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El yen ilustra el desafío monetario que enfrentará el BCE

El yen ilustra el desafío monetario que enfrentará el BCE

Draghi, el presidente del Banco Central Europeo, caminará por la misma cuerda floja que su colega en Japón, en tanto los analistas pronostican que se dispone a bajar la tasa de depósito de la zona del euro, que ya es inferior a cero, y a expandir el programa de flexibilización cuantitativa que inició hace un año.


La humillación de Haruhiko Kuroda en los mercados cambiarios es una muestra de lo que le espera este jueves a Mario Draghi: que los hechos pueden imponerse hasta a las decisiones más poderosas.

Cuando el gobernador del Banco de Japón sorprendió a los inversores al adoptar tasas de interés negativas el 29 de enero, sólo impulsó una breve caída del yen. Luego la demanda de refugios creció por temor a que una desaceleración en China afectara el crecimiento global, y la medida de Kuroda no hizo más que profundizar el ánimo de aversión al riesgo. La moneda tuvo a continuación su mejor mes desde 2008.

Ahora Draghi, el presidente del Banco Central Europeo, caminará por la misma cuerda floja, en tanto los analistas pronostican que se dispone a bajar la tasa de depósito de la zona del euro, que ya es inferior a cero, y a expandir el programa de flexibilización cuantitativa que inició hace un año.

Los banqueros centrales se apresuran a destacar que la debilidad monetaria no es un objetivo de las políticas, si bien hay pocas dudas de que proporciona un bienvenido estímulo económico. En ese sentido, la decisión de Draghi podría llegar en un contexto más benigno que la de Kuroda, luego de que un aumento de las acciones y las materias primas del último mes llevara a los fondos de cobertura a sumarse a apuestas bajistas al euro por primera vez en lo que va del año.

La importancia del momento

“El momento lo es todo”, dijo Jonathan Lewis, máximo responsable de inversión en Nueva York de Fiera Capital, donde contribuye a la administración de unos US$10.000 millones. “En ese momento pasaban tantas cosas malas que a Kuroda le resultaba difícil atravesar tanto ruido, mientras que Draghi podría tener más impacto porque el mundo está saliendo de la conmoción de enero y febrero”.

Lewis dijo que mantiene posiciones que se beneficiarían de un euro más débil y pronostica que la política monetaria y las bases económicas de la región harán bajar la moneda. La tasa de depósito del BCE ya es de menos 0,3 por ciento y la mediana de las estimaciones de 58 economistas que consultó Bloomberg la ubica en menos 0,4 por ciento luego de la reunión del banco central del jueves.

Draghi también es consciente de otro precedente más próximo. Luego de llegar al nivel más bajo en ocho meses el 3 de diciembre, el euro trepó 8 por ciento para el 11 de febrero en tanto el BCE incorporaba en diciembre menos estímulo que el que esperaban algunos inversores. A eso se sumó una caída de US$5,9 billones de las acciones globales en enero que llevó a los inversores a abandonar los activos de mayor rendimiento que implicaban toma de crédito y venta de la moneda común de Europa.

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