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Impuesto ‘represalia’ de Trump despierta dudas legales y rechazo

Impuesto ‘represalia’ de Trump despierta dudas legales y rechazo

En una serie de mensajes en Twitter el domingo, Trump advirtió que “cualquier negocio que abandone el país y prefiera otro, que despida sus empleados, construya una nueva fábrica o planta en el otro país, y crea que luego venderá sus productos nuevamente en Estados Unidos, sin ninguna represalia o consecuencia, está ¡EQUIVOCADO!” Ya anunció un impuesto de 35% a empresas que trasladen producción al exterior y luego importar los productos.


Las amenazas de Donald Trump sobre aplicar impuestos como “represalia” contra las empresas estadounidenses que trasladen fuentes de empleo hacia el extranjero son de dudoso fundamento legal, señalan especialistas tributarios, y están incitando una resistencia de parte de los líderes republicanos quienes temen la llegada de una era de proteccionismo económico o guerras comerciales internacionales.

“Creo que existen otras formas de lograr lo que el presidente electo está señalando”, dijo el líder de la mayoría de la cámara baja, Kevin McCarthy, el lunes a la prensa, y afirmó que modificar el código tributario es la forma de incentivar a las empresas a crear empleos y mantenerlos en Estados Unidos.

“No quiero entrar en algún tipo de guerra comercial”, señaló McCarthy.

En una serie de mensajes en Twitter el domingo, Trump advirtió que “cualquier negocio que abandone el país y prefiera otro, que despida sus empleados, construya una nueva fábrica o planta en el otro país, y crea que luego venderá sus productos nuevamente en Estados Unidos, sin ninguna represalia o consecuencia, está ¡EQUIVOCADO!”

El enfoque de Trump se condice con su estilo de publicar mensajes en Twitter que denotan posturas atrevidas que podrían requerir eventuales concesiones. Sin embargo, la amenaza en sus tuits del domingo pone nerviosos a algunos republicanos dado que contradice la postura de libre mercado y la ortodoxia pro comercio que por largo tiempo han adoptado muchos líderes políticos, incluidos el vicepresidente electo, Mike Pence, y el líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell.

La extraordinaria amenaza de Trump es un intento por hacer cumplir sus promesas de campaña de detener el traslado del empleo de Estados Unidos hacia otros países, que fue esencial para atraer a los votantes blancos sin títulos universitarios, que representan un tercio del electorado de 2016, según sondeos a pie de urna. Esos votantes lo ayudaron a ganar estados con inclinación demócrata como Pensilvania, Michigan y Wisconsin, que albergan gran parte del otrora boyante sector manufacturero de la nación.

El domingo, Trump repitió las afirmaciones de su campaña de que impondría un arancel de “35% para estas empresas que quieren vender sus productos, autos, aparatos de aire acondicionado, etc., pasando la frontera”. Y agregó: “¡Por favor estén prevenidos antes de cometer un error que resultará muy costoso!” Una portavoz del equipo de transición de Trump no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios sobre el rechazo de parte de los republicanos.

El Plan de los Republicanos

Los republicanos de la cámara baja tienen sus propios planes para una reforma de largo alcance al sistema tributario de Estados Unidos que aplicaría impuestos corporativos a todas las importaciones mientras que eliminaría los de las exportaciones. Los ajustes de impuestos fronterizos se aplicarían a todos los bienes y servicios importados, no solo de ciertos países o de ciertas compañías.

Los defensores argumentan que dichos cambios – junto con los planes para reducir el impuesto corporativo desde 35 por ciento a 20 por ciento o menos – haría la política estadounidense más competitiva a nivel global y ayudaría a eliminar los actuales incentivos para que las empresas estadounidenses trasladen su producción y obtengan sus ganancias en el exterior. Pero los detractores señalan que dichos cambios podrían significar una violación de las normas de la Organización Mundial del Comercio que limitan dichos ajustes a los impuestos “indirectos”, como el impuesto al valor agregado.

James Pethokoukis, un académico del American Enterprise Institute, señaló que la postura de Trump “no tiene lógica en el sentido económico desde una perspectiva pro crecimiento”. Y agregó: “Por supuesto, ‘agrandar la torta’ podría no estar en el corazón de la Trumponomics. Esto es nacionalismo económico. ‘La soberanía es el nuevo capitalismo’, como dicen algunos”.

A fines del mes pasado, Trump y Pence, quien aún se desempeña como gobernador de Indiana, intervinieron para instar a Carrier Corp. a mantener 800 empleos en Indianápolis en lugar de llevarlos a México, como tenía planificado. La firma aún planea enviar otros empleos en el estado, hacia México, lo que significa que podría seguir como blanco para los planes tributarios de Trump.

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