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Las confesiones de Hacienda: Rodrigo Valdés va al Congreso a sincerar cifras

Las confesiones de Hacienda: Rodrigo Valdés va al Congreso a sincerar cifras

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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Expondrá las proyecciones económicas y el nuevo escenario base ante la Comisión Mixta de Presupuesto. Tiene el respaldo de La Moneda y la coalición oficialista. El jueves, en reunión reservada, habría dado algunos detalles y fuentes revelan que será un duro golpe a las expectativas y al programa original de la Presidenta.


«Es la economía, estúpido», era el mensaje que diariamente el comando que colocó Bill Clinton en la Casa Blanca repetía durante la campaña.

Ese es el mensaje de fondo que Rodrigo Valdés ha estado tratando de instalar en el corazón de la Nueva Mayoría desde que, en mayo pasado, reemplazó a Alberto Arenas como ministro de Hacienda. Y todo indica que ha calado.

Hoy lunes será un día de confesión para el Gobierno. Valdés, junto al Director de Presupuestos, Sergio Granados, expone la “Evaluación de la Gestión Financiera del Sector Público en 2014 y Actualización de Proyecciones para 2015” ante la Comisión Mixta de Presupuesto. Las cifras sirven también para armar el escenario base con que el Ejecutivo prepara el presupuesto 2016, es decir, dónde coloca sus fichas para incentivar el crecimiento y la equidad.

Los que conocen el detalle de su presentación dicen que lo de hoy será un «sinceramiento fiscal» y un «duro golpe a las expectativas y al programa».

El jueves de la semana pasada Valdés habría sostenido diversas conversaciones reservadas con políticos de la coalición oficialista y también asistió a una reunión del PS en la que advirtió que lo de hoy será una presentación poco grata.

El viernes hubo reuniones en Hacienda para afinar la puesta en escena ante el Congreso. El ministro se hará cargo de la introducción macroeconómica y Sergio Granados de la ejecución presupuestaria.

Fuentes gubernamentales señalan que Valdés tiene que ordenar el desastre comunicacional que dejó Arenas. «El ex ministro nunca quiso admitir que el crecimiento no sería lo que prometió y el impacto que las reformas podrían tener. Y eso no quita que la derecha empresarial ha sido implacable en atacar el programa de Gobierno», sostienen.

Como mínimo, dicen las fuentes, se recortarán las proyecciones de crecimiento para este año y el próximo en forma dramática, reflejando el consenso del mercado.

El lobby del ministro

Desde que asumió como ministro de Hacienda en mayo, Valdés ha tenido como objetivo principal balancear las expectativas e instalar un mensaje de austeridad.

Ha tenido que dejar en claro que él no llegó a detener las reformas, pero al mismo tiempo que este objetivo va de la mano con reactivar a toda costa la economía que está muy débil y eso pasa por tender puentes y recuperar las confianzas. Una tarea complicada, más aún por la corta luna de miel que le dio el empresariado, hecho reflejado en la presión que le vienen poniendo hace ya varias semanas la CPC y la Sofofa para que, como mínimo, se moderen las reformas, en particular la laboral.

Más allá de que Valdés sea un hombre que se autodefine como progresista y que puede comulgar con los ejes programáticos de la Nueva Mayoría, fuentes que lo conocen indican que también tiene certeza de que la economía, tal como está, no permite reformas tan ambiciosas como las que se plantearon.

Esa ha sido la labor de convencimiento puertas adentro que ha dado en las dos últimas semanas. Y aparentemente ha tenido éxito en alinear a La Moneda y a las figuras más poderosas de la Nueva Mayoría detrás de su estrategia de que hay que concentrarse en generar confianzas para que vuelva la inversión privada y, así, reactivar la economía con el fin de financiar, por ejemplo, los cambios planteados en educación.

En diferentes reuniones con el Consejo de Gabinete y líderes de la coalición, el ministro de Hacienda ha dejado claro que hay que adecuar las prioridades gubernamentales y que “el crecimiento del gasto tiene que ser a un ritmo menos rápido de lo que estamos acostumbrados, esto se hace en un marco donde tenemos que mejorar la gestión”.

Pero, a la vez, Valdés ha precisado que no se trata de un “ajuste” y que “no significa en nada descuidar los cambios principales, las transformaciones en que estamos comprometidos. Pero sí es importante avanzar a un ritmo coherente y, quizás más importante, contener expectativas que están fuera del marco de lo que se ha acordado”.

El titular de Hacienda subrayó la importancia de ser “realistas y responsables” en el gasto presupuestario, “para no ofrecer cosas que no son sustentables en el tiempo». En diversos encuentros les ha dicho que hay que acomodarse a la nueva realidad, ya que el diagnóstico es más pesimista que el de hace seis meses.

Proyecciones 2016

En el mercado le dan crédito al ministro. Le creen cuando habla de que el gasto público no seguirá creciendo al ritmo de este año, que se ubicaría en torno a 10%.

