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Sombras Chinescas Columna de opinión

Sombras Chinescas

«Cada vez que baja el ciclo económico, creemos en la ilusión de que se debe a ‘factores’ externos (en esta oportunidad China), las empresas recortan costos, el Estado incrementa el gasto fiscal, y confiamos en que una tasa de interés baja impulsará el crecimiento a base de un mayor consumo, y por fin pensamos en hacer cosas diferentes e innovar, pero el Estado y las empresas señalan que ya no hay recursos suficientes».


Hoy observamos cómo el precio del cobre recorre mínimos históricos y preguntamos por qué un país que creció al 5% hoy no crece. ¿Qué hicimos, o no hicimos, durante la casi década del ciclo de expansión de los commodities? Muy poco quedó de todo eso y ahora, tal cual las sombras chinescas utilizan manos y lámparas para dramatizar una ilusión, Chile culpa a China entre otros “factores” externos. ¿Cuánto le podrá afectar a la economía chilena la desaceleración de China? Es parte de la ilusión, enfrentar la realidad es preguntar: ¿qué hicimos para depender tanto de China? Una conjetura es que esto es el resultado de un país que privilegia el crecimiento sobre el desarrollo.

Crecimiento y desarrollo son dos términos diferentes. Crecer implica producir más con más recursos. Desarrollo implica cambios en las formas de producir, lograr producir más con menos, y producir nuevos productos y servicios. Pero Chile ha privilegiado el crecimiento sobre el desarrollo porque el cobre continúa siendo el 50% del total exportado. Además, ha definido que las áreas de crecimiento serán la minería, agricultura, pesca y turismo, desestimando la inversión en ciencia y tecnología. Y las cifras se acumulan. Chile es el país con menor gasto público y privado en I+D. Conicyt está en crisis por la ausencia de una planificación de largo plazo y exceso de burocracia. En Chile la ciencia y la tecnología no se discuten, menos son una opción de vida para las generaciones futuras. Dedicarse a la ciencia y tecnología es una fantasía.

En Chile se ha fraguado una cultura estática y conservadora, donde el mérito es hacer lo mismo pero mejor, resultando en una economía de materias primas altamente sensible a los ciclos económicos, donde cada vez que sube el ciclo económico, se proyecta una imagen falsa de éxito, impulsando la sobre explotación y desestimando la prioridad por crear e innovar. Cada vez que baja el ciclo económico, creemos en la ilusión de que se debe a “factores” externos (en esta oportunidad China), las empresas recortan costos, el Estado incrementa el gasto fiscal, y confiamos en que una tasa de interés baja impulsará el crecimiento a base de un mayor consumo, y por fin pensamos en hacer cosas diferentes e innovar, pero el Estado y las empresas señalan que ya no hay recursos suficientes.

Chile entonces es el resultado de un crecimiento que en el pasado solo se debió al gasto fiscal posterremoto y a un precio inusual del cobre, donde nos preguntamos cómo hacer mejor lo que hacemos, donde hacer cosas diferentes basados en ciencia y tecnología que permiten depender más de nosotros mismos no tiene espacio. Somos, entonces, el resultado de un espectáculo de sombras chinescas.

PhD. Nicolás Magner
Profesor Facultad de Economía y Negocios
Universidad Finis Terrae

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