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Grupo de Política Monetaria de la Universidad de Chile recomendó al Banco Central mantener TPM en 3,5%

Grupo de Política Monetaria de la Universidad de Chile recomendó al Banco Central mantener TPM en 3,5%

Expertos señalaron que «la economía chilena mantiene un bajo ritmo de crecimiento, al que se agrega ahora alguna debilidad en el mercado laboral y una marcada desaceleración en las remuneraciones» y que «el panorama inflacionario interno y obliga a una política monetaria contractiva».


Esta mañana el Grupo de Política Monetaria de la Universidad de Chile entregó su recomendación a la decisión que tomará mañana Banco Central en su reunión mensual.

El grupo, integrado por Raphael Bergoeing, Carlos Budnevich, Tomás Izquierdo, Guillermo Le Fort y Gonzalo Sanhueza, indicó su intención de que el instituto emisor mantenga la tasa de referencia en 3,5% ante las presiones y el complejo escenario tanto nacioanl como internacional.

De acuerdo a su análisis, la economía internacional «registra un leve deterioro, con una revisión a la baja en el crecimiento global esperado para el presente año y el próximo. En Estados Unidos, el menor dinamismo de la actividad, un escenario financiero internacional complejo y políticas monetarias fuertemente expansivas en el resto de las economías desarrolladas, acotan el espacio para alzas en su tasa de política monetaria». Ante esto, añaden que esto ha contribuido «a explicar alguna recuperación en la paridad de varias monedas de economías emergentes, a pesar que no se observa una recuperación en sus términos de intercambio ni, en general, en sus fundamentos internos».

Respecto a la economía chilena, apuntan a que «mantiene un reducido ritmo de crecimiento, con revisiones a la baja en las proyecciones para este año y el próximo. El efecto del deterioro en los términos de intercambio sobre el ingreso, el gradual declive de la actividad en la construcción habitacional y la mantención de expectativas económicas deprimidas, son todos factores que se conjugan para proyectar un bajo dinamismo tanto en la inversión como en el consumo».

En ese sentido, detallan que esto es «consistente con un ritmo de crecimiento inferior al potencial para los próximos dos años, lo que contribuye a ampliar ciertas holguras de capacidad».

En cuanto al mercado laboral, señalan que «aunque la ocupación sostiene un buen ritmo de crecimiento, con una expansión de 1,8 por ciento en doce meses a febrero, su composición muestra un deterioro, con un mayor crecimiento relativo en el empleo por cuenta propia respecto del asalariado y una baja en el número de horas efectivamente trabajadas, en promedio por trabajador. Con todo, hasta ahora el ajuste estaría dándose más en los salarios que en la ocupación, toda vez que los primeros anotan una importante desaceleración, desde una expansión superior al siete por ciento anual a comienzos del año pasado a sólo 5,4 por ciento anual a febrero último, mientras la tasa de desempleo abierto se mantiene todavía en niveles históricamente bajos».

Frente a las tasas de inflación, indican que se mantienen altas con una variación anual de 4,5 y 4,8 por ciento en la total y subyacente (IPCX) en doce meses a marzo.

«Las expectativas se posicionan bajo el techo del rango meta a partir del segundo semestre de este año. Sin embargo, en esta eventual favorable evolución juega un rol fundamental la contención de presiones cambiarias. En tal sentido, no se debe minimizar el riesgo asociado a una caída adicional en el precio del cobre, un deterioro mayor en la región o una revisión al alza en la intensidad de los ajustes en la tasa de interés en Estados Unidos, todos elementos que pueden provocar la reaparición de presiones devaluatorias sobre nuestra moneda, las que podría nuevamente complicar el panorama inflacionario interno y obligar a una política monetaria contractiva», conluyen.

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