Valdés ha dicho en diferentes presentaciones que la política fiscal ya hizo su pega y que ahora hay que generar las confianzas y condiciones para que el sector privado vuelva a invertir.

El consenso entre los diferentes bancos de inversión es que el próximo año el gasto fiscal crecerá entre 4% y 5%, la mitad del ritmo actual.

Sergio Lehmann, economista jefe de Bci Estudios, estima que este año el déficit fiscal proyectado será 3,2% y que «hacia 2016 el gasto fiscal debiera moderarse de manera importante, contemplando una expansión no mayor a 5%, de forma de ir gradualmente convergiendo hacia un balance estructural en 2018. Esto es importante porque reafirma el compromiso con cuentas fiscales sanas, pilar de la economía chilena en las últimas décadas».

Agrega que es relevante que Valdés dé señales que «se traduzcan en medidas que estimulen el gasto privado. En la medida que se modere el impulso fiscal, tanto la inversión como el consumo privado deben asumir un mayor protagonismo, en términos de una dinámica mayor.»

No hay problemas de ejecución

La semana pasada apareció un nuevo flanco para Hacienda, debido a críticas acerca de la ejecución presupuestaria.

Un informe del BBVA afirmó que el ministro tiene un duro desafío entre manos: gastar US$ 8.000 millones en siete meses. Si no lo logra, la inversión total podría desplomarse aún más.

Según el análisis, esas inversiones «se necesitan imperiosamente para evitar que la inversión total (pública más privada) se contraiga más que en nuestro escenario base (-1% el 2015)».

El problema –de acuerdo al documento del BBVA– es que hubo una muy baja ejecución de la inversión pública. «Falta dinamizar relevantes proyectos de infraestructura vial, conectividad austral, y grandes y pequeños embalses, entre otros. El dinero está disponible, pero muy probablemente los ‘lomos de toro’ se encuentran fuera del ámbito de la acción directa del Ministerio de Hacienda», precisa.

El informe apunta a que las cifras, en lo que va del año, confirman que la inversión pública está jugando un rol clave, «conteniendo depresiones mayores en el gasto interno, ya castigado por el evidente deterioro del mercado laboral (con consecuencias en consumo) y la inversión privada».

Dado el bajo ritmo de ejecución, «se torna más desafiante concretar el gasto de capital contemplado en la Ley de Presupuesto (variación anual de 27,5%)», indica BBVA. Explica, asimismo, que se han ejecutado aproximadamente tan sólo US$ 3.300 millones de los más de USD 11.000 millones contemplados en la Ley de Presupuesto.

BBVA sostiene que las cifras acumuladas a mayo están en línea con un probable déficit efectivo para el año, cercano a 3% del PIB.

Un análisis no muy distinto realiza EuroAmerica. Dice que un déficit de 3% de PIB «colocará mayor presión sobre las cuentas fiscales, haciendo inviable un 2016 con similar expansión fiscal como la que debiese observarse en este 2015». Su proyección es que, para no poner en riesgo la meta de balance estructural, la máxima expansión de la política fiscal para 2016 no debe ir más allá de un 5,5% a 6,0%.

El informe de la corredora manifiesta que es muy probable que Hacienda tenga que volver a endeudarse o recurrir a los fondos soberanos para financiar el presupuesto de este año.

Fuentes que conocen el pensamiento de Hacienda cuestionan el análisis del BBVA. Opinan que el equipo que hizo el análisis «quizás no ha visto con detalle la ejecución de la inversión en años anteriores y la velocidad que adquiere a medida que avanzan los meses». Y, para sustentar esto, dan como ejemplo que si con los datos a junio-julio se determina que la inversión en hospitales está atrasada, ese dinero será reasignado a otras inversiones de vivienda o infraestructura que sí sean posibles de ejecutar en el año.

La relación con Dipres

Economistas que conocen bien cómo funciona el engranaje de las finanzas públicas explican que la Dirección de Presupuestos no es un servicio fácil para nadie porque, a pesar de que es la principal infantería con que cuenta el ministro de Hacienda, «es un brazo que se mueve con cierta autonomía».

Tampoco es el único servicio donde sucede esto, precisa una de las fuentes. «Por ejemplo, el SII adelantó algunas cifras de evasión y el ministro no fue informado previamente. Preguntó por qué se había hecho esto y la respuesta fue: ‘Porque siempre se ha hecho así’. Es una rutina que en el fondo defiende la autonomía».

La semana pasada rondaban rumores de una relación complicada entre Valdés y Granados, pero la misma fuente anterior las descarta y afirma que las relaciones son buenas y el trabajo es complementario.

Zanjar Prioridades

Luego del mensaje de hoy del ministro, quedará para la Presidenta y el Comité Político decidir las prioridades y entrar a podar. Ese tema será el que domine la agenda durante las próximas semanas.

Está claro es que el ministro Valdés está empoderado y la agenda pasa por él.

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