El presidente ejecutivo de Alianza Valor Minero y ex ministro de Estado dijo que “si queremos aprovechar en plenitud este recurso natural que tenemos, el país tiene que ponerse de acuerdo en hacer muchas cosas que no hemos estado haciendo”. Afirmó que la minería no está en crisis, pero sí vive momentos complejos . Y sostuvo que el bajo precio del cobre no es barrera para seguir creciendo, ya que en el pasado “ha crecido en otras coyunturas económicas con precios aun inferiores”. Señaló que los sindicatos tienen claro que el escenario es complejo y quieren ser parte de la solución.
El superciclo de las materias primas terminó. De eso hay consenso unánime en el mercado.
Y eso tiene a la industria minera enfrentando un escenario complejo y Codelco no se salva. La semana pasada la minera estatal volvió a anunciar una ronda de despidos y está en medio de un agresivo plan de reducción de costos. Algo similar están haciendo las mineras privadas que operan en el país.
La industria desde 2003 y 2013 vivió un ciclo de precios altos como pocas veces lo ha experimentado en su historia, particularmente la del cobre. El PIB minero en términos corrientes creció cerca de 10% anual, pero en los próximos años tendremos un crecimiento muy menor al que tuvo la minería en el pasado y eso tiene profundas implicancias para la economía chilena.
Para Álvaro García, presidente ejecutivo de Alianza Valor Minero y ex ministro de Estado, el problema es que “solo nos acordamos de la industria del cobre cuando nos va mal”.
Hace tres semanas en Londres, el presidente del Directorio de Codelco, Óscar Landerretche, expresó algo similar al señalar que la minería chilena se había farreado el boom del cobre.
García, en una extensa entrevista con ‘La Mesa’ de El Mostrador Mercados, dijo que “si queremos aprovechar en plenitud este recurso natural que tenemos, el país tiene que ponerse de acuerdo en hacer muchas cosas que no hemos estado haciendo”.
Explicó que esa es precisamente la idea detrás de la Alianza Valor Minero. Señaló que el objetivo es tener una institución de carácter público-privado que representara la pluralidad de intereses que conviven en la minería y que orientara de manera coordinada y consensuada los esfuerzos del sector.
La agenda de la organización tiene tres ejes prioritarios: fortalecer la productividad e innovación para crear mayor valor a la minería (minería virtuosa); asegurar la sustentabilidad ambiental en torno a la minería (minería sostenible); y fortalecer el diálogo, la participación y la distribución de valor para todos los actores y sectores de la minería (minería inclusiva).
Durante la entrevista el ex ministro de Estado manifestó que la minería no está en crisis, pero sí vive momentos complejos, al tiempo que recordó que el país puede seguir creciendo a pesar del actual precio del cobre “y ha crecido en otras coyunturas económicas con precios aun inferiores”.
-¿Por qué somos un país tan cortoplacista? Hace treinta años se estaba hablando de darle mayor valor agregado al cobre, y hoy seguimos en lo mismo. A eso se suma además que Chile no hizo las reformas estructurales que se están viendo ahora cuando estaba en el boom minero, que era el momento para hacerlas, entonces muchos dicen que se farreó el superciclo.
– Bueno, es un país que desafortunadamente ha despreciado la visión de largo plazo, la estrategia, el ponerse de acuerdo para avanzar juntos, pero también hay que reconocer que en cierto momento nos hemos puesto de acuerdo no solo en temas políticos específicos sino que también en torno a la minería. La nacionalización del cobre contó con la opinión unánime de todas las fuerzas políticas del país e implicó un cambio para la economía chilena extraordinariamente grande.
La minería antes de Codelco, antes de la nacionalización, era un enclave en el norte que no tenía prácticamente ni un vínculo con el resto de la economía nacional, y después de la nacionalización, ocurrió lo que señalas, (se transformó) en un pilar de la economía nacional, un aportante a los recursos fiscales extraordinariamente significativo, ha generado una industria de proveedores, sin bien todavía pequeña, ya relevante, pero no nos podemos contentar con eso.
Tenemos que dar el siguiente paso, que es básicamente crear una industria de proveedores de clase mundial que tenga como perspectiva reemplazar en el futuro el espacio económico que tiene la minería y difundir el progreso económico a otros sectores productivos. Con esto no estamos inventando la rueda, Suecia lo ha hecho, que es el país más minero de Europa, cuya industria de proveedores es tres veces más grande que la minería. O sea, ya la reemplazó por completo. En Australia, que es un país que empezó más tarde con este proceso, ya tiene una industria de proveedores que es como un 60 o 70% de la minería, 20 veces más que la nuestra.
En Chile acaba de hacerse un estudio de que las exportaciones de la industria de proveedores alcanzó a 500 millones de dólares, un 20% de lo que hace la industria en Australia, pero 5 veces más grande que lo que ocurría hace 8 años, por lo tanto, lento pero hay progreso.
-¿Hay crisis ahora en la minería con precios cercanos al US$2,3 la libra, con gente que dice que va a llegar a US$2? ¿Es una crisis o es más bien una desaceleración?
