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“¡Vuelvan!” ruega France SA a los expatriados, llamándolos a construir el próximo Uber

“¡Vuelvan!” ruega France SA a los expatriados, llamándolos a construir el próximo Uber

Su país los necesita. Eso es lo que Francia SA les está diciendo a los ingenieros y los ases de la matemática que durante años se llevaron su talento a Silicon Valley y otros lugares. “Queremos terminar con la idea de que, si uno no es estadounidense, no llegará a la cima de la cadena alimenticia tecnológica mundial”, explicó Ludovic Le Moan, máximo responsable ejecutivo de Sigfox, constructora de redes de comunicación de bajo costo.


Su país los necesita.

Eso es lo que Francia SA les está diciendo a los ingenieros y los ases de la matemática que durante años se llevaron su talento a Silicon Valley y otros lugares. Las startups, del servicio para compartir viajes Blablacar al minorista online Showroomprive, buscan recuperar a los expatriados franceses conforme crecen en el ámbito internacional. Con el apoyo del fabricante de artículos de lujo LVMH Moët Hennessy Louis Vuitton SE, recorren las grandes ciudades, de Londres a San Francisco, para seducir a los candidatos, diciendo que no hay motivos para que la próxima Uber Technologies Inc. no pueda venir de Francia. Su agrupación llamada “ReviensLeon” o “Vuelve León” quiere modificar la idea de que Francia es buena para los estudios pero mala para los negocios.

“Estamos aprendiendo a promocionarnos y vendernos”, dijo Frédéric Mazzella, fundador de Blablacar, que tiene su sede en París y fue valuada en US$1.600 millones el mes pasado después de captar dinero de inversores como Insight Venture Partners y Lead Edge Capital. “Cuando se es bueno, hay que decirlo”.

Más de 276.000 estudiantes se reciben anualmente en ciencias, matemática y computación en universidades francesas que están entre las mejores del mundo, como la École Polytechnique y la École Normale Superieure. Google Inc., Apple Inc. y Microsoft Corp. encabezan la lista de compañías tecnológicas mundiales en las que quieren trabajar, según la firma de investigación Trendence.

‘Cadena alimenticia’

“Queremos terminar con la idea de que, si uno no es estadounidense, no llegará a la cima de la cadena alimenticia tecnológica mundial”, explicó Ludovic Le Moan, máximo responsable ejecutivo de Sigfox, constructora de redes de comunicación de bajo costo. “ReviensLeon no necesariamente pasa por trabajar en Francia sino por ayudar a desarrollar las compañías francesas”.

Después de captar en febrero US$115 millones entre inversores como NTT Docomo Inc. de Japón, Sigfox busca desarrolladores de software y ejecutivos de ventas; Blablacar publicó anuncios en el portal de ReviensLeon en los que pedía diseñadores, analistas de datos y una variedad de ingenieros; y LVMH apunta a los expertos en comercio electrónico y los responsables de comunidades virtuales, le dijo el director digital de la empresa de artículos de lujo a una revista francesa el mes pasado.

Para estas compañías, hacer llegar su mensaje se volvió algo más difícil después de que los recientes acontecimientos ocurridos en Francia afectaron los esfuerzos del país para presentar una imagen favorable a las empresas. Los trabajadores de Air France este mes desgarraron la camisa de algunos ejecutivos de la compañía durante unas protestas por eliminación de puestos de trabajo. Entretanto, la batalla del ministro de Economía Emmanuel Macron para reformar las leyes laborales suscitó críticas en las filas del Partido Socialista gobernante.

“El problema de Francia es la falta de flexibilidad, que es peor en el caso de las compañías tecnológicas”, señaló Didier Lamouche, máximo responsable ejecutivo del proveedor de software Oberthur Technologies, que pronostica que su OPI será la más grande del año en tecnología europea. “El país es excelente en innovación pero tenemos que deshacernos de los obstáculos que detienen la recuperación económica”.

Algunos franceses han huido de las costas del país en lugar de esperar a que se produzcan estos cambios. Según la oficina nacional de estadística Insee, el número de ciudadanos franceses que dejó el país ha crecido, pasando de 60.000 en 2006 a 120.000 en 2013. Sin embargo, no está claro cuántos de ellos manejan las nuevas tecnologías.

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