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Cuando se trata de administrar su patrimonio, Harvard está harta de perder ante Yale

Cuando se trata de administrar su patrimonio, Harvard está harta de perder ante Yale

El fondo de dotaciones de Harvard, en un tiempo la envidia de los gestores de fondos, ha caído en la mediocridad. En los últimos cinco años, el fondo fue superado por su principal rival, Yale, por casi 4 puntos porcentuales al año, lo que equivale a miles de millones de dólares de ingresos perdidos. Su avance de 5,8 por ciento en los doce meses que terminaron en junio fue incluso inferior al promedio de la Ivy League en 2 puntos porcentuales.


En octubre, decenas de financistas de Wall Street, como el accionista activista Bill Ackman, fueron invitados a la sala de conferencias de Harvard para examinar los deslucidos ingresos por dotaciones de la universidad –y un plan para aumentarlos.

Durante más de una hora, ex alumnos de la Escuela de Administración de Harvard debatieron si el fondo de US$37.600 millones podía generar por lo menos 5 por ciento al año, en vista de que los mercados flaquean, y si tenía sentido tratar de superar a pares como las Universidades de Yale y Princeton. En juego estaba el estatus de Harvard como la universidad más rica del mundo, mientras Yale, la Universidad de Stanford y otras casas de estudio acortan distancias mediante inversiones más eficaces y campañas activas de recaudación de fondos.

“Fue en cierto modo tranquilizador”, dijo Stephen Blyth, de 48 años, que elaboró un plan de reorganización cuando lo nombraron máximo responsable de Harvard Management Co. en enero. “Había gente en ambos lados, así que sentí que lo estábamos haciendo más o menos bien”.

El fondo de dotaciones de Harvard, en un tiempo la envidia de los gestores de fondos, ha caído en la mediocridad. En los últimos cinco años, el fondo fue superado por su principal rival, Yale, por casi 4 puntos porcentuales al año, lo que equivale a miles de millones de dólares de ingresos perdidos. Su avance de 5,8 por ciento en los doce meses que terminaron en junio fue incluso inferior al promedio de la Ivy League en 2 puntos porcentuales.

Blyth, operador de Deutsche Bank AG antes de ingresar al fondo en 2006, se comprometió a obtener mejores ingresos reorganizando el proceso de toma de decisiones y apoyándose en la rica red de ex alumnos de Harvard para encontrar oportunidades, en particular en activos alternativos como compañías que no cotizan en bolsa y capital riesgo. La universidad estuvo entre las primeras que se diversificaron al aceptar esos activos de más riesgo cuando estos eran mucho más baratos, con lo que fue pionera en un modelo de administración de dotaciones bajo la gestión de su anterior jefe Jack Meyer.

“Blyth tiene un trabajo difícil por delante”, dijo Meyer, que dejó el cargo en 2005 luego de producir retornos anuales de cerca de 15 por ciento en su última década. “Va a ser bueno para Harvard, pero yo fui muy afortunado: fue el momento correcto, el lugar correcto y la gente correcta”.

Blyth se mostró prudente respecto de los consejos de los ex alumnos, pero ya ha comenzado a reorganizar el fondo de dotaciones. Ha fijado metas más estrictas con el objetivo de recalar en el cuartil más alto de ingresos en cinco años en comparación con los diez pares más ricos de la universidad. Anteriormente, la dotación se comparaba con otras casas de estudios, así como con grandes inversores internacionales, como los fondos de pensiones.

‘Visión muy clara’

“Stephen parece tener una visión muy clara del modelo que quiere seguir”, dice Amy Falls, que encabeza las inversiones en la Universidad Rockefeller en Nueva York y es la tercera directora venida de afuera que se sumó al directorio de Harvard Management este año.

Blyth, que supervisaba casi la mitad de la cartera de la universidad antes de ser ascendido, se está comprometiendo más con fondos de capital riesgo tanto públicos como privados. Está abriendo la puerta a apuestas más importantes en la cartera al dejar de lado la distribución estricta de los activos y adoptar diferentes niveles. Los fondos de capital riesgo y los fondos de cobertura podrían tener los mayores incrementos, con nuevas metas máximas de más de 20 por ciento cada uno, según las hipótesis expuestas en su primer informe anual.

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