ello. Algo parecido puede decir uno en el caso de la reforma laboral, porque en ese caso probablemente parte del problema es que se inició un proyecto y recibió bastantes modificaciones en la comisión de Trabajo de la Cámara. Entonces, de alguna forma, el ámbito de temas que traía empezó a cambiar y eso genera más incertidumbre. Hasta que no se resuelva en definitiva cuál es la reforma laboral ¿qué ocurre?, especialmente en proyectos muy intensivos en mano de obra, que probablemente se van a postergar. Es el tipo de cosas que acontece naturalmente durante un proceso legislativo que afecta a variables económicas importantes.

¿Cómo se puede minimizar ese costo?

Es importante fijar los marcos y tratar de ir eliminando al máximo las incertidumbres. Ese es un tema donde es muy importante que todos los colegisladores, Ejecutivo y parlamentarios, traten de hacer el máximo esfuerzo por definir el ámbito de las reformas en la forma más precisa posible. O sea, limitarlas de manera tal que si la gente ve que no se está legislando sobre un tema que es crítico para ellos, puedan hacer sus proyectos normalmente. De lo contrario, si esto queda muy difuso, el impacto es más grande. Lo mismo pasa con temas como el debate sobre la Constitución. Si no se enmarca rápida y claramente cuáles son los cambios que se quieren hacer a la Constitución, queda todo un poquito en el aire. Por eso es que los países rara vez se embarcan en hacer nuevas constituciones en períodos normales. Muchas de estas cosas ocurren en períodos de crisis, porque ahí ayuda a eliminar incertidumbre. Es muy importante acotar el ámbito de los cambios y eso requiere de acuerdo de todas las partes. Es una cosa compleja, pero es un esfuerzo que vale la pena hacer, porque de lo contrario estamos perdiendo crecimiento y la oportunidad de crear empleo por no acotar esa incertidumbre.

¿Por qué una eventual revisión del derecho de propiedad complica tanto al sector privado?

Es muy importante para tomar una decisión de inversión, y esto afecta desde el almacenero de la esquina al gran empresario, saber si efectivamente va a poder obtener los réditos que está calculando. El almacenero no va a cambiar su máquina registradora si resulta que no sabe si va a poder obtener la ganancia de su negocio. Lo mismo vale para el resto. Y el problema principal no es si uno pone más o menos derechos, hay un tema de equilibrios. Por ejemplo, si está en la Constitución, como es hoy, el derecho de vivir en un ambiente libre de contaminación, si en paralelo no se tiene un derecho de propiedad fuerte, el problema puede ser que finalmente el derecho a vivir libre de contaminación termine limitando mucho las posibilidades de emprendimiento. Es el tipo de cosa que hay que ver en el conjunto. Ahora, cuando está todo en el aire es un poquito más complicado. En ese sentido el tema del debate constitucional es muy importante, pero también es muy importante poder acotar un poco el rango de las incertidumbres en la materia.

¿Tanto de los temas a incluir como de la modalidad por la que se opte para llegar a la nueva Constitución?

Hay una gran discusión respecto de cómo hacer las reformas constitucionales, pero muy poca respecto de qué cosas se quieren cambiar en la Constitución. Hay un desbalance ahí. Si uno pudiera tener una discusión más rica sobre qué cosas se quieren cambiar, probablemente eso ayudaría a limitar un poco las incertidumbres. En esa parte estamos al debe como país.

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