-Todas las minas siguen funcionando pero se han detenido proyectos de inversión. En ese sentido, se siente el enfriamiento económico, hay un enorme esfuerzo de las empresas por reducir costos, que desafortunadamente implica desempleo y esas cosas sí se pueden asociar a una crisis, pero no estamos hablando de que las minas estén empezando a cerrar.
Lo que sí vemos con preocupación es que los proyectos de inversión se están dilatando, y si se dilatan algunos de los proyectos que estaban en carpeta, no solo estamos en riesgo de no seguir creciendo, sino de empezar a decrecer.
-¿Y el impacto en la economía? Expertos han dicho que Chile ya creció, y bien, con el cobre debajo de 2 dólares. ¿Es tan así?
– Sí, efectivamente el país puede seguir creciendo y ha crecido en otras coyunturas económicas con precios aun inferiores. Cuando cae el precio del cobre, como lo estamos viviendo ahora, sube el precio del dólar, y eso es un efecto dinamizador para muchos sectores productivos que compiten con importaciones y los que se dedican a exportar. Con este dólar muchos sectores productivos se ven estimulados.
Y una cosa va a compensar la otra. Es por eso que la minería va a crecer 0 o incluso un poquito menos, pero la economía va a crecer en torno al 2% que es una tasa baja para nuestros estándares históricos, pero no es una tasa baja si uno considera el contexto latinoamericano, países que, todos, se han visto afectados por las mismas causas que nosotros no desaceleramos. Chile este año va a ser uno de los de mayor crecimiento en la región.
-Hace algunos años se habla de los grandes desafíos de la minería: de que la mano de obra está muy cara, que no suficientes chilenos querían trabaja en la minería, sino que tenían que importar talentos y que el costo de la energía era una desventaja tremenda y que en cualquier momento Perú nos iba a pasar por arriba. Ahora parece que los dilemas son diferentes…
-Hoy día la principal preocupación de las empresas mineras es reducir costos, porque efectivamente los costos aumentaron muy significativamente en el periodo de alza de ciclo de precios. Hoy día estamos en US$2,30 o US$2,40, pero a principios de siglo, hace 10 años, llegó a estar bajo el dólar, US$1,10 incluso. Pero desde esa época hasta ahora los costos se duplicaron y, por lo tanto, hoy día estamos a un nivel donde ya las empresas empiezan a ver con peligro el acercamiento entre el precio de costo de producción y precio de venta.
Yo creo que los desafíos no han cambiado, siguen siendo el de aumentar la productividad, y eso significa reducir costos, como el costo de energía que es muy relevante. Chile ha tenido costos altísimos, pero que afortunadamente hemos tenido….
-Parece que el ministro Pacheco ha hecho su pega bien y las energías renovables han entrado con mucha fuerza.
-Efectivamente, ha habido un enorme incremento de las energías renovables no convencionales y una radical caída en los precios de producción de esas tecnologías, proceso que probablemente debe continuar. Corfo está haciendo investigaciones muy interesantes en el desarrollo de paneles solares adecuados al espectro solar chileno que pueden implicar caídas en los costos de producción de energía muy significativas y por primera vez tender a ser autosuficientes en la energía que utilizamos.
-¿Hay conciencia de los stakeholders, y sobre todo de las comunidades y sindicatos, de que no se pasa por un buen momento y hay que ser más flexibles?
– Yo creo que en el mundo sindical hay una clara conciencia del periodo que se está viviendo. De hecho, esta semana me llamaron un par de dirigentes sindicales señalando que Valor Minero acoja un diálogo entre empresarios y trabajadores para ver cómo aumentar la productividad, y esa es la salida positiva al problema que tenemos, y si esa es la disposición del mundo sindical y ciertamente el interés del mundo empresarial, estamos viviendo un proceso positivo.
El diálogo de empresarios y trabajadores para aumentar la productividad beneficia a todos, ganan los empresarios, ganan los trabajadores y gana muchísimo el país, porque hace más competitiva tu industria.
Ese es el tipo de diálogo y acuerdo que nosotros quisiéramos estimular. La situación con la comunidad yo creo que es distinta. La comunidad a veces no mira, a veces no conoce y a veces no comprende la situación de producción de las minas. Lo que les interesa es cómo se relaciona esa actividad productiva con el entorno, con ellos mismos, con su territorio, y yo creo que en ese terreno también hay una creciente conciencia de todos de que esa relación hay que mejorarla y fortalecerla y que el diálogo tiene que ser un proceso continuo, permanente, bien informado y de buena fe entre todas las partes, los empresarios, la comunidad, el gobierno local.
Esa es una actividad central dentro de lo que estamos impulsando en Valor Minero. Como todas las tareas que estamos emprendiendo, la hacemos con todos nuestros stakeholders, empresarios, trabajadores, comunidades y ya tenemos un principio de acuerdo respecto de cómo debiera operar un sistema de diálogo permanente entre todas estas partes.
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